Gustavo flauber ( 2 )
Gustavo flauber. Encuentra docenas de gustavo flauber con fotos para copiar y compartir.
Lix
¡Cuántas veces al pie de las musgosas
paredes que la guardan
oà la esquila que al mediar la noche
a los maitines llama!
¡Cuántas veces trazó mi silueta
la luna plateada,
junto a la del ciprés, que de su huerto
se asoma por las tapias!
Cuando en sombras la iglesia se envolvÃa
de su ojiva calada,
¡cuántas veces temblar sobre los vidrios
vi el fulgor de la lámpara!
Aunque el viento en los ángulos oscuros
de la torre silbara,
del coro entre las voces percibÃa
su voz vibrante y clara.
En las noches de invierno, si un medroso
por la desierta plaza
se atrevÃa a cruzar, al divisarme,
el paso aceleraba.
Y no faltó una vieja que en el torno
dijese a la mañana
que de algún sacristán muerto en pecado
acaso era yo el alma.
A oscuras conocÃa los rincones
del atrio y la portada;
de mis pies las ortigas que allà crecen
las huellas tal vez guardan.
Los búhos, que espantados me seguÃan
con sus ojos de llamas,
llegaron a mirarme con el tiempo
como a un buen camarada.
A mi lado sin miedo los reptiles
se movÃan a rastras;
¡hasta los mudos santos de granito
creo que me saludaban!
¡Cuántas veces al pie de las musgosas
paredes que la guardan
oà la esquila que al mediar la noche
a los maitines llama!
¡Cuántas veces trazó mi silueta
la luna plateada,
junto a la del ciprés, que de su huerto
se asoma por las tapias!
Cuando en sombras la iglesia se envolvÃa
de su ojiva calada,
¡cuántas veces temblar sobre los vidrios
vi el fulgor de la lámpara!
Aunque el viento en los ángulos oscuros
de la torre silbara,
del coro entre las voces percibÃa
su voz vibrante y clara.
En las noches de invierno, si un medroso
por la desierta plaza
se atrevÃa a cruzar, al divisarme,
el paso aceleraba.
Y no faltó una vieja que en el torno
dijese a la mañana
que de algún sacristán muerto en pecado
acaso era yo el alma.
A oscuras conocÃa los rincones
del atrio y la portada;
de mis pies las ortigas que allà crecen
las huellas tal vez guardan.
Los búhos, que espantados me seguÃan
con sus ojos de llamas,
llegaron a mirarme con el tiempo
como a un buen camarada.
A mi lado sin miedo los reptiles
se movÃan a rastras;
¡hasta los mudos santos de granito
creo que me saludaban!
Gustavo Adolfo Becquer
Como en cuna de nacar que empuja el mar y que acaricia el cefiro, dormir parecia al blando arrullo de sus labios entreabiertos.
Gustavo Adolfo Bécquer
¡Qué hermoso es ver el dÃa coronado de fuego levantarse, y a su beso de lumbre brillar las olas y encenderse el aire!.
Gustavo Adolfo Bécquer
Dios, aunque invisible, tiene siempre una mano tendida para levantar por un extremo la carga que abruma al pobre.
Gustavo Adolfo Bécquer
El amor es un misterio. Todo en él son fenómenos a cual más inexplicable; todo en él es ilógico, todo en él es vaguedad y absurdo.
Gustavo Adolfo Bécquer
Nuestra pasión fue un trágico sainete en cuya absurda fábula lo cómico y lo grave confundidos risas y llanto arrancan.
Gustavo Adolfo Bécquer
Ella tiene la luz, tiene el perfume, el color y la lÃnea, la forma engendradora de deseos, la expresión, fuente eterna de poesÃa.
Gustavo Adolfo Bécquer
Hoy la tierra y los cielos me sonrÃen, hoy llega al fondo de mi alma el sol, hoy la he visto..., la he visto y me ha mirado.... ¡hoy creo en Dios!.
Gustavo Adolfo Bécquer
¡Lástima que el Amor un diccionario no tenga donde hallar cuando el orgullo es simplemente orgullo y cuando es dignidad!.
Gustavo Adolfo Bécquer
Podrá nublarse el sol eternamente, podrá secarse en un instante el mar, podrá romperse el eje de la tierra como un débil cristal. ¡Todo sucederá!. Podrá la muerte cubrirme con su fúnebre crespón, pero jamás en mà podrá apagarse la llama de tu amor.
Gustavo Adolfo Bécquer
Si pudiera hacerse la disección de las almas, cuantas muertes misteriosas se explicarÃan.
