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Casa con dos puertas malas es de guardar ( 2 )

Casa con dos puertas malas es de guardar. Encuentra docenas de casa con dos puertas malas es de guardar con fotos para copiar y compartir.


Nunca es largo el camino que conduce a la casa de un amigo.


Juvenal


Como pretendes que otro guarde tu secreto si tú mismo, al confiárselo, no los has sabido guardar.


Francisco de La Rochefoucauld




Cuando por fin regresas a tu tierra, descubres que no era tu vieja casa lo que extrañabas, sino tu niñez.


Salustio


Detesto más las malas máximas que las malas acciones.


Jean-Jacques Rousseau


El burgués no tolera en su casa nada que no entienda.


Karl Kraus


La humildad es la llave que abre todas las puertas.


Cantervill




Cuando salgas de tu casa, procura ir como si fueras a encontrarte con una persona importante.


Confucio


La dueña de casa debe preocuparse de que el café resulte óptimo, y el dueño de que los vinos sean de primera calidad.




Cómo es que puedes verme a los ojos como puertas abiertas
guiándote profundamente dentro de mi corazón
donde me he vuelto tan entumecida sin un alma, mi espíritu duerme en algún lado, congelado
hasta que lo encuentres allí, y lo guíes nuevamente a casa

Despíertame, despiértame por dentro
no puedo despertar, despiértame por dentro
sálvame, dí mi nombre, y sálvame de la oscuridad
Despíertame, dile a mi sangre que fluya
no puedo despertar, antes de que me deshaga
sálvame, sálvame de la nada en que me he convertido

Ahora que sé lo que soy sin tí
no puedes simplemente abandonarme
exhala sobre mí, y hazme real
Tráeme a la vida

Despíertame, despiértame por dentro
no puedo despertar, despiértame por dentro
sálvame, dí mi nombre, y sálvame de la oscuridad
Despíertame, dile a mi sangre que fluya
no puedo despertar, antes de que me deshaga
sálvame, sálvame de la nada en que me he convertido
Tráeme a la vida
He vivido una mentira, no hay nada dentro mío
Tráeme a la vida
Conjelada por dentro, sin tus caricias, sin tu amor, cariño
solo tú éres la vida entre la muerte

Todo este tiempo no puedo creer que no haya podido ver
Me mantenía en la oscuridad, pero tu siempre estuviste en frente de mí
Parece como si hubiese dormido durante mil años
Debo abrir mis ojos a todo
sin un pensamiento, sin una voz, sin un alma
no me dejes morir aquí
debe haber algo más
Tráeme a la vida

Despíertame, despiértame por dentro
no puedo despertar, despiértame por dentro
sálvame, dí mi nombre, y sálvame de la oscuridad
Despíertame, dile a mi sangre que fluya
no puedo despertar, antes de que me deshaga
sálvame, sálvame de la nada en que me he convertido
Tráeme a la vida
He vivido una mentira, no hay nada dentro mío
Tráeme a la vida


gustavo a. bequer




Árbol de Sangre

Esta herida me duele con dolor deleitoso.
Abierta como un surco, en su fondo germina
semilla amarga y dulce que ha de erguirse, callada,
en el tronco de fuerza y en la rama florida.

Árbol gigante y bello que juega con las nubes:
su cabellera densa, peinada por la brisa,
esconderá el arrullo de la paloma viuda
y el primor delicado de la frágil orquídea.

Llegarán en bandadas mariposas de junio,
han de libar sus mieles abejas bailarinas
y en la quietud nocturna, luciérnagas fugaces
mecerán en las hojas sus tenues candelitas.

Será la casa oculta del animal huraño,
ha de lamer la bestia su raíz retorcida
y quebrando jornadas el viajero del mundo
apoyará en su tronco la carga de fatiga.

Rumoroso de trinos y adornado de gajos,
meciendo bajo el sol frescura de caricia,
con sus ventanas verdes por donde el cielo pasa
y en la corteza dura cicatrices perdidas;

recogerá los ecos de músicas errantes,
vibrando como un arpa que se toca a sordina;
y cuando suene el grito de la tormenta loca
abrigará los miedos que en soledad palpitan.

