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Mensajes para la naturaleza ( 2 )

Mensajes para la naturaleza. Encuentra docenas de mensajes para la naturaleza con fotos para copiar y compartir.


PSICOLOGÍA SOCIAL, LA AMISTAD ES VIDA
AMISTAD Y SILENCIO
La amistad se nutre más de la comunicación que del silencio. Sin embargo, el silencio es precisamente en algunos casos el medio de comunicación que utilizan los amigos: es necesario tanto saber estar en silencio como transmitir lo que uno lleva dentro.

Asistir al desvelamiento de un secreto, al desvelamiento de la intimidad de las personas, produce en el ser humano un enmudecimiento del espíritu, un sentimiento de gratitud por lo que se percibe como un don o regalo inmerecido, una impresión de estar pisando terreno sagrado. De hecho, todos podemos remitirnos a alguna ocasión en la que, en conversación íntima con un amigo, al acabar de escuchar, no hemos encontrado palabras adecuadas para decir nada. En esos casos, quizá la prueba de mayor gratitud o de "correspondencia" sea precisamente el silencio; un silencio, eso sí, cuajado de respuesta.

Hay veces en las que no se puede decir nada... porque las palabras lo estropean todo. Hay cosas que la única contestación que merecen o que exigen es el silencio; hay cosas con las que solo puede mantenerse conversación en silencio. Porque o el lenguaje es limitado, o uno es limitado, o ambas cosas. Pero algunas cosas, si se expresan, se profanan. Así ocurre en las experiencias de encuentro: con un amigo, con un paisaje, una obra de arte. En esos momentos, pronunciar algo es mancharlo; hablar es romperlo. Algunas veces la comunicación con las cosas y también con las personas requiere como condición que haya silencio; solamente silencio. Y no un silencio para llenar, sino como medio de entendimiento.

Cuando se tiene la suerte de topar con alguien que tiene algo -poco o mucho- que decir; cuando se tiene la suerte de que esas personas te abran sus puertas y dejan que te asomes y penetres en su mundo interior, en la mayor parte de los casos solo se puede contestar enmudeciendo. Y ese silencio quiere ser entonces un homenaje: la mayor muestra de agradecimiento y de admiración. Porque no se trata de un silencio vacío sino pletórico de contenido: no significa carencia sino plenitud.

El silencio es importante en la amistad. Estar con un amigo es también poder estar en silencio sin miedo a que éste tenga que romperse y sin sentir la necesidad perentoria de tener que llenarlo con palabras. No hay verdadera amistad entre dos amigos si no saben disfrutar y valorar su silencio. El silencio es en sí mismo un espacio y un tiempo para compartir. Rico de contenido y esencialmente valioso porque supone una íntima comunión de espíritus.

LA INTERIORIDAD
La amistad está también muy relacionada con la interioridad. Entre dos amigos ésta es más rica y sólida cuanta mayor sea la intimidad, la interioridad de cada uno de ellos. Hay quienes tienen un gran mundo interior; tienen mucho que decir porque son personas que integran en sí todo lo que hay a su paso: una frase que ha dicho en clase el profesor, la actitud de tal o cual persona, la satisfacción de haber llegado al pico de la montaña, la crisis que le produce una situación difícil de trabajo, un libro que ha leído, los tirones de la madurez.

Así es como las personas se van enriqueciendo por dentro y como su interioridad cobra cada vez mayor volumen: integrando la experiencia, la vivencia personal y las de las otras personas. Aprendemos también a través de las vivencias de los demás, de la experiencia ajena. Quien está atento a su alrededor aprovecha todo intensamente.

Se puede aprender a sentir de un modo distinto al propio; se puede aprender a pensar de manera diferente a la que uno piensa; se puede aprender a valorar cosas que yo no valoro. Escuchar a las personas y tratar de ser ellas, nos permite conocer el mundo desde mil perspectivas diferentes a las nuestras. Y eso conlleva ampliación personal, crecimiento, enriquecimiento, altura, perspectiva y profundidad. La interioridad rica hace que la relación entre los amigos se amplíe. Una amiga me decía hace poco -hablando de otra persona-la satisfacción que le producía tratar con ella "porque es de esas personas que tienen algo que aportar".

