Te digo adios y acaso te quiera todavia ( 4 )
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¡Todavía aquí, Laertes! ¡A bordo, a bordo! ¡Qué vergüenza! El viento sopla en la popa de tu nave, y sólo aguardan tu llegada. Acércate. ¡Que mi bendición sea contigo! Y procura imprimir en la memoria estos pocos preceptos: No propales tus pensamientos ni ejecutes nada inconveniente. Sé sencillo, pero en modo alguno vulgar. Los amigos que escojas y cuya adopción hayas puesto a prueba, sujétalos a tu alma con garfios de acero, pero no encallezcas tu mano con agasajos a todo camarada recién salido sin plumas del cascarón. Guárdate de entrar en pendencia: pero, una vez en ella, obra de modo que sea el contrario quien se guarde de ti. Presta a todos tu oído, pero a pocos tu voz. Oye las censuras de los demás, pero reserva tu juicio. Que tu vestido sea tan costoso como tu bolsa lo permita, pero sin afectación a la hechura; rico, mas no extravagante, porque el traje revela al sujeto, y en Francia las personas de más alta alcurnia y posición son de esto modelo de finura y esplendidez. No pidas ni des prestado a nadie, pues el prestar hace perder a un tiempo el dinero y al amigo, y el tomar prestado embota el filo de la economía. Y, sobre todo, esto: sé sincero contigo mismo y de ello se seguirá, como la noche al día, que no puedes ser falso con nadie. ¡Adiós! Que mi bendición haga fructificar en ti todo esto.
William Shakespeare
Oye, dice ese chico que por qué no termino el bachillerato- dijo ella de pronto, mirándole en el espejo.
-¿Qué chico?
-Ese profesor.
-¿Y a él que le importa?
-No hombre, yo digo también lo mismo. Es una pena, total un curso que me falta. Estoy a tiempo de matricularme todavía.
Habían echado a andar otra vez, Ángel se puso serio.
-Mira Gertru, eso ya lo hemos discutido muchas veces. No tenemos que volverlo a discutir.
-No sé por qué.
-Pues porque no. Está dicho. Para casarte conmigo, no necesitas saber latín ni geometría; conque sepas ser una mujer de tu casa, basta y sobra. Además, nos vamos a casar enseguida.
-¿Qué chico?
-Ese profesor.
-¿Y a él que le importa?
-No hombre, yo digo también lo mismo. Es una pena, total un curso que me falta. Estoy a tiempo de matricularme todavía.
Habían echado a andar otra vez, Ángel se puso serio.
-Mira Gertru, eso ya lo hemos discutido muchas veces. No tenemos que volverlo a discutir.
-No sé por qué.
-Pues porque no. Está dicho. Para casarte conmigo, no necesitas saber latín ni geometría; conque sepas ser una mujer de tu casa, basta y sobra. Además, nos vamos a casar enseguida.
Carmen MartÃn Gaite
Hubiera sido tan fácil organizar un esquema coherente, un orden de pensamiento y de vida, una armonía. Bastaba la hipocresía de siempre, elevar el pasado a valor de experiencia, sacar partido de las arrugas de la cara, del aire vivido que hay en las sonrisas o los silencios de más de cuarenta años. Después uno se ponía un traje azul, se peinaba las sienes plateadas y entraba en las exposiciones de pintura, en la Sade y en el Richmond, reconciliado con el mundo. Un escepticismo discreto, un aire de estar de vuelta, un ingreso cadencioso en la madurez, en el matrimonio, en el sermón paterno a la hora del asado o de la libreta de clasificaciones insatisfactoria. Te lo digo porque yo he vivido mucho. Yo que he viajado. Cuando yo era muchacho. Son todas iguales, te lo digo yo. Te hablo por experiencia, m?hijo. Vos todavía no conocés la vida.
Julio Cortázar
Adiós para siempre, mitad de mi vida,
un alma tan sólo teníamos los dos;
mas hoy es preciso que esta alma divida
la amarga palabra del último adiós.
¿Por qué nos separan? ¿No saben acaso
que pasa la vida cual pasa la flor?
cruzamos el mundo como aves de paso...
mañana la tumba, ¿por qué hoy el dolor?
¿La dicha secreta de dos que se adoran
enoja a los cielos, y es fuerza sufrir?
¿Tan sólo son gratas las almas que lloran
al torvo destino?... ¿La ley es morir?...
¿Quién es el destino?... Te arroja a mis brazos,
en mi alma te imprime, te infunde en mi ser,
y bárbaro luego me arranca a pedazos
el alma y la vida contigo... ¿por qué?
Adiós... es preciso. No llores... y parte.
La dicha de vernos nos quitan no más;
pero un solo instante dejar de adorarte,
hacer que te olvide, ¿lo pueden? ¡Jamás!
Con lazos eternos nos hemos unido;
en vano el destino nos hiere a los dos...