Su savia de dolor, potente y victoriosa,
multiplicada en cantos, trocada en gallardía,
empinada al azul y en el lodo sembrada,
ha de ofrendarse a todos en dádiva sencilla.

Y tal vez una tarde, cuando estés viejo y solo,
y en el recuerdo se abran puertas de lejanía,
te ha de llegar un soplo de fragancia olvidada...
¡Sangre transfigurada en florescencia viva!


Claudia Lars


PORQUE TUBISTE QUE HACERME ESTO TANIA
me pregunto porque están dura la vida en este instante estoy pasando por unos problemas muy fuertes el problema empieza en que yo LENIN de trujillo DE 19 AÑOS DE EDAD que estoy preparandome en la academia lider de trujillo empreste mi fono a tania mendoza de 14 años de edad y resulta que esta me traiciono y no se que demonios hizo mi fono nose le dio a su enamorado lo vendio o no se pero se armo un escandalo y lo peor de todo me decepciona mucho que sus propios padres la cubren a ella hace un instante me llamaron y subia a su casa para conversar con ellos entonces la señora ernestina que es una ingeniera me dijo que cual es el problema y le conte lo sucedido y le exeji que lo solucionara porqe es una gran perdida para mi y ella con don santos me dijeron que eso es mi problema que seguro le he dado con malas intenciones que queria ganarme su amistad y subirla a mi cuarto que por eso seguro le he dado mi fono pero en si la realidad yo nunca había tenido malas intenciones aunque todos piensen lo contrario asi le le dije ala señora ernestina y al señor santos pero ellos me podrian mandar a la carcel por acoso por escribirle un simple papel que yo di a tania eso me dijeron eso es lo que mas me indigna porqe la vida están dura con migo yo que ame tanto a tania ahora lo único que siento por ella es odio rencor no tengo ganas de volver a verla nunca mas en mi vida lo único que quiero es alejarme yo se que el que rie ultimo rie mejor aunque se que ya perdi mi fono prdi a ella comety errores lo reconosco fui un imbesil por dejarme vendar por el amor y mi leccion es NUNCA CONFIES EN NADIES EN NADIES NO ESPERES A QUE ME PASE LO MISMO QUE ME SUCEDIO PARA QUE TOMES CONCIENCIA.


leodan tocto jimenez


Cállame con un beso capaz de cortar cualquier frase. Cógeme la mano y no me sueltes. Besémonos en cada semáforo en rojo ante la gente que va con prisas hacia ningún sitio. Sonríeme y haz que esos segundos antes de un beso se hagan eternos. Sentémonos en cualquier banco de algún parque desconocido, para no hablar y estar uno con el otro, nada más. Bésame antes que las puertas del metro cierren, haciendo que sonría hasta llegar a casa. Hagamos que cada instante sea nuestro instante.
¿Sabes? me encanta cuando me miras al reírme y que cuando te descubra mirándome, sonrías. La manera que tienes de abrazarme para protegerme del frío, en cómo me acaricias de tal manera que se me eriza el bello o como te brillan los ojos al hablar conmigo. Me encanta esa manía tuya de reírte cada vez que me sonrojo y cuando hago que me enfado, me abraces…Me encantan esos mensajes por las noches y por las mañanas que hacen que esté con una sonrisa perenne todo el día. Me gusta cómo me dices lo mona que soy para ti, tus “te quiero” entre beso y beso, tus ganas de besarme en cada beso y tus pocas ganas de separarnos al decirnos adiós.
Adoro tus gustos, tus manías y tu sentido del humor. La manera en la que río contigo es diferente a cualquier otra, por que es indiferente si lo que has dicho es suficientemente gracioso o no, lo que cuenta es la manera en cómo me lo explicas y la manera como me miras al verme reír. Me encantas cuando me dices que me echas de menos, que me quieres, que te gusta que me ría y como me miras cuando algo me hace verdadera ilusión.
A lo mejor esto no dura para siempre, pero hasta el día en que esto acabe, se que ese tiempo va a ser el mejor de mi vida y me habrá encantado compartir contigo todas mis sonrisas.