El conocimiento que alimenta la intimidad es-una vez más-el que sabe mirar, sabe escuchar, sabe estar. La sola convivencia con las personas, o el mero estar junto a las cosas o entre las cosas (junto al mar rodeado de un bellísimo paisaje, o entre las obras magníficas del Louvre) no basta. Más de una vez las ratas habrán correteado por los pasillos del Louvre; sin embargo, todavía no hemos tenido ocasión de encontrarlas embelesadas frente a la Venus de Milo, tras haber pasado frente a ella toda la noche. Para las personas, las que son capaces de ello, las cosas tienen una historia que contar, la naturaleza tiene algo que transmitir y todo lo que encuentran es capaz de darles un mensaje.

El hombre con interioridad es capaz de ver sentido a todas las cosas; y en cierto modo de darles él mismo el sentido puesto que es él quien lo capta, lo descubre y -en ese sentido lo crea, lo recrea. Por eso, forma parte del "tesoro" de la amistad tener amigos con un gran mundo interior.

La amistad de las personas es un regalo. El regalo es mayor cuanta mayor sea la interioridad y la intimidad compartida. Esta debe cuidarse y en ella juega un papel muy importante el saber mirar porque puede franquearnos el paso al alma del amigo.
Una vez dentro, el mundo se abre ante nosotros de un modo desconocido y luminoso que provoca en nosotros muy diversos sentimientos (admiración, compasión, respeto, etc.), pero siempre el de "desear el bien del amigo, por el amigo mismo" (Aristóteles).


Diego Torrente


La concepción estática hasta ahora dominante llevaba inexorablemente a presuponer que en cierto sentido los recursos estaban dados y eran conocidos, por lo que el problema económico de su distribución se consideraba distinto e independiente del que planteaba la producción de los mismos. En efecto, si los recursos están dados, posee excepcional importancia el cómo habrán de distribuirse entre los diferentes seres humanos tanto los medios de producción como el resultado de los diferentes procesos productivos.

Todo este planteamiento ha sido demolido por la nueva concepción dinámica de los procesos de mercado y por la nueva teoría económica de la función empresarial. Ésta ha puesto de manifiesto que todo ser humano posee una innata capacidad creativa que le permite apreciar y descubrir las oportunidades de ganancia que surgen en su entorno, actuando en consecuencia para aprovecharlas. Consiste, por tanto, la empresarialidad en la capacidad típicamente humana para crear y descubrir continuamente nuevos fines y medios. Desde esta concepción, los recursos no están dados, sino que tanto los fines como los medios son continuamente ideados y concebidos ex-novo por los empresarios, siempre deseosos de alcanzar nuevos objetivos que ellos descubren que tienen un mayor valor. Y si los fines, los medios y los recursos no están dados, sino que continuamente están creándose de la nada por parte de la acción empresarial del ser humano, es claro que el planteamiento ético fundamental deja de consistir en cómo distribuir equitativamente "lo existente", pasando, más bien, a concebirse como la manera más conforme a la naturaleza humana de fomentar la creatividad.


Jesús Huerta de Soto




Hijo, yo diría que iba en ello el mal final primero, dijo el juez, convirtiendo el abrigo de cuello. ¿Cómo usted se preocupa por una chica? ¿Alguna vez se preocupaba por una hoja?

Riley, escuchando el gato montés, con la mirada de un cazador que pica, arrancó las hojas que soplan sobre nosotros como mariposas nocturnas; vivos, revoloteando como si quisiera escapar y volar, uno se quedó atrapado entre sus dedos. El Juez, también: él cogió la hoja, y que valía más en la mano que en Riley. Presionar suavemente en la mejilla, él dijo vagamente, estamos hablando de amor. Una hoja, un puñado de semillas - comienzan con las mismas, conocer un poco lo que es amar. En primer lugar, una hoja, una caída de la lluvia, entonces alguien para recibir lo que una hoja que ha enseñado, lo que es una caída de la lluvia ha madurado. Ningún proceso fácil, comprender, sino que podría llevar toda una vida, tiene la mía, y aún así nunca he dominado - Solo sé que tan cierto es: que el amor es una cadena de amor, ya que la naturaleza es una cadena de la vida.