Gustavo Adolfo Bécquer
Como se arranca el hierro de una herida su amor de las entrañas me arranqué, aunque sentà al hacerlo que la vida me arrancaba con él!.
Gustavo Adolfo Bécquer
Dos rojas lenguas de fuego que a un mismo tronco enlazadas se aproximan, y al besarse forman una sola llama.
Gustavo Adolfo Bécquer
Dos ideas que al par brotan, dos besos que a un tiempo estallan, dos ecos que se confunden, eso son nuestras dos almas.
Gustavo Adolfo Bécquer
Con frecuencia, algunos buscan la felicidad como se buscan los lentes cuando se tienen sobre la nariz.
Gustavo Dorz
El espectáculo de lo bello, en cualquier forma en que se presente, levanta la mente a nobles aspiraciones.
Gustavo Adolfo Bécquer
En este mundo de información, de técnica, el pobre está marginado del circuito económico.
Gustavo Gutierrez Merino
No digáis que, agotado su tesoro, de asuntos falta, enmudeció la lira: podrá no haber poetas pero siempre habrá poesÃa.
Gustavo Adolfo Bécquer
NADIDAD
Nada causa tal placer, que sentir tu nadidad.
Si vives lo tienes todo, motivo para celebrar.
Este momento que tienes, sin duda no volverá,
Nada es lo que necesita, lleno de todo ya está.
No te apegues a la vida, pues de viaje solo estas,
Cuando sufras por todo ello, recuerda tu nadidad.
Vacio llegaste al mundo, con nada de tu propiedad,
Ni el conocimiento es tuyo, mucho menos la verdad.
Nada causa tal placer, que sentir tu nadidad.
Si vives lo tienes todo, motivo para celebrar.
Nada causa tal placer, que sentir tu nadidad.
Si vives lo tienes todo, motivo para celebrar.
Este momento que tienes, sin duda no volverá,
Nada es lo que necesita, lleno de todo ya está.
No te apegues a la vida, pues de viaje solo estas,
Cuando sufras por todo ello, recuerda tu nadidad.
Vacio llegaste al mundo, con nada de tu propiedad,
Ni el conocimiento es tuyo, mucho menos la verdad.
Nada causa tal placer, que sentir tu nadidad.
Si vives lo tienes todo, motivo para celebrar.
Gustavo Estrada Luque
OLVIDA
Olvida lo que te dije, por el amor de Dios,
Que lo que veo no existe, ni soy Yo ni es mi voz.
Soy el sueño de un dormido, que va sin pena ni gloria,
Peleando contra molinos, viviendo su propia historia.
Olvida lo que haz oÃdo, no razones mi decir,
Que mientras esté dormido, mentiras habrás de oÃr.
Ama sin juicio mi alma, solo te pido mi amor,
Que mi pesadilla calma y quizá despierte hoy.
Olvida lo que te dije, por el amor de Dios,
Que lo que veo no existe, ni soy Yo ni es mi voz.
Soy el sueño de un dormido, que va sin pena ni gloria,
Peleando contra molinos, viviendo su propia historia.
Olvida lo que haz oÃdo, no razones mi decir,
Que mientras esté dormido, mentiras habrás de oÃr.
Ama sin juicio mi alma, solo te pido mi amor,
Que mi pesadilla calma y quizá despierte hoy.
Gustavo Estrada Luque
PALABRAS
Pensamientos van y vienen, moviéndose en zigzag,
Demonios que me controlan y entorpecen mi andar.
Paz querida, paz de mi alma, haz de mi un dulce hogar,
Que mi mente quiere calma y mi corazón amar.
Extraño el jugueteo sin causa y la sonrisa natal.
No habÃa mente, no habÃa lenguas, solo admiración total,
Pero una sarta de palabras me dieron la gran razón,
Que ahora solo me estorban para hablar con el corazón.
Pensamientos van y vienen, moviéndose en zigzag,
Demonios que me controlan y entorpecen mi andar.
Paz querida, paz de mi alma, haz de mi un dulce hogar,
Que mi mente quiere calma y mi corazón amar.
Extraño el jugueteo sin causa y la sonrisa natal.
No habÃa mente, no habÃa lenguas, solo admiración total,
Pero una sarta de palabras me dieron la gran razón,
Que ahora solo me estorban para hablar con el corazón.
Gustavo Estrada Luque
GUARDA SILENCIO
¿Quien soy yo?.. Me preguntè, ¿Quien soy Yo?
