Poemas de carlos fuentes ( 2 )
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Niebla
Te llevo toda en mí, forma y sustancia
susurrante dulzor, roce de sueño,
susurrante dulzor, roce de sueño,
hálito floreal de tu distancia.
Abre el día en tu cálido diseño
y la noche en tu nómade fragancia
te llevo toda en mí, roja fragancia
del propio corazón trocado en leño.
Voy en redor de ti; como la niebla
-fervor del valle que el estío puebla-
floto sobre el perfil de tu hermosura.
Te llevo toda en mí; de luna y brisa
tu inmarchitable forma diafaniza
el sombrío esplendor de mi ventura.
Te llevo toda en mí, forma y sustancia
susurrante dulzor, roce de sueño,
susurrante dulzor, roce de sueño,
hálito floreal de tu distancia.
Abre el día en tu cálido diseño
y la noche en tu nómade fragancia
te llevo toda en mí, roja fragancia
del propio corazón trocado en leño.
Voy en redor de ti; como la niebla
-fervor del valle que el estío puebla-
floto sobre el perfil de tu hermosura.
Te llevo toda en mí; de luna y brisa
tu inmarchitable forma diafaniza
el sombrío esplendor de mi ventura.
Carlos López Narváez
Corazón Partidario
Mi corazón, lo sabes,
no está con el que triunfa o que lo espera,
con el juramento mercader
que acecha el buen provecho,
se agazapa, salta sobre la utilidad, que es su querida,
busca ganancia en el abrazo,
obtiene renta de las mariposas y pone rédito a la luz,
cobra recibo por los amaneceres milagrosos,
por cambiante gracia del color
de una invisible rosa apresurada,
dulce y apresurada
como si fuese un hombre o una llama
o una felicidad humana: sí.
Mi corazón no está con el hombre que sabe
de la verdad todo lo necesario
para olvidar el resto de ella,
satisfecho del viento, poderoso del humo,
canciller de la niebla,
rey acaso, pero nunca de sí.
Mi corazón, lo sabes,
no está con el que triunfa o que lo espera,
con el juramento mercader
que acecha el buen provecho,
se agazapa, salta sobre la utilidad, que es su querida,
busca ganancia en el abrazo,
obtiene renta de las mariposas y pone rédito a la luz,
cobra recibo por los amaneceres milagrosos,
por cambiante gracia del color
de una invisible rosa apresurada,
dulce y apresurada
como si fuese un hombre o una llama
o una felicidad humana: sí.
Mi corazón no está con el hombre que sabe
de la verdad todo lo necesario
para olvidar el resto de ella,
satisfecho del viento, poderoso del humo,
canciller de la niebla,
rey acaso, pero nunca de sí.
Carlos Bousoño
Alma Solitaria
Mira los aires, alma solitaria,
alma triste que sola vas gimiendo.
Asciende, sube. Amor te espera.
La cima es alta. Escaso, el aparejo.
Aleteante, temblorosa y blanca,
te veo subir con retenido esfuerzo.
Hoy llega el sol donde hasta ayer la luna.
Llega la luna donde ayer el cierzo.
Al fin la vida con la luz se aclara.
Al fin la muerte con la luz ya se muerto.
¡Cantan las cumbres y los valles! ¡Cantan
los siempre vivos a los nunca muertos!
Cara con cara junto a Dios, escuchas
vibrar los aires y vivir los sueños.
Vida con vida, luz con luz amada,
y cielo, humano, en el amor, con Cielo.
Bajar la luz de amor, la luz de vida
lenta en los aires minuciosos siento.
Fundida luz de Dios con luz del alma.
Qué claridad de pronto. Qué silencio.
Mira los aires, alma solitaria,
alma triste que sola vas gimiendo.
Asciende, sube. Amor te espera.
La cima es alta. Escaso, el aparejo.
Aleteante, temblorosa y blanca,
te veo subir con retenido esfuerzo.
Hoy llega el sol donde hasta ayer la luna.
Llega la luna donde ayer el cierzo.
Al fin la vida con la luz se aclara.