Truman Capote


Hasta de la esperanza ahora se siente hastiado
mi corazón, no quiere pedir nada al destino;
oh, tú, préstame sólo, valle de mi niñez,
el asilo de un día para esperar la muerte.


Ésta es la senda estrecha de mi valle sombrío:
llenan ambas laderas unos bosques espesos
que cruzando sus sombras curvas sobre mi frente
por entero me cubren de silencio y de paz.


Dos arroyos ocultos bajo puentes verdosos
serpenteando dibujan los contornos del valle;
un instante confunden su murmullo y sus aguas,
y no lejos de aquí ya se pierden sin nombre.


Se han perdido también de mi vida las aguas,
que se fueron sin ruido, sin retorno y sin nombre;
mas la fuente es muy límpida, y mi alma enturbiada
no ha podido espejear luz de días hermosos.


El frescor de sus cauces y su manto de sombra
me encadenan por siempre cerca de estos arroyos:
como un niño mecido por un canto monótono
se adormece mi espíritu al murmullo del agua.


Allí estoy entre muros de verdor, con un corto
horizonte ante mí que ya basta a mis ojos,
sin moverme y tan solo con la naturaleza,
sin oír más que el agua, sólo viendo los cielos.


Demasiado en mi vida he sentido y amado;
aunque vivo, ahora busco del Leteo la calma.
¡Oh lugares tan bellos, dad también el olvido!
Desde ahora el olvido ya es mi única dicha.


Corazón aquietado como el alma en silencio;
oigo apenas el ruido muy lejano del mundo
como un eco remoto que se ahogó en la distancia
y que traen los vientos al oído inseguro.


La existencia la veo como en medio de brumas
deshacerse en la sombra del pasado perdido.
Sólo queda el amor, como queda una imagen
que perdura en el alba cuando un sueño se borra.


Alma mía, reposa en este último asilo
como lo hace un viajero que camina con fe,
que se sienta a las puertas de la nueva ciudad
y respira un instante el perfume del véspero.


Sacudamos como él de los pies todo el polvo;
nunca más volveremos a andar este camino;
respiremos como él al final de la senda
esta calma que anuncia una paz que no acaba.


Tan oscuros y breves como días de otoño
son tus días que menguan como sombras del monte.
La amistad te traiciona, la piedad te abandona,
solitaria desciendes donde están los sepulcros.


Mas aquí está invitándote la natura que te ama;
piérdete en sus entrañas que ella siempre te ofrece:
aunque todo es mudanza, la natura es la misma,
como el sol es el mismo que da luz a tus días.


Ella sigue envolviéndote con sus luces y sombras,
sé insensible a los falsos bienes que ya has perdido,
ven y adora aquí el eco que adoraba Pitágoras,
presta oído con él al celeste concierto.


Con la luz sé tú el cielo, sé la sombra en la tierra;
en los llanos del aire sé aquilón volador;
con los pálidos rayos misteriosos de luna
sé cual alma del bosque en la sombra del valle.


Dios nos dio inteligencia para así concebirlo:
la natura descubre en sí misma a su autor.
Una voz en silencio al espíritu ha hablado:
¿Quién no ha oído esta voz resonar en su pecho?


Alphonse de Lamartine


Devuélvame, decía, a la afortunada orilla
donde Nápoles reflexiona en un mar de azul
sus palacios, sus laderas, sus astros sin nube,
donde el naranjo florece bajo un cielo siempre puro.
¿ Que tarda? ¡ Vayámonos! Todavía quiero ver de nuevo
Vesubio encendido saliente del pecho de las aguas;
quiero de sus alturas ver levantarse la aurora;
Quiero, guiando del que adoro,
volver a bajar, soñando, de estas risueñas laderas;
Soy en los rodeos de este golfo tranquilo;
regresemos sobre estos bordes a nuestros pasos tan conocidos,
a los jardines de Cintia, a la tumba de Virgilio,
cerca de los pedazos dispersos del templo de Venus:
Allí, bajo los naranjos, bajo la vid florida,
cuyo pámpano flexible en el myrte se casa,
y trenza en tu cabeza una bóveda de flores,
al ruido dulce de la ola o del viento que murmura,
sólo con nuestro amor, sólo con la naturaleza,
la vida y la luz tendrán más dulzuras.


