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La muerte os espera en todas partes; pero, si sois prudentes, en todas partes la esperáis vosotros.
El mártir espera la muerte; el fanático corre a buscarla.
Incierto es el lugar en donde la muerte te espera; espérela, pues, en todo lugar.
La sociedad es inevitable como la muerte. En el plano material, nuestra potencia es débil contra tales límites. Pero el sabio destruye en sí mismo el respeto y el temor a la sociedad, como hace con...
¡Qué sencilla es la muerte: qué sencilla, pero qué injustamente arrebatada! No sabe andar despacio, y acuchilla cuando menos se espera su turbia cuchillada
[... ] a la muerte le sienta bien la tristeza leve de una severa espera.
No debemos vivir según lo que se espera de nosotros. Hacerlo sería una pequeña muerte diaria.
La muerte espera al más valiente, al más rico, al más bello. Pero los iguala al más cobarde, al más pobre, al más feo, no en el simple hecho de morir, ni siquiera en la conciencia de la muerte, ...
La muerte no espera a ninguno.
Como todos sabemos, muchas personas permanecen enterradas bajo toneladas de escombros y desechos, a la espera de ser rescatados. Cuando pensamos en su sufrimiento, nos sentimos profundamente y profund...
Es estúpido quien confiese temer la muerte no por el dolor que pueda causarle en el momento en que se presente, sino porque, pensando en ella, siente dolor: porque aquello cuya presencia no nos pertu...
Volvía a ser de noche. En la posada Roca de Guía reinaba el silencio, un silencio triple.
El primer silencio era una calma hueca y resonante, constituida por las cosas que faltaban. Si hubiera ha...
La muerte para los jóvenes es naufragio y para los viejos es llegar a puerto.
Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida.
La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos.
Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos.
La muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.
¿Sufre más aquél que espera siempre que aquél que nunca esperó a nadie?.
Ojalá que la espera no desgaste mis sueños.
Algo En Mi Sangre Espera Todavía...
Algo en mi sangre espera todavía.
Algo en mi sangre en que tu voz aún suena.
Pero no. Inútilmente yo te llamo.
Aquella voz que te llamaba es ésta.
Ven hacia ...
Si es cierto que en cada amigo hay un enemigo potencial. ¿por qué no puede ser que cada enemigo oculte un amigo que espera su hora?.
No hay que tener miedo de la pobreza ni del destierro, ni de la cárcel, ni de la muerte. De lo que hay que tener miedo es del propio miedo.
La muerte es un momento, la vida muchos.
Vivir no es otra cosa que una resistencia inútil. El hombre sabio sabe que va a morir, pero vive y se resiste a la muerte tanto como puede..
La muerte nos iguala a todos. Es la misma para un hombre rico que para un animal salvaje.
La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene.
¿Qué es la muerte? Si todavía no sabemos lo que es la vida, ¿Cómo puede inquietarnos el conocer la esencia de la muerte?.
Después de todo la muerte es solo un síntoma de que hubo vida.
La muerte no es más que un sueño y un olvido.
No basta con pensar en la muerte, sino que se debe tenerla siempre delante. Entonces la vida se hace más solemne, más importante, más fecunda y alegre.
Con la muerte todo se acaba.
No puedo imaginarme a un dios que premia y castiga a los objetos de su creación, cuyos propósitos han sido modelados bajo el suyo propio; un dios que no es más que el reflejo de la debilidad humana...
No comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo.
La muerte es ese amigo que aparece en las fotografías de la familia, discretamente a un lado, y al que nadie acertó nunca a reconocer.
La muerte es el puerto de todos los dolores.
Sí, en el toreo está presente la muerte, pero como aliada, como cómplice de la vida: la muerte hace de comparsa para que la vida se afirme.
La suerte es una flecha lanzada que hace blanco en quien menos lo espera.
La muerte de cualquier hombre me disminuye, porque yo formo parte de la humanidad; por tanto nunca mandes a nadie a preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti.
Y he aquí la muerte, la muerte que siempre vuelve a empezar...
El segundo síntoma de la muerte de nuestros sueños son nuestras certezas.