Frases de sabio ( 3 )
Frases de sabio. Encuentra docenas de frases de sabio con fotos para copiar y compartir.
La esperanza es un sentimiento positivo, o al menos eso decía la gente. Pero Bipa sabía la amarga verdad: la esperanza podía llegar a ser cruel, oh sí, terriblemente cruel... Podía convertir una muchacha enamorada en una mujer triste y débil, perdida en sus ensoñaciones y en un tiempo que no volvería. La esperanza podía trastornar a una persona hasta hacerle rozar la locura.
Laura Gallego GarcÃa
¿Sabia yo lo qué es amor? -Ojos jurad que no. Porque nunca había visto una belleza así.
William Shakespeare
Yo sabía que la corrupción en Colombia era grande, pero no sospechaba del nivel real de esa corrupción sino hasta cuando entré al Congreso
Ãngrid Betancourt
..."Y mirá que apenas nos conocíamos y ya la vida urdía lo necesario para desencontrarnos minuciosamente. Como no sabías disimular me di cuenta en seguida de que para verte como yo quería era necesario empezar por cerrar los ojos"...
Julio Cortázar
Tú no tienes que hacer esto sola. ? Dijo finalmente. El sonaba casi ansioso, no tenía sentido. Era él quien me había dicho durante mucho tiempo que tenía que ser fuerte. Yo quería lanzarme en sus brazos en ese mismo momento pero sabía que no podía hacerlo.
Richelle Mead
Sabía por propia experiencia que la vida era un laberinto en el que la única puerta de salida conocida era la última: la muerte.
Jordi Sierra i Fabra
La dignidad de una generación consiste en emplear su propio criterio para discernimiento de lo heredado, defendiendo, impulsando, mejorando todo lo sensato y sabio y disminuyendo, en lo posible, lo torcido y lo maligno.
Laureano Gómez
tertulia literaria los viernes por la noche a la que no me invitaba porque sabía que todos los asistentes, poetastros frustrados y lameculos que le reían
Carlos Ruiz Zafón
La vida enseña a cada momento y el único secreto es aceptar que, apenas aprendiendo de lo cotidiano, podemos ser tan sabios como Salomón y tan poderosos como Alejandro Magno.
Paulo Coelho
Se sentía, pues, humillada y triste, y arrepentida, aunque no sabía exactamente de qué. Ansiaba su estima cuando ya no podía esperar obtenerla; necesitaba oírlo cuando no parecía existir la menor probabilidad de avenencia; estaba convencida de que habría sido dichosa a su lado, cuando no era probable que se produjera un nuevo encuentro entre ambos.
Jane Austen
Si fuera más joven, rechazaría tu ofrecimiento-dijo dando un suspiro-. Pero el orgullo es el lujo de los fuertes.-Puso una delgada mano sobre mi brazo y lo utilizó como punto de apoyo para ponerse de pie-. Yo debo optar por ser gentil.
- La gentileza es el lujo de los sabios-dije con soltura-. De modo que se puede afirmar que la sabiduría aporta gentileza.
- La gentileza es el lujo de los sabios-dije con soltura-. De modo que se puede afirmar que la sabiduría aporta gentileza.
Patrick Rothfuss
Si quien gobierna [... ] no reconoce los males hasta que los tiene encima, no es realmente sabio".
Nicolás Maquiavelo
Él sabía que las dos conviven tranquilamente en este mundo, pero lo primero que ha de hacer el arte es violar las reglas de la realidad. Y ha de ser así a fin de que pueda existir por si mismo
Yukio Mishima
Me vi entonces a mí mismo a través de sus ojos; apenas un muchacho transparente que creía haber ganado el mundo en una hora y que todavía no sabía que podía perderlo en un minuto.
Carlos Ruiz Zafón
Una vez busqué en un diccionario el término "hipocondríaco" y le
saqué una copia.
-No sé si lo sabías, pero tu biografía viene en el Diccionario de la Real
Academia le anuncié.
Echó un vistazo a la fotocopia y me lanzó una mirada de alcayata.
-Prueba a buscar en la "i" de idiota y verás que no soy el único
famoso replicó JF.
saqué una copia.
-No sé si lo sabías, pero tu biografía viene en el Diccionario de la Real
Academia le anuncié.
Echó un vistazo a la fotocopia y me lanzó una mirada de alcayata.
-Prueba a buscar en la "i" de idiota y verás que no soy el único
famoso replicó JF.