¿Soy el que tú dices que soy? ¿Soy el que digo Yo que soy?
pero ¿Quien es el que dice que es Yo?.. (Pensé en voz alta)
Yo.. (Escuché en mi interior).. ¡Soy tu conciencia!,
Entrampada en tu mente, intentando liberarse de tu memoria.
No pienses mas, no hables mas, solo guarda silencio...
¿Escuchas el silencio?... ¿Observas el silencio?... ¿Sientes el silencio?
Ese somos Tú y Yo, el Director y el protagonista juntos al fìn,
Escribiendo la gran historia de mi vida.
¿Quien soy yo?.. Me preguntè, ¿Quien soy Yo?
¿Soy el que tú dices que soy? ¿Soy el que digo Yo que soy?
pero ¿Quien es el que dice que es Yo?.. (Pensé en voz alta)
Yo.. (Escuché en mi interior).. ¡Soy tu conciencia!,
Entrampada en tu mente, intentando liberarse de tu memoria.
No pienses mas, no hables mas, solo guarda silencio...
¿Escuchas el silencio?... ¿Observas el silencio?... ¿Sientes el silencio?
Ese somos Tú y Yo, el Director y el protagonista juntos al fìn,
Escribiendo la gran historia de mi vida.
Gustavo Estrada Luque
LOCA MENTE
Loca mente mÃa me inundas con tus dilemas y juicios
¿Puedes estar en paz?
Que la vida se me vá en un soplo de aire frÃo.
Deja sentir la tibieza de mi alma en el olvido
Pues cada vez que recuerdo no soy Yo ni estoy vivo
Loca mente mÃa me inundas con tus dilemas y juicios
¿Puedes estar en paz?
Que la vida se me vá en un soplo de aire frÃo.
Deja sentir la tibieza de mi alma en el olvido
Pues cada vez que recuerdo no soy Yo ni estoy vivo
Gustavo Estrada Luque
ESTE MOMENTO
No sufras por lo que pasó, no temas por lo que vendrá,
¡Despierta! estas soñando la pesadilla de tu propia memoria.
RenconcÃliate con tu historia, mira hacia tu interior
Y encuentra el placer de solo ser y estar..en este momento.
No sufras por lo que pasó, no temas por lo que vendrá,
¡Despierta! estas soñando la pesadilla de tu propia memoria.
RenconcÃliate con tu historia, mira hacia tu interior
Y encuentra el placer de solo ser y estar..en este momento.
Gustavo Estrada Luque
EL TEATRO
La realidad siempre esta ahÃ, llena de hermosas experiencias
Que dÃa a dÃa van muriendo en la espera ansiosa de ser vividas.
Mientras en el teatro de mi inconciencia la mente sufrida y temerosa
aplaude y llora emocionada mis grandes obras del ayer y del mañana.
La realidad siempre esta ahÃ, llena de hermosas experiencias
Que dÃa a dÃa van muriendo en la espera ansiosa de ser vividas.
Mientras en el teatro de mi inconciencia la mente sufrida y temerosa
aplaude y llora emocionada mis grandes obras del ayer y del mañana.
Gustavo Estrada Luque
Si no estas conciente de ti y de tu realidad,
Transitas por el vacìo de la inexistencia
Transitas por el vacìo de la inexistencia
Gustavo Estrada Luque
VACIARME
Dios, ¿donde cabes en m�, si estoy lleno de palabras, imágenes y pensamientos que ocupan mi mente.
Tú estas inmerso en todo lo que existe incluyéndome a mi mismo y no hay palabras que te describan ni mente que te razone.
¡Que lejos estoy de encontrarte si no me vacÃo de todo para llenarme de ti!
Dios, ¿donde cabes en m�, si estoy lleno de palabras, imágenes y pensamientos que ocupan mi mente.
Tú estas inmerso en todo lo que existe incluyéndome a mi mismo y no hay palabras que te describan ni mente que te razone.
¡Que lejos estoy de encontrarte si no me vacÃo de todo para llenarme de ti!
Gustavo Estrada Luque
SEÑOR ME HAS BENDECIDO
Hoy es un hermoso dÃa, pues cavilando un poco,
Y debo parecer un loco, pensé un minuto en mi vida.
Recordé la inmensa gente que cruzó por mi camino,
Y me pregunté curioso a quien tuve de enemigo.
Pensando con cuidado y sin orgullo ni egoÃsmo,
Por mas que le busqué, solo me encontré a mi mismo.
¡En verdad Señor Tu me has bendecido!
Gracias por la bella esposa y los maravillosos hijos,
Por los amigos hermanos y los hermanos amigos,
Por todos ellos gracias, porque de todos hé aprendido.