Al fin la muerte con la luz ya se muerto.
¡Cantan las cumbres y los valles! ¡Cantan
los siempre vivos a los nunca muertos!
Cara con cara junto a Dios, escuchas
vibrar los aires y vivir los sueños.
Vida con vida, luz con luz amada,
y cielo, humano, en el amor, con Cielo.
Bajar la luz de amor, la luz de vida
lenta en los aires minuciosos siento.
Fundida luz de Dios con luz del alma.
Qué claridad de pronto. Qué silencio.
Carlos Bousoño
Visión Nocturna
Fue en el palacio de cristal de un sueño
dulcemente febril, plácida orgía...
Un reír y una voz, la melodía;
y en un regazo mi cojín sedeño.
El mudo esclavo ya no fuí; su dueño
con ebrIedad morosa me sentía.
Sobre su esbelta desnudez ceñía
la gracia un manto de imperial diseño.
Era la virginal magnificencia,
toda fulgor y grávida sapiencia,
sagrado cáliz, perfumado leño.
Sin falacia, sin tedio, sin reproche,
la diadema nupcial tejió la noche,
en el palacio de cristal de un sueño.
Fue en el palacio de cristal de un sueño
dulcemente febril, plácida orgía...
Un reír y una voz, la melodía;
y en un regazo mi cojín sedeño.
El mudo esclavo ya no fuí; su dueño
con ebrIedad morosa me sentía.
Sobre su esbelta desnudez ceñía
la gracia un manto de imperial diseño.
Era la virginal magnificencia,
toda fulgor y grávida sapiencia,
sagrado cáliz, perfumado leño.
Sin falacia, sin tedio, sin reproche,
la diadema nupcial tejió la noche,
en el palacio de cristal de un sueño.
Carlos López Narváez
Estival Ii
Leilah: de tu esplendor rezuma un vino
que es en mis venas sosegado fuego
y arrobada embriaguez cuando te aspiro.
Leilah: con el estío de tu risa
se madura la mies de los deseos
para soñar tu cándida vendimia.
Leilah: cruzando mares de silencio
sobre la playa de tu voz marina
suspiran caracolas de desvelo.
Leilah, tus manos son la tibia rada
donde mecen -veleros despojados-
la ternura y el sueño su nostalgia.
Leilah: de tu esplendor rezuma un vino
que es en mis venas sosegado fuego
y arrobada embriaguez cuando te aspiro.
Leilah: con el estío de tu risa
se madura la mies de los deseos
para soñar tu cándida vendimia.
Leilah: cruzando mares de silencio
sobre la playa de tu voz marina
suspiran caracolas de desvelo.
Leilah, tus manos son la tibia rada
donde mecen -veleros despojados-
la ternura y el sueño su nostalgia.
Carlos López Narváez
Gato Ecuestre
¿Cuál de los dos, mi tigre, a quién celebran
las aristas de polvo, las lanzas habitadas
que destellan ventanas insurgentes
en la noche solemne de la proclamación?
¿A quién miran los ojos en la hierba peinada?
¿Para quién la sonrisa aduladora
en las sombras secretas del square
o la memoria hambrienta de los niños?
¿Cuál de los dos exhibe, cuál somete?
¿O acaso lo admirable es ser el bicho
extraordinario que muestra a quien lo doma
y esclaviza la zarpa civil que lo sujeta?
Pues por si acaso fuera en tu homenaje
baila.
Yérguete sobre los cuartos poderosos
la dorada testera propón a las estrellas,
enarca la ancha mano
y queda inmóvil.
¿Cuál de los dos, mi tigre, a quién celebran
las aristas de polvo, las lanzas habitadas
que destellan ventanas insurgentes
en la noche solemne de la proclamación?
¿A quién miran los ojos en la hierba peinada?
¿Para quién la sonrisa aduladora
en las sombras secretas del square
o la memoria hambrienta de los niños?
¿Cuál de los dos exhibe, cuál somete?
¿O acaso lo admirable es ser el bicho
extraordinario que muestra a quien lo doma
y esclaviza la zarpa civil que lo sujeta?