Carlos Ruiz Zafón
¿Cómo tiene el ojo? -preguntó ella. Tenía peor aspecto con la fuerte luz diurna, casi como si la magulladura se extendiera sobre el caballete de su nariz. Pero al menos ahora sabía de qué color tenía los ojos: azul claro intenso. Era casi absurdo lo mucho que le había intrigado aquello.
-No me molesta demasiado si no me lo toco -le dijo-. Intente reprimirse y no arrojarme piedras a la cara, se lo agradeceré de corazón.
-Todos mis planes para esta tarde al traste -bromeó ella-. Así de sencillo.
-No me molesta demasiado si no me lo toco -le dijo-. Intente reprimirse y no arrojarme piedras a la cara, se lo agradeceré de corazón.
-Todos mis planes para esta tarde al traste -bromeó ella-. Así de sencillo.
Julia Quinn
usted aprende
y usa lo aprendido
para volverse lentamente sabio
para saber que al fin el mundo es esto
en su mejor momento una nostalgia
en su peor momento un desamparo
y siempre siempre
un lío.
y usa lo aprendido
para volverse lentamente sabio
para saber que al fin el mundo es esto
en su mejor momento una nostalgia
en su peor momento un desamparo
y siempre siempre
un lío.
Mario Benedetti
No pretendía ser un sabio, pero había bebido hasta emborracharse en el manantial de la sabiduría.
O. Henry
También sabía que amaría a aquella niña durante toda su existencia, que ese amanecer perduraría en su recuerdo y que sería lo último que vería en el momento de morir. Ese
Isabel Allende
¡Qué sabio y feliz es aquel que procura ser ahora como desea que Dios lo encuentre en su última hora!
Marcelino Champagnat
Y fue así que nos despertamos en un mundo ávido de novedades sociales y que alegremente se lanzaba hacia la conquista de una libertad que no se sabía muy bien lo que era y de un progreso que jamás pudo definir.
Fernando Pessoa
Sabía que hay que aprender a ver el universo en una gota de agua, que con un hueso constituye el paleontólogo el animal entero y con un asa de puchero toda una vieja civilización el arqueológo, sin desconocer tampoco que no debe mirarse a las estrellas con microscopio y con un telescopio a un infusorio, como los humoristas acostumbran hacer para ver turbio
Miguel de Unamuno
Tenía la impresión de que le habían cazado. Le parecía ver a los amigos chismorreando y riéndose. Ella, por otra parte, era vulgar. A veces decía freído por frito, y si diría en lugar de si dijese. ¿Pero qué importaba la gramática si él la quería? Aún no sabía si debía quererla o despreciarla por lo que había hecho. Es verdad que también él había puesto su parte en la tortilla. Sin embargo el instinto le sugería quedarse libre, no casarse. Ya se sabe, en cuanto te casaste, acabaste
James Joyce
Sampras, que no es precisamente un especialista de globos altos, parece casi frágil, cerebral, poeta, al mismo tiempo sabio y triste, cansado de esa forma en que solo se cansan las democracias.
David Foster Wallace
Como todo poseedor de una biblioteca, Aureliano se sabía culpable de no conocerla hasta el fin
Jorge Luis Borges
El problema al que me refiero es que no aceptamos que existe esa segunda parte, que la naturaleza algún día será naturaleza. Como dice Heine, un día el dios se despereza, estira los brazos y nos golpea. Viene el tsunami y el hombre se queda, no ante el horror, sino ante la realidad?Antes, el hombre sabía que la naturaleza tiene sus leyes. Ahora lo ignoramos y no queremos pagar el precio cuando llega el maremoto y la naturaleza dice «aquí estoy.
Arturo Pérez-Reverte
Cuántas veces le había dado una propina exagerada al camarero, sólo porque pensó que él iba a morir y no lo sabía
Clarice Lispector
La espesa rebanada de pan de por las tardes nos sabía deliciosa precisamente porque no la ganábamos. Nunca volverá el pan a tener ese sabor.
Henry Miller
Zihuatanejo ?lo dijo pronunciando la palabra con una lentitud musical?. Allá abajo, en México. Es un pequeño lugar que queda a unos treinta kilómetros de Playa Azul. Unos ciento sesenta kilómetros al noroeste de Acapulco, en la costa del Pacífico. ¿Sabes lo que dicen los mexicanos del Pacífico? Le dije que no lo sabía.
?Dicen que no tiene memoria. Y precisamente por eso. Red, quiero acabar allí mis días. En un lugar cálido y sin memoria.
?Dicen que no tiene memoria. Y precisamente por eso. Red, quiero acabar allí mis días. En un lugar cálido y sin memoria.
Stephen King