Frases y poemas de José Marti ( 2 )
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El derecho del obrero no puede ser nunca el odio al capital; es la armonía, la conciliación, el acercamiento común de uno y del otro.
José MartÃ
Cuando agitas tu cendal, sueño eterno de Martí, tal emoción siento en mí, ¡que indago al celeste velo si en ti se prolonga el cielo o el cielo surge de ti!
AgustÃn Acosta
Mi trabajo es cantar todo lo bello, encender el entusiasmo por todo lo noble, admirar y hacer admirar todo lo grande.
José MartÃ
Se abren campañas por la libertad política; debieran abrirse con mayor vigor por la libertad espiritual; por la acomodación del hombre a la tierra en que ha de vivir.
José MartÃ
La política es bella, aunque parezca fea por lo que se le entra del interés inevitable; y su beldad está en la fatiga difícil y dolorosa de los hombres en virtud por tener la república a salvo de los que negocian con la santidad de sus oficios.
José MartÃ
La política no es la ciencia de las formas, aunque sea esto en mucho; sino el arte de fundir en actividad pacífica los elementos, heterogéneos u hostiles, de la nación; y lo primero es conocer al dedillo a estos elementos, para no intentar nada que haya de chocar contra ellos, e irles acomodando gradualmente aquellas novedades foráneas que fuesen de posible y útil acomodo.
José MartÃ
. . . Todo hombre está obligado a honrar con su conducta privada, tanto como con la pública, a su patria.
José MartÃ
Se aborrece a los viles, y se ama, con las entrañas toda, a los hombres pudorosos y bravos.
José MartÃ
. . . Hacer de la política, no el arte de retener el gobierno, ni de dar a las naciones brillo pasajero, sino de estudiar sus necesidades reales, favorecer sus instintos, y tratar del aumento y amparo de sus haberes.
José MartÃ
Ni la política ha de ser arte de escarceos, retazos y tráficos, ni es digno de confianza de su país el que mira más a parecer bien a sus adversarios -por sus seguridad y gloria de hombre hábil-que a intentar y realizar todas las mejoras que crea beneficiosas a su pueblo.
José MartÃ
La honra puede ser mancillada. La justicia puede ser vendida. Todo puede ser desgarrado. Pero la noción del bien flota sobre todo, y no naufraga jamás.
José MartÃ
La vida humana sería una invención repugnante y bárbara, si estuviera limitada a la vida en la tierra.
José MartÃ
La patria es dicha de todos, y dolor de todos, y cielo para todos, y no feudo ni capellanía de nadie.
José MartÃ
Para verdades trabajamos, y no para sueños. Para libertar a los cubanos trabajamos, y no para acorralarlos.
José MartÃ
Urge ya, en estos tiempos de política de mostrador, dejar de avergonzarse de ser honrado. (. . . ) la política virtuosa es la única útil y durable.
José MartÃ
A un plan obedece nuestro enemigo: de enconarnos, dispensarnos, dividirnos, ahogarnos. Por eso obedecemos nosotros a otro plan: enseñarnos en toda nuestra altura, apretarnos, juntarnos, burlarlo, hacer por fin a nuestra patria libre. Plan contra plan.
José MartÃ
La paz viene como necesaria consecuencia del trabajo: pero el trabajo no se alimenta cuando no puede tener la esperanza de realizar y mejorar sus productos.
José MartÃ
Los hombres son como los astros, que unos dan luz de sí y otros brillan con la que reciben.
José MartÃ
Para pedestal, no para sepulcro, se hizo la tierra, puesto que está tendida a nuestros pies.
José MartÃ
La felicidad general de un pueblo descansa en la independencia individual de sus habitantes.
José MartÃ
Nuestra patria es una, empieza en el río grande, y va a parar en los montes fangosos de la patagonia.
José MartÃ
La riqueza exclusiva es injusta. Sea de muchos; no de los advenedizos, nuevas manos muertas, sino de los que honrada y laboriosamente la merezcan.
José MartÃ
La patria no es de nadie: y si es de alguien, será, y esto solo en espíritu, de quien la sirva con mayor desprendimiento e inteligencia.
José MartÃ
La ciencia y las letras doman las pasiones que engendra la política. Tiempo es ya de que el afecto reemplace en la ley del mundo al odio.
José MartÃ
Esta juventud entusiasta es bella. Tiene razón, pero aunque estuviera equivocada, la amaríamos.
José MartÃ
Ni pueblos ni hombres han de ser medrosos que lleguen a tener miedo de sí mismos. En buena hora que la política sea artística, y pocas ciencias requieren tanto arte y mesura y estudio y buen gusto como ella. Pero ha de ser sincera.
José MartÃ
El amor , administrado por la vigilancia, es el único modo seguro de felicidad y gobierno entre los hombres.
José MartÃ
. . . Es hora ya de que las fuerzas de construcción venzan en la colosal batalla humana a las fuerzas de la destrucción. La guerra, que era antes el primero de los recursos, es ya hoy el último de ellos: mañana será un crimen.
José MartÃ
Pues no tiene la capacidad de gobernar con justicia, y no debe gobernar el que no tiene la capacidad de convencer.
José MartÃ
Solo el ejercicio general del derecho libra a los pueblos del dominio de los ambiciosos.
José MartÃ
La libertad no muere jamás de las heridas que recibe. El puñal que la hiere lleva a sus venas nueva sangre.
José MartÃ
La unidad de pensamiento, que de ningún modo quiere decir la servidumbre de la opinión, es sin duda condición indispensable del éxito de todo programa político.
José MartÃ
Las diferencias políticas no dan derecho, entre hombres corteses y leales, a la inversión, o admisión indiscreta, y publicación voluntaria, de noticias falsas.
José MartÃ
Cuando se es joven, se crea. Cuando se es inteligente, se produce. No se adapta, se innova: la medianía copia; la originalidad se atreve.
José MartÃ
La libertad de mi patria, quisiera verla surgir entre alas, no de entre charcas de sangre.
José MartÃ
Ni con lisonja, ni con la mentira, ni con el alboroto se ayuda verdaderamente a una obra justa.
José MartÃ