Y ahora que en realidad soy YO mi único enemigo,
Tonto y loco estaré si no me vuelvo mi amigo
Hoy es un hermoso dÃa, pues cavilando un poco,
Y debo parecer un loco, pensé un minuto en mi vida.
Recordé la inmensa gente que cruzó por mi camino,
Y me pregunté curioso a quien tuve de enemigo.
Pensando con cuidado y sin orgullo ni egoÃsmo,
Por mas que le busqué, solo me encontré a mi mismo.
¡En verdad Señor Tu me has bendecido!
Gracias por la bella esposa y los maravillosos hijos,
Por los amigos hermanos y los hermanos amigos,
Por todos ellos gracias, porque de todos hé aprendido.
Y ahora que en realidad soy YO mi único enemigo,
Tonto y loco estaré si no me vuelvo mi amigo
Gustavo Estrada Luque
MUERO
Muero, en el cuarto oscuro de mi mente.
Empañado por fuera en sus ventanas
Y crecido en los rincones telarañas.
Muero inmerso en pensamientos,
Que alimentan y crecen mi egoÃsmo
Y la total ignorancia de mi mismo.
Muero, esclavo del deseo de salir de mi,
De correr libre como la luz y el aire
Y en nada y todo convertirme.
Muero, en el cuarto oscuro de mi mente.
Empañado por fuera en sus ventanas
Y crecido en los rincones telarañas.
Muero inmerso en pensamientos,
Que alimentan y crecen mi egoÃsmo
Y la total ignorancia de mi mismo.
Muero, esclavo del deseo de salir de mi,
De correr libre como la luz y el aire
Y en nada y todo convertirme.
Gustavo Estrada Luque
Xxxiii
Dos rojas lenguas de fuego
que a un mismo tronco enlazadas
se aproximan, y al besarse
forman una sola llama.
Dos notas que del laúd
a un tiempo la mano arranca,
y en el espacio se encuentran
y armoniosas se abrazan.
Dos olas que vienen juntas
a morir sobre una playa
y que al romper se coronan
con un penacho de plata.
Dos jirones de vapor
que del lago se levantan,
y al juntarse allá en el cielo
forman una nube blanca.
Dos ideas que al par brotan,
dos besos que a un tiempo estallan,
dos ecos que se confunden,
eso son nuestras dos almas.
Dos rojas lenguas de fuego
que a un mismo tronco enlazadas
se aproximan, y al besarse
forman una sola llama.
Dos notas que del laúd
a un tiempo la mano arranca,
y en el espacio se encuentran
y armoniosas se abrazan.
Dos olas que vienen juntas
a morir sobre una playa
y que al romper se coronan
con un penacho de plata.
Dos jirones de vapor
que del lago se levantan,
y al juntarse allá en el cielo
forman una nube blanca.
Dos ideas que al par brotan,
dos besos que a un tiempo estallan,
dos ecos que se confunden,
eso son nuestras dos almas.
Gustavo Adolfo Becquer
Xiv
Alguna vez la encuentro por el mundo
y pasa junto a mÃ
y pasa sonriéndose y yo digo
¿Cómo puede reÃr?
Luego asoma a mi labio otra sonrisa
máscara del dolor,
y entonces pienso: -Acaso ella se rÃe,
como me rÃo yo.
Alguna vez la encuentro por el mundo
y pasa junto a mÃ
y pasa sonriéndose y yo digo
¿Cómo puede reÃr?
Luego asoma a mi labio otra sonrisa
máscara del dolor,
y entonces pienso: -Acaso ella se rÃe,
como me rÃo yo.
Gustavo Adolfo Becquer
Xxvi
Tú eras el huracán y yo la alta
torre que desafÃa su poder:
¡tenÃas que estrellarte o que abatirme!
¡No podÃa ser!
Tú eras el océano y yo la enhiesta
roca que firme aguarda su vaivén:
¡tenÃas que romperte o que arrancarme!
¡No podÃa ser!
Hermosa tú, yo altivo: acostumbrados
uno a arrollar, el otro a no ceder:
la senda estrecha, inevitable el choque...
¡No podÃa ser!
Tú eras el huracán y yo la alta
torre que desafÃa su poder:
¡tenÃas que estrellarte o que abatirme!
¡No podÃa ser!
Tú eras el océano y yo la enhiesta
roca que firme aguarda su vaivén:
¡tenÃas que romperte o que arrancarme!
¡No podÃa ser!
Hermosa tú, yo altivo: acostumbrados
uno a arrollar, el otro a no ceder:
la senda estrecha, inevitable el choque...
¡No podÃa ser!
Gustavo Adolfo Becquer