Pues por si acaso fuera en tu homenaje
baila.
Yérguete sobre los cuartos poderosos
la dorada testera propón a las estrellas,
enarca la ancha mano
y queda inmóvil.
Carlos Barral
Noche
Clamo a tu vientre lívido de viento,
al corazón estrecho de tus gallos,
a sus látigos rojos, a los rayos
que acribillan tu hueco firmamento.
Busco la arista del desdoblamiento,
hurtarme fruto a mis normales tallos,
libertarme en tus ácidos caballos
y un ungir tus torres de mi advenimiento.
Si llegaras conmigo a la ondulada
alta loma del ser, donde se muta
la sangre viva en el símbolo de hielo...
Mas quién podrá parar la madrugada
alzando ya la concha de su ruta
sus rapaces de luz sobre tu vuelo.
(Laye, n° 14, junio-julio de 1951)
Clamo a tu vientre lívido de viento,
al corazón estrecho de tus gallos,
a sus látigos rojos, a los rayos
que acribillan tu hueco firmamento.
Busco la arista del desdoblamiento,
hurtarme fruto a mis normales tallos,
libertarme en tus ácidos caballos
y un ungir tus torres de mi advenimiento.
Si llegaras conmigo a la ondulada
alta loma del ser, donde se muta
la sangre viva en el símbolo de hielo...
Mas quién podrá parar la madrugada
alzando ya la concha de su ruta
sus rapaces de luz sobre tu vuelo.
(Laye, n° 14, junio-julio de 1951)
Carlos Barral
Ínsula
Como un nocturno vino tu mirada,
amotina mi sangre enardecida
y la noche en mis hombros detenida,
ignora su presencia desolada.
Ya no puede mi voz contra la espada
de silencio que tengo entre la herida,
de saber tu caricia estremecida
pero en oscura cárcel encerrada.
Estoy solo en la costa de tu risa,
y aunque la ofrenda tuya se divisa
mi temor de alcanzarla lo confieso:
Mi corazón - grumete sorprendido -
no se atreve en un mar desconocido
para ganar la isla de tu beso.
Como un nocturno vino tu mirada,
amotina mi sangre enardecida
y la noche en mis hombros detenida,
ignora su presencia desolada.
Ya no puede mi voz contra la espada
de silencio que tengo entre la herida,
de saber tu caricia estremecida
pero en oscura cárcel encerrada.
Estoy solo en la costa de tu risa,
y aunque la ofrenda tuya se divisa
mi temor de alcanzarla lo confieso:
Mi corazón - grumete sorprendido -
no se atreve en un mar desconocido
para ganar la isla de tu beso.
Carlos Castro Saavedra
Fanal
Roja dulzura, flor de miel y fuego,
sapiencia al rojo-blanco de tu boca;
lámpara alimentada con la loca
combustión de mi sangre y de tu ruego.
Fulva ensenada a cuyo fondo ciego
se lanza nuestro ser desde la roca
del sueño trunco... porque en vano invoca
piedad celeste o terrenal sosiego.
Cuando en la sombra pasional tu blanco
desnudo cuerpo fosforezca al roce
de mi beso -cantárida en tu flanco-
darás, ardida del fragor nocturno,
a la pradera lívida del goce
tu fulgor de maléfico Saturno.
Roja dulzura, flor de miel y fuego,
sapiencia al rojo-blanco de tu boca;
lámpara alimentada con la loca
combustión de mi sangre y de tu ruego.
Fulva ensenada a cuyo fondo ciego
se lanza nuestro ser desde la roca
del sueño trunco... porque en vano invoca
piedad celeste o terrenal sosiego.
Cuando en la sombra pasional tu blanco
desnudo cuerpo fosforezca al roce
de mi beso -cantárida en tu flanco-
darás, ardida del fragor nocturno,
a la pradera lívida del goce
tu fulgor de maléfico Saturno.
Carlos López Narváez
El Vago Encanto
Bellas, airosas, pálidas, altivas
como tú misma otras mujeres veo;
son reinas victoriosas; su trofeo
es una multitud de almas cautivas.
