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Frases de casa ( 3 )

Frases de casa. Encuentra docenas de frases de casa con fotos para copiar y compartir.


Habla Carlos Gardel; queridos amigos de la América Latina, de mi tierra y de mi raza: la Casa Víctor quiere que les anuncie la firma reciente de mi contrato de exclusividad con ella, y yo lo hago muy gustoso porque sé que nuestras grabaciones serán cada vez más perfectas y encontrarán en ustedes oyentes cordiales e interesados.


Carlos Gardel


Todos los seres humanos sufrimos y es lo único que nos une, todos tenemos encima nuestro enorme sufrimiento. Algunos, son muy espectaculares como el que cuenta Mario Conde en su libro, pero, salga ústed a la calle y cada hombre, cada mujer, cada familia, es un drama... A lo mejor algunos cambiarían un tiempo de estancia de cárcel por no verse privados de la casa que se la va a quitar el banco, por ver a sus hijos que tienen 35 años y no encuentran trabajo, por preguntarse cual es el porvenir de sus nietos. Muchos estarían dispuestos a pagar tres meses de prisión antes de seguir con ese sufrimiento.


Mario Conde




Nixon. Era un hombre sin dignidad. Cada vez más gente veía que era un farsante, pero él, lejos de dimitir, se aferraba a la Casa Blanca soltando bravatas, ofuscando, amenazando y mintiendo, mintiendo y mintiendo.


Ken Follett


Una casa no es más que un territorio en el que nuestras necesidades básicas se satisfacen de cerca y sin peligro.


Yann Martel


Pronto supo Ti Noel que esto duraba ya desde hacía más de doce años y que toda la población del Norte había sido movilizada por la fuerza para trabajar en aquella obra inverosímil. Todos los intentos de protesta habían sido acallados en sangre. Andando, andando, de arriba abajo y de abajo arriba, el negro comenzó a pensar que las orquestas de cámara de Sans-Souci, el fausto de los uniformes y las estatuas de blancas desnudas que se calentaban al sol sobre sus zócalos de almocárabes entre los bojes tallados de los canteros, se debían a una esclavitud tan abominable como la que había conocido en la hacienda Monsieur Lenormand de Mezy. Peor aún, puesto que había una infinita miseria en lo de verse apaleado por un negro, tan negro como uno, tan belfudo y pelicrespo, tan narizñato como uno; tan igual, tan mal nacido, tan marcado a hierro, posiblemente, como uno. Era como si en una misma casa los hijos pegaran a los padres, el nieto a la abuela, las nueras a la madre que cocinaba.


Alejo Carpentier


Le dije que me gustaba la comida picante. No sé por qué tuve que afirmar semejante idiotez si es mentira. Voy poniendo cucharada tras cucharada de yogur en la comida. No hay nada que hacer. Cada vez me pasa igual: las papilas gustativas se me achicharran y se mueren; el rostro se me pone rojo como una remolacha; mi cabeza se me antoja una casa en llamas y el tracto digestivo empieza a retorcerse y quejarse de dolor como una boa constrictor que se acaba de tragar un cortacésped.


Yann Martel




Cuando lleguemos a la presidencia, vamos a incluir a las mujeres indígenas, ellas trabajarán en la casa presidencial para atender a los embajadores extranjeros para que ellos contemplen los trajes típicos


Óscar Berger


Ahí está el chofer de República Dominicana, el albañil de México, el mensajero de Ecuador, la peruana que cuida del estacionamiento, la colombiana que vende hot dogs o sombrillas sobre una banqueta. Todos medio escondidos en sus ropas y en sus líos migratorios. Todos extrañando al papá, a la novia, a la casa, a la playita, al monte, a la esquina que dejaron atrás. Todos muriéndose de frío. Entonces, ¿qué hacen aquí? ¿Por qué no se regresan a sus países de origen? Primero, lo obvio. El billete. Aquí hay trabajo y allá no.


Jorge Ramos


Y por eso, a lo largo de todo el verano, un poco de invierno se quedaba en casa.


Amos Oz




Está en casa, pensó Dan- Si el cuerpo de una persona es su hogar, ella está ahí.


Stephen King


Las historias que más amamos viven en nosotros para siempre. Así que, cuando vuelvas o por las páginas o por la gran pantalla, Hogwarts estará siempre allí para darte la bienvenida a casa.


J. K. Rowling


No sabes cómo temblarían los poderosos si lleváramos la violencia a la puerta de su casa. Si vieran amenazados sus privilegios y sus vidas, negociarían para no perderlo todo.


Ulrike Meinhof


Cuando gane ese campeonato voy a ponerme mis jeans viejos y un sombrero viejo y me dejaré la barba y caminaré por un viejo camino de campo donde nadie me conozca hasta encontrar una linda chica cuyo nombre no conozca que simplemente me quiera por lo que soy. Y después la llevaré a mi casa de doscientos cincuenta mil dólares en mi complejo de viviendas de un millón de dólares y le mostraré todos mis Cadillac y la pileta bajo techo por si llueve y le diré: ?Esto es tuyo, querida, porque me quieres por lo que soy?.