De mis días pasados la antorcha se consume,
se apaga por grados al soplo de la desgracia,
O, si lanza a veces una luz débil,
es cuando tu memoria en mi pecho lo vuelve a encender;
no sé si los dioses me permitirán por fin
terminar aquí abajo mi día penoso.
Mi horizonte se limita, y mi ojo incierto
atrévete a extenderlo apenas más allá de un año.
Pero si hay que perecer por la mañana,
si hace falta, sobre una tierra a la felicidad destinada,
dejar escapar de mi mano
esta copa que el destino
parecía tener para mí de rosas coronada,
les pido a los dioses sólo guiar mis pasos
hasta los bordes que embellece tu memoria querida,
de saludar de lejos estos afortunados climas,
y de morir a los lugares donde probé la vida.


Alphonse de Lamartine


¡Salve, bosques que ciñen los verdores postreros!
Amarillos follajes en la hierba esparcidos;
¡salve, breve hermosura! La natura enlutada
se acomoda al dolor y me es grata a los ojos.


Ando a pasos muy lentos el desierto camino
y por última vez vuelvo a ver este sol
palidísimo y bello cuya luz expirante
ilumina a mis pies la tiniebla del bosque.


Para mí hay más encanto en la luz del otoño
cuando todo se muere a su vista empañada:
el adiós de un amigo, la sonrisa postrera
de unos labios a punto de sellarse por siempre.


Ya dispuesto a dejar la ilusión de la vida,
y llorando los sueños esfumados que tuve,
vuelvo aún la cabeza y envidioso contemplo
esos grandes tesoros de que nunca gocé.


Tierra y sol, valles, bella, mansa naturaleza,
os debía una lágrima con un pie en el sepulcro.
¡Todo el aire es perfume y la luz es tan pura!
¡Al que muere este sol le parece tan bello!


Yo quisiera apurar hasta las mismas heces
este cáliz que mezcla con el néctar la hiel;
tal vez en esta copa donde bebí la vida
pueda haber todavía una gota de miel.


El futuro quizá para mí reservaba
un retorno a la dicha de la cual nada espero.
Es posible que un alma que yo ignoro aún hubiese
comprendido mi alma, respondiendo a mis ansias?


La flor muere entregando sus perfumes al céfiro;
a la vida y al sol, éstos son mis adioses;
ahora muero y mi alma cuando expiro se exhala
como un triste sonido lleno de melodía.


Alphonse de Lamartine




Pensamientos nocturnos.

¡Silencio y oscuridad! ¡Solemnes hermanas!
gemelas desde la noche antigua,
que amamanta el tierno pensamiento para razonar,
y sobre la razón construye resolución,
(esa columna de verdadera majestad en el hombre)
ayúdame: te daré gracias en la tumba;
el sepulcro, tu reino: de allí caerá esta farsa,
una víctima sagrada para tu triste santuario.
Pero, ¿qué eres?

Tú, que pusiste en fuga
el primer silencio, cuando las estrellas de la mañana,
exultando, aullaron sobre la esfera naciente;
oh, tú, cuya palabra de la sólida oscuridad golpeó
esa chispa, el sol; también golpeó la sabiduría de mi alma;
mi alma, que vuela hacia tí, su confianza, su tesoro,
como avaros a su oro, mientras que otros descansan.

A través de esta opacidad de la naturaleza, y del alma,
esta doble noche transmite un rayo compasivo,
para aligerar, y alegrar. Oh, guía mi mente,
(una mente que se alejará de su aflicción)
llévala a las variadas escenas de la vida y la muerte;
y de cada escena, las más nobles verdades inspiran
menos mi conducta que mi canción;
enséñame mi mejor razón, la razón; mi mejor voluntad;
enséñame rectitud; y arreglar mi firme resolución
de sabiduría y amor, y pagar su largo retraso:
no permitas que el cuenco de tu venganza,
sobre esta cabeza dedicada, se vierta en vano.


Edward Young


Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos, y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medidas.


