La igualdad del hombre segun jose marti ( 4 )
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A mí me ganaba por la palabra, pero si hubiéramos acabado por llegar a las manos le juro a usted por mis muertos que lo mataba antes de que me tocase un pelo. Yo me quise enfriar porque me conocía la carácter y porque de hombre a hombre no está bien reñir con una escopeta en la mano cuando el otro no la tiene.
Camilo José Cela
Regreso a la filosofía no en el sentido absurdo de que ahora nos vamos a convertir todos en filósofos, pero apuntar la idea de que si el hombre es un ser pensante, pues entonces que piense.
José Saramago
El hombre es el inventor de la crueldad. Sé que tengo que gobernar la bestia que llevo dentro; algo así hacemos con la razón; pero la crueldad es fruto de la razón. La misma razón que crea
José Saramago
Lo que Dios ha creado, el hombre, no debería cambiarlo con estructuras faraónicas. En el problema del agua hay que respetar una España húmeda y otra seca. Este elemento no debe ser alterado sustancialmente por el hombre.
José MarÃa Aznar
En punto a amores tengo otra superstición: imagino que la mayor desgracia que a un hombre le puede suceder es que una mujer le diga que le quiere.
Mariano José de Larra
Las circunstancias... palabras vacías de sentido con que trata el hombre de descargar en seres ideales la responsabilidad de sus desatinos.
Mariano José de Larra
... el decir no es solo una de las cosas que hace el hombre sino, quizás, la única cosa que el hombre hace.
Camilo José Cela
Nada de lo que el hombre ha sido, es o será, lo ha sido, lo es ni lo será de una vez para siempre, sino que ha llegado ha serlo un buen día y otro buen día dejará de serlo
José Ortega y Gasset
Me gustaría escribir un libro feliz; yo tengo todos los elementos para ser un hombre feliz; pero sencillamente no puedo. Sin embargo hay una cosa que sí me hace feliz, y es decir lo que pienso.
José Saramago
La igualdad entre sexos es más efectiva contra el terrorismo que la fuerza militar
José Luis RodrÃguez Zapatero
Si coincidimos en algún acto social, hágame inmediatamente proposiciones deshonestas si es usted mujer o admire mi refinado estilo y mi peculiar visión de la vida si es usted hombre.
José Miguel Monzón Navarro
El pensamiento religioso no, pero la Iglesia es una rémora para el pensamiento humano porque es dogmático. En la religión primero se cree y luego se razona, al revés de lo que hace el hombre libre.
José Luis Sampedro
Cuando digo Humanidad exagero, porque creo que Humanidad no hay; hay seres humanos. Llevamos dos mil años desde la Antigua Grecia, se ha progresado técnicamente de una manere fabulosa, casi inverosímil pero seguimos matándonos unos a otros, no sabiendo vivir juntos en este planeta. El hombre no ha madurado bastante
José Luis Sampedro
No sé si hay un cambio climático en el que es -o no- determinante la acción del hombre
José MarÃa Aznar
El hombre moderno anda siempre apurado, porque si la economía no crece es una tragedia.
José Mujica
El trabajo ennoblece al hombre. Excepto al rey y a la duquesa de Alba, que ya eran nobles y por eso no necesitan trabajar.
José Miguel Monzón Navarro
Cada cultura ha tenido su referente: los griegos, el hombre; La Edad Media, Dios; ahora, el dinero. Para mí, el referente es la vida. Hemos recibido una vida y vamos a vivirla hasta el final.
José Luis Sampedro
Dicen los libros indios que dondequiera pone el hombre la planta pisa siempre cien senderos.
José Ortega y Gasset
Decididamente, el mundo de la duda es un paisaje marino e inspira al hombre presunciones de naufragio.
José Ortega y Gasset
Importa, pues, mucho conocer a fondo a este hombre-masa, que es pura potencia del mayor bien, y del mayor mal.
José Ortega y Gasset
El congreso es un haz de corrompidos; hay un grupo que trabaja el oro extranjero y que ha corrompido a muchas personas. Hay un hombre acaudalado que ha envilecido la prensa y ha envilecido los hombres. Las fuerzas parlamentarias han fluctuado entre vicios y ambiciones personales. El pueblo ha permanecido tranquilo y feliz, pero la oligarquía lo ha corrompido todo.
José Manuel Balmaceda
Queremos menos palabrería liberal y más respeto a la libertad profunda del hombre.
José Antonio Primo de Rivera
¿Cómo iba yo a creer en el pecado, una idea tan hija del orgullo? Si Dios es creador del Universo entero, ¿puede sentirse ofendido por una sabandija que le salió mal y que araña la superficie de un pequeño planeta? Hace falta tener una exageradísima idea de lo que es el hombre para creerle capaz de ofender a un infinito creador.