Su blancura de mármol, sus flexivas
formas, sus ojos, flechan el deseo...
Yo, indiferente y sin afán las veo
bellas, airosas, cálidas, altivas.
¿Por qué? Porque les falta a todas ellas,
aún a las más puras y más bellas,
un detalle sutil, un casi nada:
No brilla entre la gracia turbadora
de sus encantos, el que te decora :
el vago encanto de mujer amada.
Bellas, airosas, pálidas, altivas
como tú misma otras mujeres veo;
son reinas victoriosas; su trofeo
es una multitud de almas cautivas.
Su blancura de mármol, sus flexivas
formas, sus ojos, flechan el deseo...
Yo, indiferente y sin afán las veo
bellas, airosas, cálidas, altivas.
¿Por qué? Porque les falta a todas ellas,
aún a las más puras y más bellas,
un detalle sutil, un casi nada:
No brilla entre la gracia turbadora
de sus encantos, el que te decora :
el vago encanto de mujer amada.
Carlos López Narváez
Y Tú Amor Mío....
Y tú amor mío, ¿agradeces conmigo
las generosas ocasiones que la mar
nos deparaba de estar juntos? ¿Tú te acuerdas,
casi en el tacto, como yo,
de la caricia intranquila entre dos maniobras,
del temblor de tus pechos
en la camisa abierta cara al viento?
Y de las tardes sosegadas,
cuando la vela débil como un moribundo
nos devolvía a casa muy despacio...
Éramos como huéspedes de la libertad,
tal vez demasiado hermosa.
El azul de la tarde,
las húmedas violetas que oscurecían el aire
se abrían
y volvían a cerrarse tras nosotros
como la puerta de una habitación
por la que no nos hubiéramos
atrevido a preguntar.
Y casi
nos bastaba un ligero contacto,
un distraído cogerte por los hombros
y sentir tu cabeza abandonada,
mientras alrededor se hacía triste
y allá en tierra, en la penumbra
parpadeaban las primeras luces.
Y tú amor mío, ¿agradeces conmigo
las generosas ocasiones que la mar
nos deparaba de estar juntos? ¿Tú te acuerdas,
casi en el tacto, como yo,
de la caricia intranquila entre dos maniobras,
del temblor de tus pechos
en la camisa abierta cara al viento?
Y de las tardes sosegadas,
cuando la vela débil como un moribundo
nos devolvía a casa muy despacio...
Éramos como huéspedes de la libertad,
tal vez demasiado hermosa.
El azul de la tarde,
las húmedas violetas que oscurecían el aire
se abrían
y volvían a cerrarse tras nosotros
como la puerta de una habitación
por la que no nos hubiéramos
atrevido a preguntar.
Y casi
nos bastaba un ligero contacto,
un distraído cogerte por los hombros
y sentir tu cabeza abandonada,
mientras alrededor se hacía triste
y allá en tierra, en la penumbra
parpadeaban las primeras luces.
Carlos Barral
Solamente...
Hay un fuego que anima todo lo invio1ado.
Guillermo Valencia
Mía solo en el dón de su presencia,
con sus manos sedeñas y sedantes,
con sus ojos -berilos fascinantes--
y sus silencios -cálida cadencia-.
Mía tan solo en la frutal esencia
de plenitud vertida en los instantes
del coloquio... (los labios suspirantes
la apuran como un vino de sapiencia).
Mía solo en el claro cautiverio
de la imagen, el roce y el latido,
en insondable, embriagador misterio,
¡Oh fervor en sus manos recogido!
¡Oh placidez de su inasible imperio!
¡Oh deleite en sus ojos exprimido!
Hay un fuego que anima todo lo invio1ado.
Guillermo Valencia
Mía solo en el dón de su presencia,
con sus manos sedeñas y sedantes,
con sus ojos -berilos fascinantes--
y sus silencios -cálida cadencia-.
Mía tan solo en la frutal esencia
de plenitud vertida en los instantes
del coloquio... (los labios suspirantes
la apuran como un vino de sapiencia).
