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Unidos hasta la muerte ( 3 )

Unidos hasta la muerte. Encuentra docenas de unidos hasta la muerte con fotos para copiar y compartir.


La vida del mundo es la paz de nuestra alma, sin una cerca de la otra es la misma muerte de nuestro propio ser que recoge lo que no hemos vivido hasta que nos damos cuenta lo demasiado tarde que ahora es


Kurt Cobain


No pongáis vuestro afecto en la soberanía mortal y no os regocijéis con ella. Sois como el pájaro incauto que con plena confianza canta sobre la rama, hasta que de repente, la muerte cazadora lo derriba al polvo, y la melodía, la forma y el color desaparecen sin dejar rastro. Por tanto, tened cuidado, ¡Oh esclavos del deseo!


Bahá'u'lláh




La vida no puede derrotar a un escritor que está enamorado de la escritura, de la vida misma es la amante de un escritor hasta la muerte.


Edna Ferber


Ellos son los que nos esclavizan; y no contentos con esto, pues nos aborrecen a muerte, no han de parar hasta extinguir nuestra raza. Todos son enemigos de nuestra Patria (...) siempre encarnizados. Nos están carcomiendo el cuerpo y aniquilando el espíritu, y aspiran a nuestra muerte.


Sabino Arana


De un escritor como Günter Grass uno puede esperar una obra maestra hasta en el lecho de muerte, aunque por ahora todo parece indicarnos que Mi Siglo (Alfaguara) será el penúltimo de sus grandes libros.


Roberto Bolaño


Traigo seis millones de maneras de morir, solo una de vivir. Soy b-boy hasta la muerte es lo que quiero decir


Kase.O




No se puede entender la vida hasta que no se entiende la muerte


Carlos Ruiz Zafón


Lejos de allí, las estrellas esperaron a que el grito del pájaro de la muerte llegara hasta ellas para poder observar el final, por fin, de la raza de los hombres.


Harlan Ellison


El Samurái valiente no piensa en términos de victoria o derrota; combate fanáticamente hasta la muerte. Solo de este modo realiza su destino.


Yamamoto Tsunetomo




No sé por qué le quería hasta el extremo de querer morir de su muerte. Nada nuevo podía alcanzar ese amor. Yo había olvidado la Muerte


Marguerite Duras


¿O has olvidado que la tranquilidad y hasta la muerte son para el hombre preferibles a la libre elección en el conocimiento del bien y del mal?


Fiódor Dostoyevski


Una tragedia de Shakespeare como hasta ahora considerados se puede llamar una historia de la calamidad excepcional que lleva a la muerte de un hombre de elevada posición. Pero es claramente mucho más que esto, y tenemos ahora a considerarlo desde otro lado.


Andrew Coyle Bradley


La pena de muerte se aplica en los Estados Unidos como una lotería mortal.


Bianca Jagger




Usted tiene que hacerme un juramento, de tener un solo pensamiento... ser solo mía hasta la muerte


Vinicius de Moraes


En lo que nunca he cambiado de manera de pensar es en mi apoyo a la U. Soy hincha de Universitario desde que tengo uso de razón. Soy hincha hasta la muerte.


Mario Vargas Llosa


El único amor consecuente, fiel, comprensivo, que todo lo perdona, que nunca nos defrauda, y que nos acompaña hasta la muerte es el amor propio.


Oscar Wilde


Mi alma te pertenece, mi corazón es tuyo para siempre y con solo mirarte a los ojos se que te amará hasta la muerte.




Eso de hasta que la muerte los separe es una incitación al asesinato.


Roberto Fontanarrosa


Quizá acabo como Salvador Allende pero siempre hasta la muerte seré revolucionario


Pablo Hasél


Un día surgirá del cerebro de la ciencia una máquina con una fuerza tan temible y terrorífica, que hasta el hombre, el guerrero, que esta dispuesto a soportar la muerte y tortura para inflingir muerte, abandonará la guerra por siempre.


Thomas Edison


¡Hasta la victoria... Patria o muerte!


Che Guevara


Últimas palabras del doctor Juvenal Urbino, quien deja a la muerte aguardando, hasta ver al motivo de su último aliento y le dice:...Solo Dios sabe cuánto te quise.


Gabriel García Márquez


Hay cosas indestructibles que acompañan el cuerpo hasta la muerte como si hubieran nacido con él. Y una de esas es lo que surge entre un hombre y una mujer que viven juntos ciertos momentos.


Clarice Lispector


Blanco o negro, lo importante es que el gato cace ratones.(Esta frase realmente fue pronunciada en 1960 por Deng Xiao Ping, máximo lider de la República Popular China desde 1978 hasta su muerte en 1997).