¡las almas que se aman no tienen olvido,
no tienen ausencia, no tienen adiós!
un alma tan sólo teníamos los dos;
mas hoy es preciso que esta alma divida
la amarga palabra del último adiós.
¿Por qué nos separan? ¿No saben acaso
que pasa la vida cual pasa la flor?
cruzamos el mundo como aves de paso...
mañana la tumba, ¿por qué hoy el dolor?
¿La dicha secreta de dos que se adoran
enoja a los cielos, y es fuerza sufrir?
¿Tan sólo son gratas las almas que lloran
al torvo destino?... ¿La ley es morir?...
¿Quién es el destino?... Te arroja a mis brazos,
en mi alma te imprime, te infunde en mi ser,
y bárbaro luego me arranca a pedazos
el alma y la vida contigo... ¿por qué?
Adiós... es preciso. No llores... y parte.
La dicha de vernos nos quitan no más;
pero un solo instante dejar de adorarte,
hacer que te olvide, ¿lo pueden? ¡Jamás!
Con lazos eternos nos hemos unido;
en vano el destino nos hiere a los dos...
¡las almas que se aman no tienen olvido,
no tienen ausencia, no tienen adiós!
Manuel MarÃa Flores
¡Salve, bosques que ciñen los verdores postreros!
Amarillos follajes en la hierba esparcidos;
¡salve, breve hermosura! La natura enlutada
se acomoda al dolor y me es grata a los ojos.
Ando a pasos muy lentos el desierto camino
y por última vez vuelvo a ver este sol
palidísimo y bello cuya luz expirante
ilumina a mis pies la tiniebla del bosque.
Para mí hay más encanto en la luz del otoño
cuando todo se muere a su vista empañada:
el adiós de un amigo, la sonrisa postrera
de unos labios a punto de sellarse por siempre.
Ya dispuesto a dejar la ilusión de la vida,
y llorando los sueños esfumados que tuve,
vuelvo aún la cabeza y envidioso contemplo
esos grandes tesoros de que nunca gocé.
Tierra y sol, valles, bella, mansa naturaleza,
os debía una lágrima con un pie en el sepulcro.
¡Todo el aire es perfume y la luz es tan pura!
¡Al que muere este sol le parece tan bello!
Yo quisiera apurar hasta las mismas heces
este cáliz que mezcla con el néctar la hiel;
tal vez en esta copa donde bebí la vida
pueda haber todavía una gota de miel.
El futuro quizá para mí reservaba
un retorno a la dicha de la cual nada espero.
Es posible que un alma que yo ignoro aún hubiese
comprendido mi alma, respondiendo a mis ansias?
La flor muere entregando sus perfumes al céfiro;
a la vida y al sol, éstos son mis adioses;
ahora muero y mi alma cuando expiro se exhala
como un triste sonido lleno de melodía.
Amarillos follajes en la hierba esparcidos;
¡salve, breve hermosura! La natura enlutada
se acomoda al dolor y me es grata a los ojos.
Ando a pasos muy lentos el desierto camino
y por última vez vuelvo a ver este sol
palidísimo y bello cuya luz expirante
ilumina a mis pies la tiniebla del bosque.
Para mí hay más encanto en la luz del otoño
cuando todo se muere a su vista empañada:
el adiós de un amigo, la sonrisa postrera
de unos labios a punto de sellarse por siempre.
Ya dispuesto a dejar la ilusión de la vida,
y llorando los sueños esfumados que tuve,
vuelvo aún la cabeza y envidioso contemplo
esos grandes tesoros de que nunca gocé.
Tierra y sol, valles, bella, mansa naturaleza,
os debía una lágrima con un pie en el sepulcro.
¡Todo el aire es perfume y la luz es tan pura!
¡Al que muere este sol le parece tan bello!
Yo quisiera apurar hasta las mismas heces
este cáliz que mezcla con el néctar la hiel;
tal vez en esta copa donde bebí la vida
pueda haber todavía una gota de miel.
El futuro quizá para mí reservaba
un retorno a la dicha de la cual nada espero.
Es posible que un alma que yo ignoro aún hubiese
comprendido mi alma, respondiendo a mis ansias?
La flor muere entregando sus perfumes al céfiro;
a la vida y al sol, éstos son mis adioses;
ahora muero y mi alma cuando expiro se exhala
como un triste sonido lleno de melodía.
Alphonse de Lamartine
¿Quieres que conservemos una dulce memoria de este amor?, pues amémonos hoy mucho y mañana ¡digámonos, adiós!.
Gustavo Adolfo Bécquer
Son mis ilusiones infantiles las que todavía me hacen decir si percibo una fisura en la coraza de un hombre: no todo está perdido, hace falta poco para hacer palpitar a ese corazón detenido.