neky18


Don roque era ya un anciano cuando murió su esposa. durante largos años había trabajado con ahínco para sacar adelante a su familia. su mayor deseo era ver a su hijo convertido en un hombre respetado por los demás, proyecto al que dedicó su vida y su escasa fortuna.
a los setenta años, don roque se encontraba sin fuerzas, sin esperanzas, solo y lleno de recuerdos. esperaba que su hijo, ahora brillante profesional, le ofreciera su apoyo y comprensión, pero veía pasar los días sin que este apareciera, y decidió por primera vez en su vida acercarse y pedirle un favor.
don roque tocó la puerta.
hola papá, ¡qué milagro que vienes por aquí!
ya sabes que no me gusta molestarte, pero me siento muy solo; además estoy cansado y viejo.
pues a nosotros nos da mucho gusto que vengas a visitarnos ya sabes que esta es tu casa.
gracias hijo, sabía que podía contar contigo, pero temía ser un estorbo. entonces, ¿no te molestaría que me quedara a vivir con ustedes?.
¡estoy tan solo!
ehh ...¿quedarte a vivir aquí? si... claro... bueno... no sé si estarías a gusto. tu sabes la casa es chica... mi esposa es muy especial... y luego los niños...
Mira, hijo, si te causo muchas molestias olvídalo. no te preocupes por mí, alguien me tenderá la mano.
¡no papá no!, ¡no es eso!. solo que... no se me ocurre donde podrías dormir. no puedo sacar a nadie de su cuarto, mis hijos no me lo perdonarían... a menos que no te moleste.
¿qué cosa hijo?.
bueno... dormir en el patio.
¿dormir en el patio? bueno... el patio está bien.
el hijo de don roque llamó entonces a su hijo luis de once años.
dime papá.
mira hijo, tu abuelito se quedará a vivir con nosotros. tráele una cobija para que se abrigue y no pase frío en la noche.
sí, con gusto... pero... ¿dónde va a dormir mi abuelito?
en el patio, no quiere que nos incomodemos por su culpa, ya sabes cómo es..
entonces el niño subió por la cobija. tomó unas tijeras y la cortó en dos. en ese momento llegó su padre.
¿qué haces, porqué cortas la cobija de tu abuelito?.
sabes papá... estaba pensando...
¿pensando?
sí, en guardar la mitad de la cobija para cuando tú seas viejo y te vayas a vivir a mi casa...

Mariano Osorio


Jackselins Arteaga




PARA ARISTÓTELES la amistad era "lo más necesario para la vida", y nosotros, cuando oímos decir que "un amigo es un tesoro" o que "donde está tu amigo está tu tesoro", nos damos cuenta de que esas palabras resuenan como un aldabonazo en nuestro interior. No nos dejan indiferentes, porque todos sabemos o intuimos qué clase de tesoro puede llegar a ser una amistad.

A las personas nos gusta tener amigos: gente con la que compartir vida, experiencias, tiempo, conversación... Nos gustan los amigos y nos parecen muy importantes, incluso imprescindibles. La amistad es una relación humana con un valor muy especial. Junto con la família y el trabajo, es algo que nos parece que merece la pena y a lo cual dedicamos tiempo y esfuerzo. Queremos tener amigos en la vida: para no estar solos -a veces se siente la soledad incluso estando rodeados de gente-, para vivir la vida más a fondo y para disfrutarla de verdad. Como escribió Aristóteles, "sin amigos nadie querría vivir, aun cuando poseyera todos los demás bienes".

Quizá por eso escribo esto. Escribir sobre la amistad me ayuda a saber qué espero yo de ella, qué doy yo a mis amigos, si mi amistad con ellos es plena o solo algo "satisfactorio". Reflexionar sobre las cosas ayuda a vivirlas mejor. Reflexionar es un modo de vivir.