Felipe González


Si el veredicto era culpable había castigo severo. Una forma de la doctrina concebía este castigo como eterno, y transmitió a la teología posterior la noción del infierno. Otra forma adoptó la idea de la transmigración: el alma renacía vez tras vez en vidas más felices o amargadas que antes según la pureza o impureza de su existencia anterior; y esta rueda de renacimientos continuaba girando hasta que se lograba pureza completa, y el alma era admitida en las Islas de los Benditos. Otra variante ofrecía la esperanza de que el castigo en Hades pudiera terminar por medio de penitencias ejecutadas de antemano por el individuo, o después de su muerte, por sus amigos. De esta manera surgió una doctrina de purgatorio e indulgencias.


Will Durant


Uno puede enfrentarse a los acontecimientos de la vida con humor durante años, a veces muchos años, y en algunos casos mantener una actitud humorística casi hasta el final; pero la vida siempre nos rompe el corazón. Por mucho valor, sangre fría y humor que uno acumule a lo largo de su vida, siempre acabará con el corazón destrozado. Y entonces uno deja de reírse. A fin de cuentas ya sólo quedan la soledad, el frío y el silencio. A fin de cuentas, sólo queda la muerte.


Michel Houellebecq




Hasta los malos poetas aman la muerte


John Katzenbach


6Cristo, A Pesar de Su divina Condición,
no se hizó alarde De su Categoría de Dios;
7AL contrario, sí despojo de rango Su
y tomo la Condición de Esclavo,
Pasando por Uno de Tantos.

Y Así, actuando Cualquiera Como hombre de la ONU,
Hasta someterse incluso rebajó un 8SE la Muerte,
Una y Muerte de Cruz.

9Por ESO Dios lo levanto Sobre Todo
y le concedió El «Nombre-sobre-todo-Nombre»;
Que al 10de Modo Nombre de Jesús Toda Rodilla sí doble
En El Cielo, en la tierra, En el abismo,
11y Toda proclame Lengua:
Jesucristo es Señor, párr gloria de Dios Padre.


San Pablo


contó Lucía a la policía fue que había estado preparando esa muerte durante diez años. ?Antes no podía matarla porque estaba débil. Pero en estos diez años, desde el día de mi aborto hasta hoy, me fui entrenando y poniendo fuerte para matar a mamá. Es raro, pero la verdad es que yo no podía vivir si ella también estaba viva?.


Marisa Grinstein


Sin duda cada ser tiene, en el universo de lo escrito, una obra que le convertirá en lector, suponiendo que el destino favorezca su encuentro.
Lo que Platón dice de la mitad amorosa, ese otro ser que circula por alguna parte y que conviene encontrar a riesgo de permanecer incompleto hasta el día de tu muerte, es todavía más auténtico en el caso de los libros.


Amélie Nothomb


Una cosa lamento: no saber lo que va a pasar. Abandonar el mundo en pleno movimiento, como en medio de un folletín. Yo creo que esta curiosidad por lo que suceda después de la muerte no existía antaño, o existía menos, en un mundo que no cambiaba apenas. Una confesión: pese a mi odio a la información, me gustaría poder levantarme de entre los muertos cada diez años, llegarme hasta un quiosco y comprar varios periódicos. No pediría nada más. Con mis periódicos bajo el brazo, pálido, rozando las paredes, regresaría al cementerio y leería los desastres del mundo antes de volverme a dormir, satisfecho, en el refugio tranquilizador de la tumba.


Luis Buñuel


Los cinturones de seguridad reducen el peligro de muerte hasta en un 70 por ciento;


Steven D. Levitt


Mañana y mañana y mañana se arrastra con paso mezquino día tras día hasta la sílaba final del tiempo escrito. La luz de nuestro ayer guió a los necios hacia el polvo de la muerte. ¡Apágate, apágate breve llama! La vida es una sombra que camina, un pobre actor que en escena se arrebata y contonea y a quien nunca más se oye. La vida es un cuento narrado por un idiota, lleno de ruido y furia, y que nada significa.


William Shakespeare


Nieva sobre Edimburgo el 16 de abril de 1874. Un frío gélido azota la ciudad. Los viejos especulan que podría tratarse del día más frío de la historia. Diríase que el sol ha desaparecido para siempre. El viento es cortante; los copos de nieve son más ligeros que el aire.
¡Blanco! ¡Blanco! ¡Blanco!
Explosión sorda. No se ve más que eso. Las casas parecen locomotoras de vapor, sus chimeneas desprenden un humo grisáceo que hace crepitar el cielo de acero. Las pequeñas callejuelas de Edimburgo se metamorfosean. Las fuentes se transforman en jarrones helados que sujetan ramilletes de hielo. El viejo río se ha disfrazado de lago de azúcar glaseado y se extiende hasta el mar. Las olas resuenan como cristales rotos. La escarcha cae cubriendo de lentejuelas a los gatos. Los árboles parecen grandes hadas que visten camisón blanco, estiran sus ramas, bostezan a la luna y observan cómo derrapan los coches de caballos sobre los adoquines. El frío es tan intenso que los pájaros se congelan en pleno vuelo antes de caer estrellados contra el suelo. El sonido que emiten al fallecer es dulce, a pesar de que se trata del ruido de la muerte. Es el día más frío de la historia. Y hoy es el día de mi nacimiento. [?]
Fuera nieva con auténtica ferocidad. La hiedra plateada trepa hasta esconderse bajo los tejados. Las rosas translúcidas se inclinan hacia las ventanas, sonrojando las avenidas, los gatos se transforman en gárgolas, con las garras afiladas. En el río, los peces se detienen con una mueca de sorpresa. Todo el mundo está encantado por la mano de un soplador de vidrio que congela la ciudad, expirando un frío que mordisquea las orejas. En escasos segundos, los pocos valientes que salen al exterior se encuentran paralizados, como si un dios cualquiera acabara de tomarles una foto. Los transeúntes, llevados por el impulso de su trote, se deslizan por el hielo a modo de baile. Son figuras hermosas, cada una en su estilo, ángeles retorcidos con bufandas suspendidas en el aire, bailarinas de caja de música en sus compases finales, perdiendo velocidad al ritmo de su ultimísimo suspiro.
Por todas partes, paseantes congelados o en proceso de estarlo se quedan atrapados. Solo los relojes siguen haciendo batir el corazón de la ciudad como si nada ocurriera.


