Cruzo llorando enrique heine ( 3 )
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Viajar es imprescindible y la sed de viaje, un síntoma neto de inteligencia.
Enrique Jardiel Poncela
La democracia no es el silencio, es la claridad con que se exponen los problemas y la existencia de medios para resolverlos.
Enrique Múgica Herzog
Bien mirados, todos nos ocultamos, completamente desnudos, en los vestidos que usamos.
Heinrich Heine
Hotel Lucero
Finito todo y también estos brazos
que se me tienden en la semipenumbra
y un hilo -el de la voz- soplo que apenas brota
pero incisivamente de una fuente: la duda
El bello aparecer de este lucero
¿El del amanecer? ¿El de la tarde?
¿Abre el día o lo cierra?
Bajo la ducha una estrella se apaga
que, absurdamente, la comparte contigo
Las estrellas que viste nacer, a mediodía
estaban muertas desde hace cien años
sólo hiciste el amor con una luz
olfateaste «la ausente de todos los ramos».
Resuena un timbre en el Hotel Lucero
traga y escupe esta boca de sombra
para el caso es lo mismo: apariciones
y desapariciones instantáneas.
No sé en qué sentido hemos hablado de todo
¿Era la duda el tema que nos hizo vestirnos
justo en la hora convenida
salir de allí en distintas direcciones
y la que me detuvo
para ver, y fue inútil, si volvías la cara?
Finito todo y también estos brazos
que se me tienden en la semipenumbra
y un hilo -el de la voz- soplo que apenas brota
pero incisivamente de una fuente: la duda
El bello aparecer de este lucero
¿El del amanecer? ¿El de la tarde?
¿Abre el día o lo cierra?
Bajo la ducha una estrella se apaga
que, absurdamente, la comparte contigo
Las estrellas que viste nacer, a mediodía
estaban muertas desde hace cien años
sólo hiciste el amor con una luz
olfateaste «la ausente de todos los ramos».
Resuena un timbre en el Hotel Lucero
traga y escupe esta boca de sombra
para el caso es lo mismo: apariciones
y desapariciones instantáneas.
No sé en qué sentido hemos hablado de todo
¿Era la duda el tema que nos hizo vestirnos
justo en la hora convenida
salir de allí en distintas direcciones
y la que me detuvo
para ver, y fue inútil, si volvías la cara?
Enrique Lihn
Dios nos ha dado la lengua para que podamos decir cosas amables a nuestros amigos y duras verdades a nuestros enemigos.
Heinrich Heine
La mujer adora al hombre igual que el creyente adora a Dios; pidiéndole todos los días algo.
Enrique Jardiel Poncela
La política ha dejado de ser una política de ideales para convertirse en una política de programas.
Enrique Tierno Galván
Igual, Igual
Como el insecto que ignora que lo es y se esfuerza por cumplir la tarea con su estirpe.
Como las puertas que no saben si fueron colocadas para entrar o salir. Perded toda esperanza prohibido el paso o entren sin llamar y otras mentiras, pone siempre.
Como la tarde, ahíta de suspiros, que imita en el color a la mañana pero le es imposible reproducir su olor o su futuro.
Como el rompecabezas, todo temblor y miedo, que odia su última pieza cuando se le aproxima para dejarlo quieto e inservible.
Como la taza de café vacía, que llora con amargo recuerdo su aroma de suicida y el sabor de los labios.
No sé si así es la vida
pero el poema se parece mucho.
De "Todo es papel" 2002
Accésit del Premio Ciudad de Torrevieja, 2002
Como el insecto que ignora que lo es y se esfuerza por cumplir la tarea con su estirpe.
Como las puertas que no saben si fueron colocadas para entrar o salir. Perded toda esperanza prohibido el paso o entren sin llamar y otras mentiras, pone siempre.
Como la tarde, ahíta de suspiros, que imita en el color a la mañana pero le es imposible reproducir su olor o su futuro.
Como el rompecabezas, todo temblor y miedo, que odia su última pieza cuando se le aproxima para dejarlo quieto e inservible.