LA AMISTAD COMO REGALO
Decía más arriba que dedicamos esfuerzo a hacer amigos. Y el esfuerzo es necesario porque las cosas no salen solas. Sin embargo, la amistad no se puede forzar. Por eso también puede decirse que la amistad surge siempre como un regalo, como un don que se recibe. En un momento dado, aparece entre dos personas un deseo de compartir, de comunicarse, de contar lo que se lleva dentro y de contrastarlo, de ser conocido muy a fondo. De hecho, cuando uno vislumbra en el horizonte la posibilidad de hacer una nueva amistad, de esas profundas y verdaderas, que aportan y llenan tanto por dentro, parece que su espíritu se hincha y crece. Es como ver nacer un día radiante. La vida se ve de otro color porque los amigos hacen cobrar sentido a nuestras vivencias: estas no van a ser solo para nosotros. Las cosas son distintas porque las vivimos pensando en compartirlas, en transmitirlas, en discutirlas, en compararlas. De nuestros amigos nos interesa todo: lo que piensan, lo que hacen, cómo viven las cosas. Lo importante no es solo lo que cuentan ni lo que les pasa; lo importante es que eso "es tuyo", "eres tú".

Desde mi adolescencia he experimentado disgusto ante los momentos meramente descriptivos de los acontecimientos, o las que eran como una reseña informativa de lo que había ocurrido en el verano. Los momentos verdaderos son aquellos en las que los acontecimientos del lunes o del viernes se describen como cosas que me pasan y no solo como cosas que van pasando a mi lado. Lo interesante y lo que me hace disfrutar era ver cómo esas cosas se viven desde dentro de mis amigos.
El grado de amistad con los amigos puede distinguirse precisamente por eso. Por si los momentos estaban llenos de preguntas convencionales y frases que se repetían del mismo modo en todas los demás momentos o si e ellos te dejas llevar, trayendo a colación esto o aquello, y acabando en lugares desconocidos para ti mismo, pero bonitos y en los que habías disfrutado. Escribir para los amigos es descubrir el mundo con unos ojos nuevos para dárselo a ellos.

La amistad es un regalo porque es vivir otra vida además de la propia. Es poder vivir dos veces. Y es también reafirmar tu propia existencia porque hay alguien que la quiere así: incondicionalmente. En el amigo encontramos aceptación plena.

La amistad es un don porque, en cierto modo, llega cuando y como quiere; no es programable; simplemente, surge y es como un regalo, un don que uno recibe.

Esa comunión del espíritu que hay entre los amigos, ese compartir denso e intenso, ese vivir y ser sin dar explicaciones porque estas no son necesarias para nuestro mutuo entendimiento, ese encontrar las puertas del alma siempre abiertas y acogedoras para ti porque eres tú, es el tesoro incalculable. No es extraño que los griegos la calificaran como regalo de los dioses.

Regalo es también en el sentido de que nunca es verdaderamente merecida. Si se puede hablar así, algunos podrían merecer más que otros el tener amigos. Pero, en el fondo, la amistad de una persona difícilmente es algo que uno llegue a "merecer". Se pueden tener de modo habitual disposiciones personales adecuadas para la amistad, para tener amigos (no todo el mundo las tiene).

Pero no se puede decidir en qué momento aparecerá el amigo o de quién seré amigo. Por ejemplo, todos contamos con momentos imborrables de la vida en los que comprendes repentinamente que tienes delante a alguien que puede leer dentro de ti como si fueras tú quien lo hiciera; que puede pasearse por tu alma sin explicaciones de tu parte; sin necesidad de mapas, brújulas o palabras clave que le hagan entender lo que se va a encontrar. Es la empatía, una sintonía especialísima que se establece con muy pocas personas a lo largo de la existencia, y que es un descenso y un ascenso vertiginoso por las entrañas de la verdadera vida.

MIRAR A LAS PERSONAS
Cuando nos sentimos así, vistos con unos ojos ajenos que al mismo tiempo son como los nuestros propios, es como si todo nuestro ser despertara. Querríamos saberlo todo acerca de aquella persona y que ella conociera nuestro yo hasta el final. Las conversaciones se convierten en un continuo maravillarse y aportarse mutuo. Sentimos el mundo como un pequeño globo terráqueo que gira entre nuestras manos y el motor de ese movimiento es la corriente que entre nosotros se ha creado.

Es un encuentro con otro yo, sin que ese yo se refiera a un yo idéntico, a un "alma gemela"; pues puede serlo o no. Es otro yo porque se pone en nuestra piel como si fuéramos nosotros mismos; pero al tiempo que mantiene su mismidad y su alteridad. Y por eso hay mucha riqueza en el trato con el amigo, porque lo distinto siempre nos enriquece.