Jack Canfield




Siempre aquellos ojos y aquella voz que te envolvía. Dormido o despierto, trabajando o comiendo, en casa o en la calle, en el baño o en la cama... no había escapatoria. Lo único que te pertenecía eran los pocos centímetros cúbicos del interior de tu cráneo


George Orwell


En los últimos tiempos evitaba las discusiones políticas con desconocidos; por lo general, siempre tenían respuestas fáciles para todo: enviar a todos los mexicanos a casa, reclutar a los Ángeles del Infierno para el ejército, castrar a los maricones ? Cuanto mayor era su ignorancia, más vehementes eran sus opiniones.


Ken Follett


Temblor de cristales: escalofrío de la casa.


Ramón Gómez De La Serna


Se había cansado de esperar al hombre que se quedó, a los hombres que se fueron, a los incontables hombres que erraron el camino de su casa confundidos por la incertidumbre de las barajas.


Gabriel García Márquez


La Nación Argentina inicia hoy un nuevo período constitucional que las circunstancias han convertido en comienzo de una nueva era. En lo profundo este acto inicial está presidido por un ideal moral: la clara e inequívoca voluntad del reencuentro argentino y de reanudar el desarrollo nacional. A partir de hoy gobernaré para todos los argentinos y reclamaré el concurso de cuantos comparten los anhelos del pueblo, cualquiera que sea su militancia política y sin otra condición que su honestidad y su capacidad. Abandono toda tarea partidista y declaro solemnemente que desde la Casa de Gobierno no se hará política de partido. Debemos terminar con el sectarismo y la intolerancia.


Arturo Frondizi


Mujer negra

Todavía huelo la espuma del mar que me hicieron atravesar.
La noche, no puedo recordarla.
Ni el mismo océano podría recordarla.
Pero no olvido el primer alcatraz que divisé.
Altas, las nubes, como inocentes testigos presenciales.
Acaso no he olvidado ni mi costa perdida, ni mi lengua ancestral
Me dejaron aquí y aquí he vivido.
Y porque trabajé como una bestia,
aquí volví a nacer.
A cuanta epopeya mandinga intenté recurrir.

Me rebelé.
Su Merced me compró en una plaza.
Bordé la casaca de su Merced y un hijo macho le parí.
Mi hijo no tuvo nombre.
Y su Merced murió a manos de un impecable lord inglés.

Anduve.
Esta es la tierra donde padecí bocabajos y azotes.
Bogué a lo largo de todos sus ríos.
Bajo su sol sembré, recolecté y las cosechas no comí.
Por casa tuve un barracón.
Yo misma traje piedras para edificarlo,
pero canté al natural compás de los pájaros nacionales.

Me sublevé.
En esta tierra toqué la sangre húmeda
y los huesos podridos de muchos otros,
traídos a ella, o no, igual que yo.
Ya nunca más imaginé el camin a Guinea.
¿Era a Guinea? ¿A Benín? ¿Era a
Madagascar? ¿O a Cabo Verde?
Trabajé mucho más.
Fundé mejor mi canto milenario y mi esperanza.
Aquí construí mi mundo.

Me fui al monte.
Mi real independencia fue el palenque
y cabalgué entre las tropas de Maceo.
Sólo un siglo más tarde,
junto a mis descendientes,
desde una azul montaña.

Bajé de la Sierra
Para acabar con capitales y usureros,
con generales y burgueses.
Ahora soy: sólo hoy tenemos y creamos.
Nada nos es ajeno.
Nuestra la tierra.
Nuestros el mar y el cielo.
Nuestras la magia y la quimera.
Iguales míos, aquí los veo bailar
alrededor del árbol que plantamos para el comunismo.
Su pródiga madera ya resuena.


Nancy Morejón


Eso es un viajero, alguien descontento con la idea de estar en casa, alguien descontento en general, alguien que vive esperando encontrar algo destacable, increíble.


Paul Theroux


La comida no era tan buena como la que le servían en su casa, pero la atmósfera era muy tranquila. Los sillones del saloncito para fumadores eran antiguos y cómodos, los camareros eran mayores y lentos, el papel de la pared estaba descolorido y la pintura había perdido color. Todavía tenían luz de gas. Los hombres como Walden acudían allí porque sus casas les resultaban excesivamente limpias y femeninas. ?Dijo usted que casi lo habían


Ken Follett


¿Qué acaso no es un interés directo de la Casa Blanca defender los negocios de las empresas americanas en lugar de favorecer a nuestros competidores de cualquier parte del mundo?


Francisco Martín Moreno


«¿Por qué el diminutivo es señal de cariño? ?iba diciéndose Augusto camino de su casa?. ¿Es acaso que el amor achica la cosa amada?