Como la taza de café vacía, que llora con amargo recuerdo su aroma de suicida y el sabor de los labios.
No sé si así es la vida
pero el poema se parece mucho.
De "Todo es papel" 2002
Accésit del Premio Ciudad de Torrevieja, 2002
Enrique Gracia Trinidad
El torero sigue siendo mítico y, cuando expresa la valentía el pueblo se enardece y los viejos entusiasmos reaparecen.
Enrique Tierno Galván
Contra Los Pensamientos negros
Pensamientos
no pensamientos negros
La relación paradigmática de éstos con la muerte es un recurso fácil
una mala metáfora
Los pensamientos no lloran
no se conduelen de sus objetos
tampoco deben ser pensados como auxiliares de la razón contra la locura
(Fourier no anunció sin razón las ciencias de la locura)
El desahuciado observa que, en la perspectiva de la muerte, las cosas
forzadas a ocupar un espacio limitado antes que a fluir en un
tiempo amorfo supuestamente ilimitado
se ordenan como en un cuadro de Mantegna
Nunca antes se había visto así, al centro del escenario
Como un santo con un león a sus pies
Nunca fui un santo ni domestiqué un león
lo importante es el centro del cuadro
como lo veo como lo ven
en el andén de la equidistancia
el de ser sin que esto sea un motivo de orgullo
(¿qué orgullo puede tener el que va a morir?)
el centro de un pequeño sistema planetario
al que, en honor a la claridad, le falta la cuarta dimensión
el tiempo que ciega en punto a la perspectiva.
Pensamientos
no pensamientos negros
La relación paradigmática de éstos con la muerte es un recurso fácil
una mala metáfora
Los pensamientos no lloran
no se conduelen de sus objetos
tampoco deben ser pensados como auxiliares de la razón contra la locura
(Fourier no anunció sin razón las ciencias de la locura)
El desahuciado observa que, en la perspectiva de la muerte, las cosas
forzadas a ocupar un espacio limitado antes que a fluir en un
tiempo amorfo supuestamente ilimitado
se ordenan como en un cuadro de Mantegna
Nunca antes se había visto así, al centro del escenario
Como un santo con un león a sus pies
Nunca fui un santo ni domestiqué un león
lo importante es el centro del cuadro
como lo veo como lo ven
en el andén de la equidistancia
el de ser sin que esto sea un motivo de orgullo
(¿qué orgullo puede tener el que va a morir?)
el centro de un pequeño sistema planetario
al que, en honor a la claridad, le falta la cuarta dimensión
el tiempo que ciega en punto a la perspectiva.
Enrique Lihn
La buena didáctica es aquella que deja que el pensamiento del otro no se interrumpa y que le permite, sin notarlo, ir tomando buena dirección.
Enrique Tierno Galván
En política se está en contacto con la mugre y hay que lavarse para no oler mal.
Enrique Tierno Galván
Toda gran revolución política es una gran revolución moral. Toda gran revolución moral supone una gran revolución política.
Enrique Tierno Galván
Es verdad que cuando se pasan lo setenta son muy pocas las cosas que nos parecen disparates.
Enrique Larreta
Como Desde Hace Años...
Como desde hace años me detestabas
porque a tu real saber y entender yo había sido
el mal marido de una amiga tuya
me elegiste para hacerme decir de tu marido
cosa que repetiste al inventarla
que yo había dicho de él, entre amigos comunes
en una casa precisa
"es un perfecto mediocre"
se te ocurrió darle esa aguja en el costado
celebro aquí esta gran precisión
de la perversidad femenina
Así compenso mis excesos en gloria y alabanza
de las mujeres
Me gustaría escuchar tu versión de los hechos algún día
pero naturalmente más allá de la muerte .
Como desde hace años me detestabas
porque a tu real saber y entender yo había sido
el mal marido de una amiga tuya
me elegiste para hacerme decir de tu marido
cosa que repetiste al inventarla
que yo había dicho de él, entre amigos comunes
en una casa precisa
"es un perfecto mediocre"
se te ocurrió darle esa aguja en el costado
celebro aquí esta gran precisión
de la perversidad femenina
Así compenso mis excesos en gloria y alabanza
de las mujeres
Me gustaría escuchar tu versión de los hechos algún día
pero naturalmente más allá de la muerte .