Mirarnos en un amigo es mirarnos en un espejo. En un espejo que devuelve algo más que una simple reproducción de la propia imagen. Mirarnos en un amigo es encontrarnos a nosotros mismos vistos desde fuera y con mayor perspectiva, pero con el cuidado con que nosotros mismos pondríamos al mirarnos: "A través de él, los amigos se enriquecen y perfeccionan, se descubren e interpretan.

Se podría decir que, al ver al otro, cada uno de ellos aprende a conocerse" (Marias). La acción de mirar que tanto aparece entre los amigos, es algo que me parece esencial para que pueda surgir amistad entre dos personas para tener amigos hay que saber mirar.

En una carta que recibí hace unos meses me decía una amiga que "había encontrado el camino para trascender lo inmediato. El despertador para mirar (...) era el del pensamiento filosófico y la contemplación de las cosas bellas". En mi respuesta, le reafirmé en su descubrimiento porque me parecía realmente valioso: la filosofía y la contemplación estética son dos medios muy buenos para acceder a lo más hondo de la realidad.

La belleza es un camino hacia la verdad especialmente bueno. Porque la belleza no produce únicamente la mera delectación estética; posee una cualidad inestimable, y es que exige por nuestra parte contemplación. Ante las cosas bellas no basta pasear la vista. Para disfrutarlas verdaderamente hay que mirarlas con detenimiento, con miramiento. Con ellas hay que andarse con contemplaciones. Y contemplar es importante porque hace que nos detengamos y miremos las cosas tal como son, "dejando" que sean así.

La contemplación es un camino abierto hacia la verdad. Hacia la verdad personal, la de los demás y la del universo entero. Eso lo expresa muy bien de otro modo Lorenzo Silva en una de sus novelas. Escribía que "el mundo está lleno de tesoros sin descubrir porque no hay quien se pare a mirarlos. Pero en cuanto hay alguien que se detiene ante ellos, se abren ante esa persona como una maravillosa realidad llena de riqueza y significado ofreciéndole nuevos horizontes". Yo he pensado muchas veces que eso exactamente pasa con las personas.
Por eso, para tener amigos hay que saber mirar. Mirar es ver con atención, es contemplar, es concentrar nuestro ser entero en los ojos deseando captar lo que hay frente a ellos. Mirar presupone una vista limpia, sin prejuicios ni cargas anteriores, para captar lo que hay y no lo que yo he puesto o quiero poner. Mirar no es ver lo que yo quiero ver sino percibir cómo son las cosas o las personas en sí. Y además de limpieza interior, la mirada requiere también aceptación, renuncia a dominar. Cuando miramos de verdad, estamos dispuestos a dejar ser a las cosas y a las personas tal y como son. Esto es especialmente importante con las personas.

A las personas hay que dejarlas ser, hay que aceptarlas como son. Sin esa condición nunca sabremos lo que es una verdadera amistad; nunca llegaremos a saborear el gozo inmenso que produce esa identificación con el otro, ese compartir la vida, los sueños, los deseos, los fracasos. Habrá siempre en el amigo una zona de acceso prohibido o de "reservado".

Para mirar de verdad hay que aprender a hacerlo. Los hay que conocen ese arte de modo natural o han sido educados en él. Pero también puede aprenderse. Para mirar hay que pararse, parar la rueda de la actividad exterior y parar también nuestro ruido interior (qué tengo que hacer luego, cómo resolveré la cena en casa de mi hermano, qué ropa necesito, a ver cómo queda el Madrid, a ver si consigo cerrar un buen trato con este cliente...). Para mirar hay que perder el miedo a "pasar tiempo" sin haber sido ""eficaces"".

Todos hemos conocido a personas que provocan que los que están a su lado den lo mejor de sí mismos. Son personas que logran que los demás quieran -parafraseando a Salinas- "sacar de sí su mejor yo". Es así porque son personas que saben mirar, y que por eso han sabido encontrar la llave interior de las personas. Esa llave de la confianza que uno entrega solo cuando va a saberse visto, aceptado y querido por sí mismo.