Facundo Cabral


Es posible volar sin motores, pero no sin conocimiento y habilidad. Considero que es esto algo afortunado, para el hombre, por causa de su mayor intelecto, ya que es más razonable la esperanza de igualar a los pájaros en conocimiento, que igualar a la naturaleza en la perfección de su maquinaria.


Wilbur Wright




Parece como si la naturaleza, que tan sabiamente dispuso los órganos de nuestro cuerpo para hacernos felices, hubiera querido darnos también el orgullo para evitarnos el dolor de conocer nuestras imperfecciones.


Francisco de La Rochefoucauld


Soy un hijo del medio típico. Soy el mediador. El que hace todo bien, pone sus propias necesidades a un lado para asegurarse de que todo el mundo está feliz. Es difícil cambiar su naturaleza, incluso con años y años de terapia.


Jennifer Jason Leigh


Para entrar en razón significa darse cuenta de la esencia a través de la instrucción y de creer que todos los seres vivos comparten la misma naturaleza verdadera, que no es evidente porque está envuelto por la sensación y la ilusión.


Bodhidharma


La naturaleza del entorno empresarial global garantiza que no importa lo duro que trabajamos para crear una organización estable y sano, nuestra organización seguirá experimentando cambios dramáticos que van más allá de nuestro control.


Margaret J. Wheatley




Naturaleza, que para el perfecto mantenimiento de las leyes de su equilibrio general, a veces se necesita de los vicios y de las virtudes a veces, inspira ahora este impulso, ya que uno, de acuerdo con lo que ella necesita.


Marqués De Sade


Si he estado de servicio, si he vislumbrado más de la naturaleza y la esencia del bien último, si me siento inspirado para alcanzar horizontes más amplios del pensamiento y la acción, si estoy en paz conmigo mismo, ha sido un buen día.


Alex Noble


Observe constantemente que todas las cosas ocurren por el cambio, y acostumbran a ti mismo para considerar que la naturaleza del Universo ama nada tanto como para cambiar las cosas que son, y hacer cosas nuevas como ellos.


Marcus Aurelius


Si usted no sabe cómo morir, no te preocupes, la naturaleza le dirá lo que debe hacer en el lugar, plena y adecuadamente. Ella va a hacer este trabajo perfectamente para ti, no te molestes en la cabeza de él.


Michel de Montaigne


La diversidad de los fenómenos de la naturaleza es tan grande, y los tesoros ocultos en los cielos para ricos, precisamente con el fin de que la mente humana nunca debe faltar en la alimentación fresca.


Johannes Kepler


Los cuerpos humanos están diseñados para la actividad física regular. La naturaleza sedentaria de gran parte de la vida moderna probablemente juega un papel significativo en la incidencia de la depresión epidemia de hoy en día. Muchos estudios muestran que los pacientes deprimidos que se adhieren a un régimen de ejercicio aeróbico mejoran tanto como aquellos tratados con medicamentos.


Andrew Weil


Es bueno tener en cuenta que si el amor y la paz prevalezcan en la tierra, y si podemos enseñar a nuestros hijos a honrar los dones de la naturaleza, las alegrías y las bellezas de la naturaleza estarán aquí para siempre.


Jimmy Carter


El insufrible arrogancia de los seres humanos a pensar que la naturaleza se hizo únicamente para su beneficio, como si fuera posible que el sol se había incendiado simplemente para madurar las manzanas de los hombres y dirigir sus repollos.


Cyrano de Bergerac


Los hombres hablan de los derechos naturales, pero desafían cualquiera para demostrar que en la naturaleza existen derechos ni se reconocen hasta el momento se estableció por su declaración y protección de un organismo debidamente promulgado las leyes correspondientes.


Calvin Coolidge


Incluso con toda nuestra tecnología y los inventos que hacen la vida moderna mucho más fácil de lo que era, solo se necesita una gran catástrofe natural para limpiar todo eso y nos recuerdan que, aquí en la Tierra, aún estamos a merced de la naturaleza .


Neil deGrasse Tyson


Cada canción tiene un compositor, cada libro tiene un autor, cada coche tiene un creador, cada pintura tiene un pintor, y cada edificio tiene un constructor. Así que no es irracional para tomar esta simple lógica un poco más lejos y decir que la naturaleza debe haber tenido un Hacedor. Sería irracional creer que se hizo.


