Lucha - francisco villaespesa
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¡Combatir es vivir!... La luz sublime entre las sombras de la noche crece: ¡espada que en la lucha no se esgrime, colgada en la panoplia se enmohece!.
Francisco Villaespesa
¿Es la luna que canta al darte un beso, o el ruiseñor que estremecido trina al recibir los besos de la luna?.
Francisco Villaespesa
Igual que en un sepulcro me he encerrado en tu eterno recuerdo, y en él vivo, la frente entre las manos, pensativo, evocando las glorias del pasado.
Francisco Villaespesa
Las mariposas tienden sus alas temblorosas y en alegría loca de luces y colores, ebrias de amor expiran en tálamos de flores... ¡Hay vidas que se acaban como esas mariposas!.
Francisco Villaespesa
Yo sueño con tu amor... Una infinita dulzura sube del florido huerto... ¿Por qué el ensueño de una margarita, hoja tras hoja mi saudade arranca, si en la penumbra del balcón abierto falta esta tarde tu silueta blanca?.
Francisco Villaespesa
Pensé en las guerras y en que Francisco es el hombre de la paz, además de los pobres, y así me vino el nombre
Papa Francisco
Tener fe es sostener una loca y desproporcionada lucha con las más descomunales y antojadizas fuerzas que nos rodean para obtener al cabo algo tan mísero, nebuloso e incierto como es la esperanza. Esperar que un día? ¿Que un día qué?
Francisco Tario
En un beso muy largo y muy profundo nos bebimos las lágrimas del aire, y fueron nuestras vidas como un sueño y los minutos como eternidades...
Francisco Villaespesa
Conozco los secretos del alma del paisaje, y sé lo que entristece, y sé lo que consuela, y el viento traicionero y el bárbaro oleaje conocen la invencible firmeza de mi vela.
Francisco Villaespesa
Cuando me dices: Soy tuya, tu voz es miel y es aroma, es igual que una paloma torcaz que a su macho arrulla.
Francisco Villaespesa
La música se va... Tan solo queda un perfume fugaz a carne y seda... ¿Quién tus encantos desnudó a la brisa?.
Francisco Villaespesa
Contra mis enemigos, terco y rudo, esgrimiré en la lid, que no me apoca, por lanza mi razón y como escudo mi carácter más firme que una roca.
Francisco Villaespesa
Por ti mares de sangre los hombres han llorado. El fuego de tus ojos al sacrilegio incita, y la eterna sonrisa de tu boca maldita de pálidos suicidas el infierno ha poblado.
Francisco Villaespesa
Y si fuera pintor, ¡con qué cuidado, con mi pincel, por el amor guiado, diluiría en la cándida vitela de un abanico tu sutil figura, entre el rosa fragante y la frescura de un florido paisaje de acuarela!.
Francisco Villaespesa
Ni la derrota en mi valor rehuyo... Mas, antes de rendirme fatigado, me encerraré en la torre de mi orgullo, y en sus escombros moriré aplastado.
Francisco Villaespesa
¡Felicidad!... ¡Felicidad!... Dulzura del labio y paz del alma... Te he buscado sin tregua, eternamente, en la hermosura, en el amor y el arte.
Francisco Villaespesa
Siempre así es el amor, será y ha sido: mata de celos y de un golpe, y luego besa y besa, llorando lo que mata.
Francisco Villaespesa
Como un panal disuélvome en dulzura, desfallezco de todo: de ternura, de claridad, del éxtasis de verte...
Francisco Villaespesa
Ladridos Jadeantes En El Césped
Ladridos jadeantes en el césped
le hacen mirar, con el calor el día
va rodando a su fin y de las rosas
sube un olor, y una inquietud constante.
En el silencio rueda la alegría
súbita de los perros. Y él entiende
esa felicidad, el desvarío
que ellos muestran. Hermosa fue la vida
cuando el cuerpo era joven, y el deseo
la costumbre inicial de cada hora.
Un aire corto llega desde el mar
y ha alargado la sombra de los montes.