Mía solo en el claro cautiverio
de la imagen, el roce y el latido,
en insondable, embriagador misterio,
¡Oh fervor en sus manos recogido!
¡Oh placidez de su inasible imperio!
¡Oh deleite en sus ojos exprimido!
Carlos López Narváez
Nuestro amor
Nuestro amor no está en nuestros respectivos y castos genitales, nuestro amor tampoco en nuestra boca, ni en las manos: todo nuestro amor guárdase con pálpito bajo la sangre pura de los ojos.
Mi amor, tu amor, esperan que la muerte se robe los huesos, el diente y la uña, esperan que en el valle solamente tus ojos y mis ojos queden juntos, mirándose ya fuera de las Òrbitas, más bien como dos astros, como uno.
Nuestro amor no está en nuestros respectivos y castos genitales, nuestro amor tampoco en nuestra boca, ni en las manos: todo nuestro amor guárdase con pálpito bajo la sangre pura de los ojos.
Mi amor, tu amor, esperan que la muerte se robe los huesos, el diente y la uña, esperan que en el valle solamente tus ojos y mis ojos queden juntos, mirándose ya fuera de las Òrbitas, más bien como dos astros, como uno.
Carlos Germán Belli
Espejo De Letras
Me vi, reflejado en un espejo de letras y no me gusto lo que vi.
Vi a alguien sufriendo por no ser correspondido.
Nadie debe sufrir por nadie, el ser que no se quiere jamás podrá querer.
Gracias espejo por enseñarme a quererme.
Me vi, reflejado en un espejo de letras y no me gusto lo que vi.
Vi a alguien sufriendo por no ser correspondido.
Nadie debe sufrir por nadie, el ser que no se quiere jamás podrá querer.
Gracias espejo por enseñarme a quererme.
Carlos Molina
Anoche cuando dormía
soñé una gran ilusión:
que en esta poesía
se unían mi alma
y tu corazón.
soñé una gran ilusión:
que en esta poesía
se unían mi alma
y tu corazón.
carlos
Yo no
Buscaba el amor, pero te
Encontré, y,
A medida que pasaba el
Tiempo mi sueño se fue haciendo
Realidad, mi ilusión creció
Insaciable, cada vez que vivía las
Zonas hermosas de tu cuerpo.
Es la hora que miro
La luna, la luna llena,
Esa que siempre te regalaba, qué
Noche a noche solo me hacía pensar en el
Amor que te tuve, tengo y siempre tendré.
Día a día, pensare en ti, siempre estarás
Unida a mí, de una u otra forma, para,
Que cuando llegue mi senectud no pueda arrebatarte ni
Un solo minuto de mi mente y ..
En la soledad de mis años mi acompañe tu recuerdo.
Guauf….
Buscaba el amor, pero te
Encontré, y,
A medida que pasaba el
Tiempo mi sueño se fue haciendo
Realidad, mi ilusión creció
Insaciable, cada vez que vivía las
Zonas hermosas de tu cuerpo.
Es la hora que miro
La luna, la luna llena,
Esa que siempre te regalaba, qué
Noche a noche solo me hacía pensar en el
Amor que te tuve, tengo y siempre tendré.
Día a día, pensare en ti, siempre estarás
Unida a mí, de una u otra forma, para,
Que cuando llegue mi senectud no pueda arrebatarte ni
Un solo minuto de mi mente y ..
En la soledad de mis años mi acompañe tu recuerdo.
Guauf….
Carlos Arturo Arregocès Alvarez
Se dice que el tiempo es el que cura todas las heridas.
Lo que verdaderamente las cura es el amor.
Lo que verdaderamente las cura es el amor.
Carlos Casanti
De que manera habla nuestro corazón ? Que es lo que proyectamos a través de nuestras acciones ? Que es lo que pensamos ? Todo se traduce en sensaciones y emociones.
No olvidemos que los sentimientos son el lenguaje del alma, Cual es el lenguaje que estamos utilizando ?
No olvidemos que los sentimientos son el lenguaje del alma, Cual es el lenguaje que estamos utilizando ?