José Luis Sampedro
La aviación es lo más excelso de la especie humana. Es el hombre en busca de la aventura, es el ser que se desprende de la vulgaridad de la tierra, para comulgar con la pureza del cielo y desciende luego a purificar la tierra, después de haber recibido la comunión de lo infinito
José MarÃa Velasco Ibarra
Si te viese aparecer entre las nubes, Eliacim, con unas alas bien cosidas a la espalda, como un ángel, e incluso con una varita de la virtud en la mano, como un hada, probablemente enloquecería de tristeza.
Las nubes, hijo mío, con sus blandas cárcavas y sus cimientos movibles, guardan indescifrables teoremas cuyo planteamiento no es sano para los hombres. ¿Te acuerdas de aquel escalatorres, Eliacim, que un día de niebla escaló, una por una, todas las nubes del cielo y desapareció para siempre? Según los pastores de las montañas, que lo vieron, tenía la cabeza hueca y en su calavera se empollaban los minúsculos huevecillos de las tormentas, los huevecillos que, al reventar, sobrecogen al mundo.
Las nubes, Eliacim, se forman con las almas de quienes mueren en la horca y con las almas, también, de los niños que pecan antes de tiempo. Por eso, en los países del sol, suceden, a veces, cosas inexplicables, misteriosas y agudísimas cosas inexplicables.
Si te viese aparecer entre las nubes, Eliacim, estoy segura que enloquecería de tristeza. No es como un ángel como yo te quiero, hijo mío. Tampoco como habitante de la nube blanca, de la nube gris, de la nube negra.
Es de una manera mucho más sencilla e imposible.
Las nubes, hijo mío, con sus blandas cárcavas y sus cimientos movibles, guardan indescifrables teoremas cuyo planteamiento no es sano para los hombres. ¿Te acuerdas de aquel escalatorres, Eliacim, que un día de niebla escaló, una por una, todas las nubes del cielo y desapareció para siempre? Según los pastores de las montañas, que lo vieron, tenía la cabeza hueca y en su calavera se empollaban los minúsculos huevecillos de las tormentas, los huevecillos que, al reventar, sobrecogen al mundo.
Las nubes, Eliacim, se forman con las almas de quienes mueren en la horca y con las almas, también, de los niños que pecan antes de tiempo. Por eso, en los países del sol, suceden, a veces, cosas inexplicables, misteriosas y agudísimas cosas inexplicables.
Si te viese aparecer entre las nubes, Eliacim, estoy segura que enloquecería de tristeza. No es como un ángel como yo te quiero, hijo mío. Tampoco como habitante de la nube blanca, de la nube gris, de la nube negra.
Es de una manera mucho más sencilla e imposible.
Camilo José Cela
se prohibe hablar se prohibe mirar para los lados se prohibe fumar se prohibe pensar sólo se permiten la soledad la tristeza y el vacío el buen trabajador mortal trabaja y muere no es otra su misión tampoco tiene más misión que apretar la tuerca que ve delante de sus ojos durante cinco segundos se prohíbe saber que hay árboles y pájaros la luna las nubes las olas una hoja de color dorado a la que lleva el viento una mujer a la que se le estremecen de amorosa forma casi imperceptible las aletas de la nariz el tiempo es oro y la sociedad precisa que no se dilapide el oro vete siempre mirando para el suelo llega a tu casa cansado y con el desierto habitándote la cabeza nadie te espera si no es para descargar sobre tus espaldas su malhumor debes acostumbrarte a sentirte orgulloso de que el hombre haya llegado a la luna y de que el dolor pueda transmitirse vía satélite nadie quiere decir que la rebelión de la máquina ha esclavizado al hombre
Camilo José Cela
hubo de conocer al hombre que había de labrarle la ruina; no la de la honra; que bien arruinada debía de andar ya por entonces, sino la del bolsillo, que una vez perdida aquélla, era por la única que tenía que mirar.
Camilo José Cela
Deja que inquieten al hombre que loco al mundo se lanza; mentiras de la esperanza, recuerdos del bien que huyó; mentiras son sus amores, mentiras son sus victorias, y son mentiras sus glorias, y mentira su ilusión.
José de Espronceda
El hombre es la medida de todas las cosas, como decía el filósofo clásico. Pero ahora la manía es olvidarse de él, sepultarlo bajo un alud de cosas. Se debe viajar con el Kodak, pues se trata de que la cámara vea; se enferma de fracaso si no se tienen papeles en el banco o automóvil impresionante; se agotan las vidas en acumular títulos, pesetas, cintajos, chirimbolos, citas en los periódicos? ¡Como si lo esencial no fuese justamente lo contrario: rodear cosas del hombre!
José Luis Sampedro
Mi trabajo es cantar todo lo bello, encender el entusiasmo por todo lo noble, admirar y hacer admirar todo lo grande.
José MartÃ
La política es bella, aunque parezca fea por lo que se le entra del interés inevitable; y su beldad está en la fatiga difícil y dolorosa de los hombres en virtud por tener la república a salvo de los que negocian con la santidad de sus oficios.
José MartÃ