Enrique Lihn
Y Pienso Que La Vida
Y pienso que la vida se me va con huida
inevitable y rápida, y me conturbo, y pienso
en mis horas lejanas, y me asalta un inmenso
afán de ser el de antes y desandar la vida.
¡Oh los pasos sin rumbo por la senda perdida,
los anhelos inútiles, el batallar intenso!
¿Cómo flotáis ahora, blancas nubes de incienso
quemado en los altares de una deidad mentida?
Páginas tersas, páginas de los libros, lecturas
de espejismos enfermos, de cuestiones oscuras...
¡Ay, lo que yo he leído! ¡Ay, lo que yo he soñado!...
Tristes noches de estéril meditación, quimera
que ofuscaste mi espíritu sin dejarme siquiera
mirar que iba la vida sonriendo a mi lado...
Y pienso que la vida se me va con huida
inevitable y rápida, y me conturbo, y pienso
en mis horas lejanas, y me asalta un inmenso
afán de ser el de antes y desandar la vida.
¡Oh los pasos sin rumbo por la senda perdida,
los anhelos inútiles, el batallar intenso!
¿Cómo flotáis ahora, blancas nubes de incienso
quemado en los altares de una deidad mentida?
Páginas tersas, páginas de los libros, lecturas
de espejismos enfermos, de cuestiones oscuras...
¡Ay, lo que yo he leído! ¡Ay, lo que yo he soñado!...
Tristes noches de estéril meditación, quimera
que ofuscaste mi espíritu sin dejarme siquiera
mirar que iba la vida sonriendo a mi lado...
Enrique González MartÃnez
Escritura
Afuera llueve
Tu mano escribe a mi lado un poema
Veo caer la lluvia
Los trazos emiten un sentido
En los charcos de la calle flotan palabras
Una lenta humedad de signos nos ciñe al respirar
Estoy empapado de ti cuando te leo
Somos ya una misma esencia
atrapada entre agua y escritura.
Afuera llueve
Tu mano escribe a mi lado un poema
Veo caer la lluvia
Los trazos emiten un sentido
En los charcos de la calle flotan palabras
Una lenta humedad de signos nos ciñe al respirar
Estoy empapado de ti cuando te leo
Somos ya una misma esencia
atrapada entre agua y escritura.
Enrique Jaramillo Levi
El Alma En Fuga
Buscaron al romper de la alborada,
mis brazos y mis ojos su presencia,
y solo hallé, por signo de la ausencia,
el hueco de su sien en la almohada.
Oh, qué correr la angustia desatada,
qué ulular por el llano mi demencia,
qué husmear en los ámbitos la esencia
de la alígera planta perfumada!
Amigos que alabasteis su hermosura,
no a solas me dejéis en la amargura
del trance doloroso e imprevisto...
¡Escrutad el perfil del horizonte!
¡Batid los campos y talad el monte!
¡Decidme, por piedad, si la habéis visto!...
Buscaron al romper de la alborada,
mis brazos y mis ojos su presencia,
y solo hallé, por signo de la ausencia,
el hueco de su sien en la almohada.
Oh, qué correr la angustia desatada,
qué ulular por el llano mi demencia,
qué husmear en los ámbitos la esencia
de la alígera planta perfumada!
Amigos que alabasteis su hermosura,
no a solas me dejéis en la amargura
del trance doloroso e imprevisto...
¡Escrutad el perfil del horizonte!
¡Batid los campos y talad el monte!
¡Decidme, por piedad, si la habéis visto!...
Enrique González MartÃnez
Llegada
Llegado marzo, esposa,
no sosiega la tierra.
El corazón avanza
nutrido por el gozo.
La dicha que marcea
como una gota fértil,
quiera colmar de anhelo
la clara sed del valle.
Llegado marzo, esposa,
los pulsos como fuentes
saltan, y salta el río,
y salta en la verdura
un latido sembrado
por la lluvia en los muertos,
que confían en marzo
como en la prima vera.