Miguel de Unamuno


Lo tuyo es tuyo, tu propiedad, tu casa, tu país y no vamos a permitir que nos lo arrebaten


María Corina Machado


La fama no cambia a nadie, lo único que hace es descubrir a los idiotas; si eres un idiota anónimo, sólo lo saben en tu casa y poco más, pero cuando eres famoso, lo sabrán en todo el mundo.


Patricia Conde


Excelencias, imaginad por un momento qué sucedería si las bibliotecas pudiesen estar en casa de cualquier hijo de vecina.


Federico Andahazi




Cuando dieron por fin con la casa, Abrenuncio se despidió en la puerta con una sentencia de Horacio.
«No sé latín», se excusó el marqués.
«Ni falta que hace», dijo Abrenuncio. Y lo hizo en latín, por supuesto.


Gabriel García Márquez


maridos y la basura deben de salir de casa antes de las once de la mañana, porque si lo hacen más tarde, la casa apesta.


Francisco Martín Moreno


En la primavera de 1943, repetí la síntesis de LSD-25. Como en la primera síntesis, sólo obtuve unos pocos centigramos del compuesto. En el paso final de la síntesis, durante la purificación y cristalización de la dietilamida del ácido lisérgico en forma de tartrato (sal de ácido tartárico), fui interrumpido en mi trabajo por sensaciones inusuales. La siguiente descripción de este incidente procede del informe que envié entonces al profesor Stoll:
?El pasado viernes, 16 de abril de 1943, me vi obligado a interrumpir mi trabajo en el laboratorio a media tarde y marcharme a casa, afectado por una inquietud notable, combinada con un ligero mareo. En casa me tumbé sumido en un estado no desagradable, como un estado de embriaguez, caracterizada por una imaginación extremadamente estimulada?.


Albert Hofmann


Cada vez que te sonreía como dices, sentías que te ponían en tu lugar. Sin duda el sufrimiento era atroz pero también era como un retorno. La hija pródiga en la casa del tormento.


Alejandra Pizarnik


A usted le encantaría coger una camioneta, venirse de madrugada a mi casa y por la mañana aparecer yo bocabajo en una cuneta.


Francisco Camps


No me lo creo. Que al despegar tu puño de sus caras no sientas tú el dolor. Que al quitarte el casco no te ciegue la luz del Sol. Que al volver a tu casa te quede corazón suficiente, como para besar a tu mujer, como hacen las personas. Como si fueras de los nuestros.


Shinoflow


El único negocio es que prefiero perder un poco de guita con el perfume que llenarme los bolsillos con el olor a bosta. Ahora bien, ¿cómo no vas a disfrutar de un buen vino más que de uno malo, de una caricia más que de una patada en el orto? Lo que me arruinaría sería tener que ser un miserable para poder disfrutar del confort. Pero yo no he tenido guita para pagar el alquiler, y sin embargo en mi casa había champagne. Sí, yo tomé champagne toda mi vida, porque para mí es mucho más importante que tener un Peugeot. Me gustan más esos vicios que ir sacando el brazo por la ventanilla del mejor auto.


Indio Solari


«Bueno, Steve, me parece que hay más de una forma de verlo. Yo diría más bien que es como si ambos tuviésemos un vecino rico llamado Xerox y, cuando yo me colé en su casa para robar el televisor, descubrí que ya te lo habías llevado tú».


Walter Isaacson


Sabe más el tonto en su casa, que el sabio en la ajena.


Miguel de Cervantes


La razón posee una naturaleza pulcra y hacendosa y siempre se esfuerza por llenar de causas y efectos todos los misterios con los que se topa, al contrario de la imaginación (la loca de la casa, como la llamaba Santa Teresa de Jesús), que es pura desmesura y deslumbrante caos.


Rosa Montero


(...) el sótano; sí, estás en el sótano de
la casa paterna, tú eres un niño, sólo has
soñado que eras un adulto, un viejo y
asqueroso vigilante en París, pero eres
un niño y estás en el sótano de la casa
paterna (...)


Patrick Süskind


Cartujos en casa y apóstoles fuera de ella.


Giuseppe Marello Viale


El amplio y modesto apartamento que ocupaba casi carecía de muebles; los libros, desordenados, se apilaban en los rincones. Ese ámbito, desmesuradamentle bibliófilo y sorpresivo, me llevó a entender de inmediato que estaba ante un extraordinario lector.
- ¡Ah, mi querido amigo, a todo devoto de los libros nos ocurre lo mismo; cuando estos señores con vida propia invaden nuestra casa es imposible detenerlos! - justificó, irónico, con una sonrisa -. Uno no sabe que hacer con ellos y empiezan a desalojarte. Ya me ocurrió en otro apartamento. Llegó a estar tan repleto de libros que un día cerré la puerta, escapé por la ventana y nunca más regresé.


Roberto Alifano


Resistir es que cada Venezolano defienda su propiedad, sea su casa, su negocio o su pensión


María Corina Machado