Echa su vida atrás, desnuda el cuerpo
delante de otro cuerpo, y unos ojos
le buscan y él los busca.
En el amor era veloz el tiempo,
iba pronto a morir, y en vano el joven
pensaba detenerlo, se soñaba
vencido en la vejez y desamado.
Entonces su victoria
era querer aún más, con mayor fuerza.
Mira, desde su frente, con los ojos
fijos la línea de los montes, áspero
muro de plata que en el mar se hiela.
Ya no lucha la tarde y se hace rosa
la luz en su cabeza pensativa.
Llegan, desde el camino, frescas voces
llamándose. La casa, oscurecida,
se ha perdido en los árboles, y él oye
el dulce nacimiento del amor,
escucha su secreto. Ya de nuevo
vive su corazón, y el hombre tiembla,
siente cargado el pecho, y apresura
un llanto fervoroso.
Ladridos jadeantes en el césped
le hacen mirar, con el calor el día
va rodando a su fin y de las rosas
sube un olor, y una inquietud constante.
En el silencio rueda la alegría
súbita de los perros. Y él entiende
esa felicidad, el desvarío
que ellos muestran. Hermosa fue la vida
cuando el cuerpo era joven, y el deseo
la costumbre inicial de cada hora.
Un aire corto llega desde el mar
y ha alargado la sombra de los montes.
Echa su vida atrás, desnuda el cuerpo
delante de otro cuerpo, y unos ojos
le buscan y él los busca.
En el amor era veloz el tiempo,
iba pronto a morir, y en vano el joven
pensaba detenerlo, se soñaba
vencido en la vejez y desamado.
Entonces su victoria
era querer aún más, con mayor fuerza.
Mira, desde su frente, con los ojos
fijos la línea de los montes, áspero
muro de plata que en el mar se hiela.
Ya no lucha la tarde y se hace rosa
la luz en su cabeza pensativa.
Llegan, desde el camino, frescas voces
llamándose. La casa, oscurecida,
se ha perdido en los árboles, y él oye
el dulce nacimiento del amor,
escucha su secreto. Ya de nuevo
vive su corazón, y el hombre tiembla,
siente cargado el pecho, y apresura
un llanto fervoroso.
Francisco Brines
Como es verdad que, al final de la segunda guerra mundial, los aliados volvieron a traicionar de una manera vergonzosa, por segunda y definitiva vez, a la democracia española en general y, en particular, a las decenas de miles de antifascistas españoles que habían combatido contra los nazis ?sobre todo, pero no exclusivamente, en el sur de Francia? y que se encontraron con que su lucha, y su sacrificio, sólo habían servido para afianzar a Francisco Franco en el poder.
Almudena Grandes
Dime que soy un loco y te dare las gracias por acordarte de mi en cambio sino me dices nada estare en un lago de incertidumbre preguntandome si aun me recuerdas (por Francisco cohelo)
Francisco vzz
´´La Inquietud de mi Mente hace Fluir mis Preocupaciones de Futuro.´´
Francisco
Francisco
Francisco Comaposada
No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es solo el instrumento), sino de una movida del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios
Papa Francisco
No hay disfraz que pueda largo tiempo ocultar el amor donde lo hay, ni fingirlo donde no lo hay.
Francisco de La Rochefoucauld
El verdadero amor es como los espíritus: todos hablan de ellos, pero pocos los han visto.
Francisco de La Rochefoucauld
El medio más fácil para ser engañado es creerse más listo que los demás.
Francisco de La Rochefoucauld
Los celos son el mayor de los males, y el que menos mueve a compasión a la persona que los causa.
Francisco de La Rochefoucauld
La prensa no solo es el arma mas poderosa contra la tirania y el despotismo, sino el instrumento mas eficaz y mas activo del progreso y de la civilizacion.
Francisco Zarco
Toda la historia del progreso humano se puede reducir a la lucha de la ciencia contra la superstición.
Gregorio Marañón
El temor es siempre la confesión de una debilidad que desaconseja la lucha y no quiere ni ver al adversario.
Yoritomo Tashi