Ray Comfort


A pesar de la naturaleza comienza con la razón y termina en la experiencia, es necesario para nosotros hacer lo contrario, es decir, para comenzar con la experiencia y de ésta a proceder a investigar la razón.


Leonardo da Vinci


Italianos saben sobre la naturaleza humana - que entienden la naturaleza humana tal vez mejor que nadie más lo hace. Ellos saben que las personas son débiles y codiciosos y perezosos y deshonestos y que solo tratan de hacer lo mejor de ella, para trabajar alrededor de ella.


Donna Leon




Considero que es inútil y tedioso para representar lo que existe, porque nada de lo que existe me satisface. La naturaleza es feo, y yo prefiero los monstruos de mi fantasía a lo que es positivamente trivial.


Charles Baudelaire


Los derechos sagrados de la humanidad no deben ser rebuscado para los viejos pergaminos o registros a humedad. Están escritos, como con un rayo de sol, en todo el volumen de la naturaleza humana, de la mano de la propia divinidad, y no se pueden borrar.


Alexander Hamilton


Siéntese antes de hecho como un niño pequeño, esté preparado para renunciar a toda noción concebida, sigue humildemente dondequiera y cualquiera que sea la naturaleza abismos conduce, o no aprenderás nada.


Thomas Huxley


Es una idea de la naturaleza humana que es la clave para la habilidad del comunicador. Por mientras que el escritor tiene que ver con lo que pone en sus escritos, el comunicador tiene que ver con lo que el lector se sale de ella. Por lo tanto, se convierte en un estudiante de cómo la gente lee o escucha.


William Bernbach


Creo que vamos a la luna porque está en la naturaleza del ser humano para enfrentar los desafíos. Es por la naturaleza de su alma interior profunda... estamos obligados a hacer estas cosas tan salmones nadar contra la corriente.


Neil Armstrong


El artista es el confidente de la naturaleza. Las flores conversan con él mediante la graciosa curvatura de sus tallos y los armoniosos colores de sus pétalos. Cada flor tiene una palabra amable para él.


Auguste Rodin


El segundo atributo, que nosotros llamamos propio, es la providencia. Para nosotros no es otra cosa que el conato, que encontramos en la naturaleza total y en las cosas particulares, y que tiende a mantener y conservar su propio ser.


Baruch Spinoza


Explicar toda la naturaleza es una tarea demasiado difícil para cualquier hombre e incluso para cualquier era. Es mucho mejor hacer un poco con seguridad, y dejar el resto a los que vengan después de ti, que explicar todas las cosas conjeturando sin estar seguros de nada


Isaac Newton


No se necesita más evidencia para demostrar que la 'enfermedad mental' no es el nombre de una condición biológica cuya naturaleza espera por dilucidar, pero es el nombre de un concepto cuyo objetivo es ocultar lo obvio.


Thomas Szasz


Todas las ciencias matemáticas se basan en las relaciones entre las leyes físicas y leyes de los números, por lo que el objetivo de la ciencia exacta es la reducción de los problemas de la naturaleza para la determinación de las cantidades por las operaciones con números.


James C. Maxwell


Había nacido para ser feliz. Durante mi juventud nunca me había afligido la tristeza, y si en algún momento me sentía abatido, contemplar las maravillas de la naturaleza o estudiar lo que de sublime y excelente ha hecho el hombre siempre conseguía interesarme y animarme.


Mary Shelley


... todo cuanto los hombres deciden para su bienestar no se sigue que sea también para el bienestar de toda la naturaleza, sino más bien, por el contrario, puede ser para la destrucción de otras muchas cosas.


Baruch Spinoza


Para cualquier artista digno del nombre, todo lo que hay en la naturaleza es bello, porque sus ojos, aceptando intrépidamente toda verdad exterior, leen allí, como en un libro abierto, toda la verdad interior


Auguste Rodin


No es, pues, para nosotros para quien todo ha sido hecho, puesto que si nosotros no existiéramos, todo existiría igualmente. ¿Qué somos entonces ante los ojos de la naturaleza? ¿Por qué nos estimamos tanto?


Marqués de Sade