Carlos Casanti
Amor palabra mágica que encierra un mundo de emociones, sensaciones, y experiencias, trae consigo grandes enseñanzas que con el tiempo van moldeando nuestro carácter, hemos aprendido a amar sin limitaciones, aunque a veces duela hacerlo. Aprendemos todos los días que el amor es un bálsamo para nuestro espíritu, que alienta y motiva a seguir.
Dios se constituye en la esencia del amor.
Dios se constituye en la esencia del amor.
Carlos Casanti
Es la esencia del amor, es tu suave y delicada mirada, que es como la quinta sinfonía de Beethoven, tu sonrisa un deleite como las cuatro estaciones de Vivaldi, tu personalidad un destello que me recuerda las obras de Miguel Ángel, percibo tu amor en una canción de Francisco Céspedes, en una poesía de Benedetti o en la inspiración de Cabral.
Es el universo de tu esencia en mi ser, gracias por ser !!
Es el universo de tu esencia en mi ser, gracias por ser !!
carlos Casanti
Quisiera ser tu suspiro, así gracioso entrar y salir, ir y venir, sentir tu esencia en la mía, disfrutar y gozar, ser el aire que respiras.
Que fascinante interacción vivir en tu suspiro.
Que fascinante interacción vivir en tu suspiro.
Carlos Casanti
No te cambio
No te cambio ni el silencio
ni por alguna otra fulana,
eres todo lo que quiero
eres de mi cuerpo el alma.
Si te pierdes un instante
yo te busco en el mañana
pero esperame en silencio
si me alejo de tu casa.
El silencio de tu rostro
me enamora cuando
callas,
no te cambio por ninguna
de las frases, de las faldas.
Compañera si me alejo un día, una tarde, una mañana, un junio,
solo es momentanea la partida, no te escribo en despedida,
porque no levanto un muro.
No te cambio ni el silencio
ni por alguna otra fulana,
eres todo lo que quiero
eres de mi cuerpo el alma.
Si te pierdes un instante
yo te busco en el mañana
pero esperame en silencio
si me alejo de tu casa.
El silencio de tu rostro
me enamora cuando
callas,
no te cambio por ninguna
de las frases, de las faldas.
Compañera si me alejo un día, una tarde, una mañana, un junio,
solo es momentanea la partida, no te escribo en despedida,
porque no levanto un muro.
Carlos Ariel Garrido Mendoza
Ya no... quiero más amor
No es para quedarnos en casa, que hacemos una casa,
no es para quedarnos en el amor, que amamos,
y no morimos, para morir...
Tenemos sed y paciencias de animal.
No he sentido más amor
desde que el último se fue,
no he podido controlar el dolor
desde que aquella Luz dejo de ser,
ya no... quiero más amor
tu ya no estás aquí,
y que duro el desamor
que has ocasionado en mí.
Y si pasa por mi lado tu fantasma en la alborada,
no me oye, no mira, ni siquiera me respira,
apareces como un hada y aunque jodes mi mañana
necesito que me abraces, que me beses,
como antes,
pero el sol trae consigo, tu desprecio
y sin motivo, te alejas de mi lado
y al arrullo del olvido te vuelvo a esperar sentado.
No es para quedarnos en casa, que hacemos una casa,
no es para quedarnos en el amor, que amamos,
y no morimos, para morir...
Tenemos sed y paciencias de animal.
No he sentido más amor
desde que el último se fue,
no he podido controlar el dolor
desde que aquella Luz dejo de ser,
ya no... quiero más amor
tu ya no estás aquí,
y que duro el desamor
que has ocasionado en mí.
Y si pasa por mi lado tu fantasma en la alborada,
no me oye, no mira, ni siquiera me respira,
apareces como un hada y aunque jodes mi mañana
necesito que me abraces, que me beses,
como antes,
pero el sol trae consigo, tu desprecio
y sin motivo, te alejas de mi lado
y al arrullo del olvido te vuelvo a esperar sentado.