Elias Canetti
Este ádios no maquilla un hasta luego, este nunca no esconde un ojalá, esta ceniza no juega con fuego, este ciego no mira para atrás
Joaquin Sabina
Es funesto que nos acostumbremos a reconocer como ejemplos de sana belleza algunas obras clásicas, que acaso son objetivamente muy valiosas, pero que no causan deleite.
José Ortega Y Gasset
El hombre emplea la hipocresía para engañarse a sí mismo, acaso más que para engañar a los otros.
Jaime Balmes
Si ves que mi canción acaso no resulta, avísame y recojo la melancolía. . . . Melancolía.
Alejandro Sanz
El nacionalismo de ustedes se parece al amor del hijo junto a la tumba del padre; el nuestro, se parece al amor del padre junto a la cuna del hijo (...) Para ustedes la Nación se realizó y fue derogada; para nosotros, todavía sigue naciendo.
Arturo Jauretche
En la música es acaso donde el alma se acerca más al gran fin por el que lucha cuando se siente inspirada por el sentimiento poético: la creación de la belleza sobrenatural.
Edgar Allan Poe
La libertad de conciencia se entiende hoy día, no solo como la libertad de creer lo que uno quiera, sino también de poder propagar esa creencia.
Jonathan Swift
La gente que cesa de creer en dios o en la bondad todavía suele creer en el demonio. No sé por qué. O sí lo sé: la maldad es siempre posible, la bondad es una dificultad eterna.
Anne Rice
La verdad es indivisible, es decir no puede reconocerse a sí misma; quien quiera reconocerla, debe ser mentira.
Franz Kafka
Aquel que quiera construir torres altas, deberá permanecer largo tiempo en los fundamentos.
Anton Bruckner
De los fumadores podemos aprender la tolerancia. Todavía no conozco uno solo que se haya quejado de los no fumadores.
Alessandro Pertini
De males a bienes dicen que se pasa fácilmente; pero de males a males, digo yo que es más frecuente.
Pedro Calderón de la Barca
Algunos dicen que el trabajo duro no ha matado a nadie, pero yo me digo ¿Por qué arriesgarse?
Ronald Reagan
me dololio decirte adios pero no tube obsion de querme a tu lado pero siempre vas a estar en mi corazon y pensamiento.
yoretl1500
Registraste un "adiós" y tan solo queda x consuelo imaginar que en algún lugar observas el mismo cielo que miro yo....
Natalicia de los Angeles
Me perdi en la marea dulce de tus palabras
Ahora nado buscando la orilla, desde tu silencio y mi soledad, desde tu olvido hasta mis ansias
Y aun asi , tu me acompañas , sin saberlo tu! me acompañas!
En que momento frio y gris te soltaste de mi mano?
Desde tu adios, ya no hay paseos , ni nubes , ni ramas robadas...!
Solo hay noche!
Ahora nado buscando la orilla, desde tu silencio y mi soledad, desde tu olvido hasta mis ansias
Y aun asi , tu me acompañas , sin saberlo tu! me acompañas!
En que momento frio y gris te soltaste de mi mano?
Desde tu adios, ya no hay paseos , ni nubes , ni ramas robadas...!
Solo hay noche!
Marina Pascual
Háblame y tal vez, te diré...
Háblame y te hablare de la agonía de aquel adiós...
Donde por no hablar nos perdimos los dos...!
Háblame y te hablare de la agonía de aquel adiós...
Donde por no hablar nos perdimos los dos...!
Jackselins Arteaga
No hay nada más duro en la existencia del ser humano que decirle adiós a lo que ama, pero esto logra superarse
Juan Guillermo Arenas Marin
Quisiera detener el tiempo en este mágico beso que nos brindamos amor,aunque solo sea para decirnos... Adios
carolpreciosa
estoy en un suueño,
mas me gusta terminarlos pronto,
ya que de mi vida soy dueño
y muuchos otros he roto.
me pregunto si la muerte segura ahora esta
en esta pesadilla de un bosque ondo
y que el suicida se presta
al "Adiós" olvidando todo... :)
mas me gusta terminarlos pronto,
ya que de mi vida soy dueño
y muuchos otros he roto.
me pregunto si la muerte segura ahora esta
en esta pesadilla de un bosque ondo
y que el suicida se presta
al "Adiós" olvidando todo... :)
Rui Schwartz
es el momento de decir adios, no quedan mas palabras, agradesco aquellos momentos de felicidad y de armonia, pero ahora tomaremos diferentes caminos
gracem
un adios no es para siempre xk
algun día nos encontraremos tarde o templano
solo nos queda saludar o inoralo
algun día nos encontraremos tarde o templano
solo nos queda saludar o inoralo
analiliaher
Nunca me ha importado que treinta millones de personas puedan pensar que estoy equivocado. El número de personas que pensaban que Hitler tenía razón no prueba que estuviese en lo cierto ¿Tengo acaso que estar necesariamente equivocado solo porque unos pocos millones de personas piensen que no tengo la razón?
Frank Zappa