LA MORADA DEL YO
Llegar a la intimidad del alma, al centro de la persona o solo rozar su periferia, exige rodeos: rodeos que son esencialmente contemplación, escucha atenta y activa, mirada abierta y receptiva. Solo cuando una persona percibe ese clima de confianza a su alrededor es capaz de empezar a abrir las rendijas de su yo. Y a través de esas rendijas pueden empezar a filtrarse los rayos de la luz que toda persona esconde. La intimidad, la interioridad, es siempre luminosa en el sentido de iluminadora. Porque muestra siempre algo desconocido para quien no está allí dentro. No siempre será lo original y nuevo el qué diga esa persona pero sí el cómo ella lo vive. Esta es la llave que entregamos a nuestros amigos y que hace que quedemos totalmente al descubierto: vulnerables, también.

Algunas veces, tras haber desnudado la intimidad del alma en conversación con la persona que nos ha inspirado esa confianza, uno siente el vértigo del miedo a romperse, a que le rompan, a que se burlen, a que no comprendan, al silencio indiferente o superficial.

Hasta ahora, esos pensamientos, deseos, aspiraciones, miedos y preguntas más íntimas habían quedado dentro de nuestra alma. A veces nos angustiaban, otras nos elevaban, otras nos desbordaban por dentro de tal forma, que había que expresarlos de algún modo (quién no ha cantado, llenado de piruetas su salón, compuesto una melodía o garabateado un poema, historia o carta, por puro desbordamiento. Tanto no cabía dentro; fuera crecía, pero tenía más apoyos para ser sostenido, para ser vivido).

Sin embargo, no dejaban de ser nuestros: los demás solo poseían de ellos su cara externa, lo que era fruto de la superabundancia. Por lo demás, no habían sido escuchados por nadie hasta el final y solo de vez en cuando abríamos a alguien una pequeña ventanita de nuestro interior, observando con atención la reacción del interlocutor ante aquello. Pero, de repente, hemos encontrado a alguien que ha provocado que primero quisiéramos abrir una ventanita y después otra, y otra... Luego le hemos pasado al interior de la casa y -poco a poco- le hemos encendido todas las luces que había en ella, iluminando incluso rincones sucios, destartalados, rincones sin ordenar o habitaciones llenas de trastos que no sabemos en dónde colocar. Le hemos enseñado el sillón de los sueños, frente a la ventana, y le hemos invitado a sentarse allí porque desde él puede conocerlos mejor. Le hemos presentado el rincón de los miedos, ese sí, está a oscuras porque nos parece que la luz acabará por hacerlos crecer. Es un rincón siempre difícil de enseñar; se supone que de esos no tenemos, y nos cuidamos mucho de dejarlos salir. También le hemos pasado al cuarto de las preguntas; esa habitación está llena de frases sueltas, de pensamientos, de párrafos incluso, y hasta de alguna página escrita. Pero sobre todo está lleno de interrogantes; es una habitación poblada de signos de interrogación que hemos ido recogiendo a lo largo de nuestra vida: por qué las relaciones humanas son tan complicadas, por qué hay personas que no miran hacia adentro, por qué las focas son más importantes que los países del Sur... Hay también un cuarto sin techo que mira directamente al sol, o al firmamento, si es de noche. Ese es el cuarto de las aspiraciones grandes, el cuarto en el que respiro hondo, el cuarto al que hay que acudir siempre que hemos pasado un día entre mucho polvo, o mucho tiempo en el sillón. También ha conocido la buhardilla; allí no vamos demasiadas veces porque es donde están los pedazos rotos de nuestra vida y todavía nos cuesta mirarlos sin sentir dolor o pena.

Hay personas a las que paseamos por nuestra morada interior sin miedo alguno; es más: deseamos desde lo más íntimo de nuestro ser hacerlo. Sentimos desde muy hondo que apreciará, entenderá y comprenderá cada objeto que encuentre en ella. No le importarán los cacharros rotos, aunque tengamos la estantería llena de ellos; no querrá reírse de nuestras inquietudes: se le iluminará la mirada al conocerlas porque . también ella las había sentido latir más de una vez. Le encantará que tengamos un sillón de sueños y un cuarto sin techo, y querrá saber qué nos dicen los astros por la noche y cómo es el vuelo de los pájaros que vemos pasar. Son personas que hacen que sintamos la necesidad de hacer crecer todo eso, de mostrárselo, de hacerlo vivir para ellas.