Carlos Ariel Garrido Mendoza
Si la Dicha te da la espalda y la cara el verbo Sufrir,
pon tu más feo rostro frente al espejo y... ¡échate a reír!
pon tu más feo rostro frente al espejo y... ¡échate a reír!
carlos medina cebrián
Uno es lo que se cree que cree que es, no lo que es.
Si bien es verdad que no es lo que no se cree que no es.
Si bien es verdad que no es lo que no se cree que no es.
carlos medina cebrián
Yo no quiero saber qué es la Felicidad
ni en qué consiste
sino en saber si existe
o no por casualidad
o por fortuna.Lo que quiero en verdad
es saber si se puede retenerla
para no volver jamás a perderla.
ni en qué consiste
sino en saber si existe
o no por casualidad
o por fortuna.Lo que quiero en verdad
es saber si se puede retenerla
para no volver jamás a perderla.
carlos medina cebrián
Amistad es lo mismo que una mano que en otra mano apoya su fatiga y siente que el cansancio se mitiga y el camino se vuelve más humano.
El amigo sincero es el hermano claro y elemental como la espiga, como el pan, como el sol, como la hormiga que confunde la miel con el verano.
Grande riqueza, dulce compañía es la del ser que llega con el día y aclara nuestras noches interiores.
Fuente de convivencia, de ternura, es la amistad que crece y se madura en medio de alegrías y dolores.
Este poeta colombiano expresa en sus versos el apoyo y consuelo que ofrece la amistad sincera con alguien, así como la alegría y el afecto con la que enriquece nuestras vidas.
El amigo sincero es el hermano claro y elemental como la espiga, como el pan, como el sol, como la hormiga que confunde la miel con el verano.
Grande riqueza, dulce compañía es la del ser que llega con el día y aclara nuestras noches interiores.
Fuente de convivencia, de ternura, es la amistad que crece y se madura en medio de alegrías y dolores.
Este poeta colombiano expresa en sus versos el apoyo y consuelo que ofrece la amistad sincera con alguien, así como la alegría y el afecto con la que enriquece nuestras vidas.
Carlos Castro Saavedra
Cuando hay amor la distancia y el tiempo no importa lo ke importa es cuanto estas dispuesto a soportar su aucencia para esperar su precencia.
Carlos de Jesus
No existe la casualidad, y lo que se nos presenta como azar surge de las fuentes más profundas.
Friedrich Schiller
El chiste está en lo que uno recalca. O nos hacemos infelices o nos hacemos fuertes. La cantidad de trabajo es la misma.
Carlos Castaneda
No basta con tener la voz más melodiosa para entonar un tango. No. Hay que sentirlo, además. Hay que vivir su espiritu.
Carlos Gardel
Yo no tendría ningún interés en escribir si supiera de antemano lo que va a pasar en mis cuentos.
Juan Carlos Onetti
Y yo, ciego y mortal, hacia tu carne, hacia las soledades de tu pecho pongo mi corazón y escucho.
Carlos Sahagún
Las conferencias deben ser como las faldas de las mujeres: suficientemente largas para contener algo y suficientemente cortas para despertar el interés.
Carlos Fisas
Pero ante todo piensa en esta patria, en estos hijos que serán un día nuestros: el niño labrador, el niño estudiante, los niños ciegos.
Carlos Sahagún
Los hombres son fantasiosos siempre quieren lo que está prohibido: la libertad, por ejemplo.
Carlos Cañas
Ei escritor no desempena ninguna tares de importancia social. La literatura jamás deber ser "comprometida". Simplemente debe ser buena literatura. La mia solo está comprometida conmigo mismo. Que no me gusta que exista la pobreza es un problems aparte.
Juan Carlos Onetti
Cuando necesito de paz, de tranquilidad, de sosiego, cuando muchos copetines y muchas farras me han cansado, vengo a ver a mi viejecita, y a su lado recobro fuerzas.
Carlos Gardel
Los sentimientos son los instrumentos de que dispone el sujeto para estar interesado en los objetos que le rodean. Sin los sentimientos seríamos prácticamente muebles.
Carlos Castilla Del Pino