Mathias Malzieu


Hasta la victoria siempre. Patria o muerte.


Che Guevara


Las reglas de los Juegos del Hambre son sencillas: en castigo por la rebelión, cada uno de los doce distritos debe entregar a un chico y una chica, llamados tributos, para que participen. Los veinticuatro tributos se encierran en una enorme arena al aire libre en la que puede haber cualquier cosa, desde un desierto abrasador hasta un páramo helado. Una vez dentro, los competidores tienen que luchar a muerte durante un periodo de varias semanas; el que quede vivo, gana.


Suzanne Collins


La idea de la muerte llega siempre con paso de lobo, con andares de
culebra, como todas las peores imaginaciones. Nunca de repente llegan
las ideas que nos trastornan; lo repentino ahoga unos momentos, pero
nos deja, al marchar, largos años de vida por delante. Los pensamientos
que nos enloquecen con la peor de las locuras, la de la tristeza, siempre
llegan poco a poco y como sin sentir, como sin sentir invade la niebla los
campos, o la tisis los pechos. Avanza, fatal, incansable, pero lenta,
despaciosa, regular como el pulso. Hoy no la notamos; a lo mejor
mañana tampoco, ni pasado mañana, ni en un mes entero. Pero pasa ese
mes y empezamos a sentir amarga la comida, como doloroso el
recordar, ya estamos picados. Al correr de los días y las noches nos
vamos volviendo huraños, solitarios; en nuestra cabeza se cuecen las
ideas, las ideas que han de ocasionar el que nos corten la cabeza donde
se cocieron, quién sabe si para que no siga trabajando tan atrozmente.
Pasamos a lo mejor hasta semanas enteras sin variar; los que nos
rodean se acostumbraron ya a nuestra adustez y ya ni extrañan siquiera
nuestro extraño ser. Pero un día el mal crece, como los árboles, y
engorda, y ya no saludamos a la gente; y vuelven a sentirnos como raros
y como enamorados. Vamos enflaqueciendo, enflaqueciendo, y nuestra
barba hirsuta es cada vez más lacia. Empezamos a sentir el odio que nos
mata; ya no aguantamos el mirar; nos duele la conciencia, pero ¡no
importa!, ¡más vale que duela! Nos escuecen los ojos, que se llenan de
agua venenosa cuando miramos fuerte. El enemigo nota nuestro anhelo,
pero está confiado; el instinto no miente. (...) Cuando huimos como las
corzas, cuando el oído sobresalta nuestros sueños, estamos ya minados
por el mal; ya no hay solución, ya no hay arreglo posible. Empezamos a
caer, vertiginosamente ya, para no volvernos a levantar de vida. Quizás
para levantarnos un poco a última hora, antes de caer de cabeza hasta
el infierno... Mala cosa.


Camilo José Cela


Queremos la muerte de la Iglesia, cooperadora de la explotacion de la burguesía; para ello educamos a los hombres, y así le quitamos conciencias. Pretendemos confiscarle los bienes. No combatimos a los frailes para ensalzar a los curas. Nada de medias tintas. Queremos que desaparezcan los unos y los otros". Dicho en el VI Congreso del PSOE en Gijón y recogido por Luis Gómez Llorente en su libro Aproximación a la historia del socialismo español (hasta 1921), Cuadernos para el Dialogo, Madrid, 1972, página 169.


Pablo Iglesias


Charles Taze Russell fue leal a Dios, leal a Cristo Jesús, leal a la causa del Reino del Mesías. Fue leal hasta la médula, sí, leal incluso hasta la muerte.


Joseph Franklin Rutherford


Pueblo que no sabe su historia es pueblo condenado a irrevocable muerte. Puede producir brillantes individualidades aisladas, rasgos de pasión de ingenio y hasta de género, y serán como relámpagos que acrecentará más y más la lobreguez de la noche.


Marcelino Menéndez Pelayo