Esas personas son los amigos, el amigo aquel con quien me atrevo a ser yo misma; sin restricciones y sin temores. Esa persona con la que puedo decir todo porque todo lo va a entender en su contexto; esa persona con la que puedo hablar en borrador: sin orden, sin hilazón, sin sentido algunas veces. Con rabia o ira, con desesperación, con alegría exultante, desvariando. Descubriendo todas las raíces de mi alma y sabiendo que en ningún momento se aprovechará de ello para arrancarme de mi lugar. Y sabiendo que -como escribió alguien- "comprende esas contradicciones en mi naturaleza que llevarían a otros a juzgarme mal". Eso es un amigo.


Diego Torrente


Las puertas de nuestro país están abiertas a todos aquellos que quieran volver a casa y ayudar a la sociedad.


Mohammad Najibulá


RECUERDO DE MI COLEGIO

Pasé, gran parte de mi vida en mi gran colegio
Junto a mis compañeros.
Aún recuerdo que cada vez que pasaban los años
Mi estudio ascendía
Y cada vez más la comprendía.

Quizá pueden decir
Que recordar es volver a vivir;
Pero yo digo que recordar
Es renacer mis vivencias reales
En mi gran colegio.

Hice cosas que no debí hacerlos,
Hice cosas más de lo que me pidieron,
Hice cosas buenas y malas,
Pero siempre supe que mi colegio
Es más que mi segunda casa.
Y que mis compañeros
Son más que mis amigos.

Ahora puedo decir con abundante seguridad
Que en mi gran colegio
Tuve más que amigos,
Tuve más que una familia.

Aún recuerdo todo mi pasado
Cuando me enseñaban todos mis maestros.
Y mis compañeros de mi gran colegio
Estuvieron conmigo en cada examen.

Cada dificultad que se me presentaba
Ahí siempre estaba
Mi profesor y mis compañeros
Para salir del problema juntos.

Algunas veces ellos
Algunas veces yo.
Pero siempre juntos y unidos;
Cada trabajo lo realizamos.

Algunas veces ellos
Algunas veces yo.
Pero siempre con amor recordaremos
Nuestro gran colegio.


Lo digo y lo repito
Es mi gran colegio…
Donde comprendí y aprendí
Lo que es estudiar,
Y lo que es “ser” después de estudiar.


Victor Alfredo Ticlla Calla


Yo quiero destacar que hemos visto una explosión en el uso de Google Maps y Google Earth para la educación. La tierra es un lugar especial. Es nuestra casa y es por eso que estamos todos aquí. Y la capacidad de ver lo que realmente está pasando en la tierra, las cosas buenas y las cosas malas, en el nivel que se puede, es fenomenal.


Eric Schmidt


Hay gente buena que se reparten una mala mano por el destino, y las malas personas que viven una vida larga, cómodas privilegiados. Un pequeño giro del destino puede guardar o poner fin a una vida, el azar es un actor permanente, de gran alcance en cada una de nuestras vidas y en la historia humana.


Jeff Greenfield


Google, Microsoft y Yahoo deberían desarrollar nuevas tecnologías para eludir los sensores del gobierno y las barreras a la Internet, pero en cambio, acordaron guardar las puertas ellos mismos.


Tom Lantos


En un momento, mi casa era una escuela para niños autistas. Abrí mis puertas a cerca de 30 niños y sus familias en el momento. Me estaba convirtiendo en Mary Poppins, porque tenía que hacer algo por estos niños que no tienen dónde ir. Así que mi casa era la escuela por dos años.


Jenny McCarthy


A veces, solo para salir de la casa y hacer algo que no ha hecho en mucho tiempo (o nunca hecho!) Puede abrir las puertas a la inspiración musical.


Ken Hill


¿Por qué la gente debería salir y pagar dinero para ver películas malas cuando pueden quedarse en casa y ver la televisión mala para nada?