Llegado marzo, esposa,
se desmuere la tierra.
Cigüeñas a la vida
convocan, sin llamada.
Nada tiende hacia dentro.
¡Entreabren las ventanas!...
El almendro esperanza
y anuncia la ventura.
Llegado marzo, esposa,
la vida se hace novia,
don la existencia y dulce
promesa lo que tiembla.
¡Siento el hijo posible
como la encina siente
su rama fresca, y frutos
la parra reavivada!
Llegado marzo, esposa,
te quiero prometida;
te ensueño fértil, fresca
como ¡a hierba nueva;
dispuesta, madre, marzo,
colmo de mis afanes,
con prisa esposa, esposa
de campo hecho presagio.
Llegado marzo, esposa,
no sosiega la tierra.
El corazón avanza
nutrido por el gozo.
La dicha que marcea
como una gota fértil,
quiera colmar de anhelo
la clara sed del valle.
Llegado marzo, esposa,
los pulsos como fuentes
saltan, y salta el río,
y salta en la verdura
un latido sembrado
por la lluvia en los muertos,
que confían en marzo
como en la prima vera.
Llegado marzo, esposa,
se desmuere la tierra.
Cigüeñas a la vida
convocan, sin llamada.
Nada tiende hacia dentro.
¡Entreabren las ventanas!...
El almendro esperanza
y anuncia la ventura.
Llegado marzo, esposa,
la vida se hace novia,
don la existencia y dulce
promesa lo que tiembla.
¡Siento el hijo posible
como la encina siente
su rama fresca, y frutos
la parra reavivada!
Llegado marzo, esposa,
te quiero prometida;
te ensueño fértil, fresca
como ¡a hierba nueva;
dispuesta, madre, marzo,
colmo de mis afanes,
con prisa esposa, esposa
de campo hecho presagio.
Enrique Azcoaga
Cautiva
Cautiva que entre cerrojos,
frente a la angosta ventana
dejas espaciar los ojos
por la campiña lejana,
¿de qué te sirve tener
en el pecho un ansia viva,
si eres libre para ver,
y para volar cautiva?
Siento mayor la amargura
de tu mal cuando te veo
con las alas en tortura
y en libertad el deseo.
Preso el pie y el alma alerta...
¡Qué morir frente a la vida!
¿Para qué ventana abierta
si no hay puerta de salida?
Alma cautiva y hermana
que en la campiña lejana
dejas espaciar los ojos,
¡que te quiten los cerrojos
o te cierren la ventana!
Cautiva que entre cerrojos,
frente a la angosta ventana
dejas espaciar los ojos
por la campiña lejana,
¿de qué te sirve tener
en el pecho un ansia viva,
si eres libre para ver,
y para volar cautiva?
Siento mayor la amargura
de tu mal cuando te veo
con las alas en tortura
y en libertad el deseo.
Preso el pie y el alma alerta...
¡Qué morir frente a la vida!
¿Para qué ventana abierta
si no hay puerta de salida?
Alma cautiva y hermana
que en la campiña lejana
dejas espaciar los ojos,
¡que te quiten los cerrojos
o te cierren la ventana!
Enrique González MartÃnez
Los políticos son como los cines de barrio, primero te hacen entrar y después te cambian el programa.
Enrique Jardiel Poncela
En la vida humana solo unos pocos sueños se cumplen; la gran mayoría de los sueños se roncan.
Enrique Jardiel Poncela
El que va acompañado de una linda mujer sabe que los amigos hallados en la calle tienen siempre más cosas que decir que cuando vamos solos.
Enrique Jardiel Poncela
Cuando llueve comparto mi paraguas, si no tengo paraguas, comparto la lluvia.
Enrique Ernesto Febbraro
ÉXTASIS INTENSO, TRISTEZA PROFUNDA, ANGUSTIOSA AGONÍA, ALEGRIA SUPREMA, CAMINOS SINUOSOS PERO VALEDEROS PARA UNA META ESPINOSA COMO LA MÁS BELLA ROSA...
Diego Enrique Loayza G