Samuel Goldwyn


Los libros le borraron el dolor y la decepción. Los libros cerraban las puertas malas y abrían las buenas. Rachel no recordaba cuándo había leído su primer libro y no recordaba ninguna ocasión en que no hubiera estado leyendo algo.


Barbara Wood


Entre los gestos del mundo
recibí el que me dan las puertas.
En la luz yo las he visto
o selladas o entreabiertas
y volviendo sus espaldas
del color de la vulpeja.
¿Por qué fue que las hicimos
para ser sus prisioneras?

Del gran fruto de la casa
son la cáscara avarienta.
El fuego amigo que gozan
a la ruta no lo prestan.
Canto que adentro cantamos
lo sofocan sus maderas
y a su dicha no convidan
como la granada abierta:
¡Sibilas llenas de polvo,
nunca mozas, nacidas viejas!

Parecen tristes moluscos
sin marea y sin arenas.
Parecen, en lo ceñudo,
la nube de la tormenta.
A las sayas verticales
de la Muerte se asemejan
y yo las abro y las paso
como la caña que tiembla.

«¡No!», dicen a las mañanas
aunque las bañen, las tiernas.
Dicen «¡No!» al viento marino
que en su frente palmotea
y al olor de pinos nuevos
que se viene por la Sierra.
Y lo mismo que Casandra,
no salvan aunque bien sepan:
porque mi duro destino
él también pasó mi puerta.

Cuando golpeo me turban
igual que la vez primera.
El seco dintel da luces
como la espada despierta
y los batientes se avivan
en escapadas gacelas.
Entro como quien levanta
paño de cara encubierta,
sin saber lo que me tiene
mi casa de angosta almendra
y pregunto si me aguarda
mi salvación o mi pérdida.

Ya quiero irme y dejar
el sobrehaz de la Tierra,
el horizonte que acaba
como un ciervo, de tristeza,
y las puertas de los hombres
selladas como cisternas.
Por no voltear en la mano
sus llaves de anguilas muertas
y no oírles más el crótalo
que me sigue la carrera.

Voy a cruzar sin gemido
la última vez por ellas
y a alejarme tan gloriosa
como la esclava liberta,
siguiendo el cardumen vivo
de mis muertos que me llevan.
No estarán allá rayados
por cubo y cubo de puertas
ni ofendidos por sus muros
como el herido en sus vendas.

Vendrán a mí sin embozo,
oreados de luz eterna.
Cantaremos a mitad
de los cielos y la tierra.
Con el canto apasionado
heriremos puerta y puerta
y saldrán de ellas los hombres
como niños que despiertan
al oír que se descuajan
y que van cayendo muertas.


Gabriela Mistral


Prefiero unos pocos allegados a las malas compañías; pero deben saber ir y venir oportunamente.


Friedrich Nietzsche


El que es buen juez, por su casa empieza.


Refrán




Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena.


Mahatma Gandhi


Moneda que está en la mano, / tal vez se deba guardar. / La monedita del alma / se pierde si no se da.


Antonio Machado


En mi casa mando yo, pero mi mujer toma las decisiones.


Woody Allen


Tres podrían guardar un secreto si dos de ellos hubieran muerto.


Benjamin Franklin


Cuando un hombre se casa por segunda vez, es porque adoraba a su primera mujer.


Oscar Wilde


Ve a menudo a la casa de tu amigo, pues la maleza prolifera en un sendero no recorrido.


Ralph Waldo Emerson


Quien no se corrige así mismo, no podrá poner orden en su casa.


Amaury Rodríguez


El que se casa por todo pasa.


Refrán


Las puertas de la sabiduría nunca están cerradas.


Benjamin Franklin


Hay cosas conocidas y cosas desconocidas. Y en el medio están las puertas.


Jim Morrison


Tu casa puede sustituir al mundo; el mundo jamás sustituirá a tu casa.


Proverbio Alemán


La educación y la cortesía abren todas las puertas.


Thomas Carlyle


En la casa, el hombre reina y la mujer gobierna.


Refrán


Trabajar con amor es construir una casa con cariño, como si vuestro ser amado fuera a habitar en esa casa.


Khalil Gibran