Frases de Alexis de Tocqueville ( 2 )
En una revolución, como en una novela, la parte más difícil de inventar es el final.
Existe una enorme diferencia entre tratar a la gente con igualdad e intentar igualarlos. Mientras lo primero es la condición de una sociedad libre, lo segundo significa, una nueva forma de esclavitud...
La grandeza de Estados Unidos no está en ser más iluminado que cualquier otra nación, sino en su capacidad de reparar sus faltas.
Cuando el pasado ya no ilumina el futuro, el espíritu camina en la oscuridad.
¿Qué es más importante para la democracia no es que las grandes fortunas no deben existir, pero que las grandes fortunas no debe permanecer en las mismas manos. En ese camino se encuentran los homb...
Nada de lo que parece a primera vista menos importante que la forma externa de las acciones humanas, pero no hay nada en la que los hombres establecen más tienda: ellos se acostumbran a todo, excepto...
Ningún estado de la sociedad o de las leyes puede hacer tanto a los hombres por igual, pero que la educación, la fortuna y los gustos se interpondrá algunas diferencias entre ellos, y aunque difere...
Tenemos éxito en las empresas que requieren las cualidades positivas que poseemos, pero destacamos en los que también se puede hacer uso de nuestros defectos.
El que se pregunta ¡¿libertad para qué?!, es que ha nacido para ser siervo.
El negocio principal de las religiones es purificar, control y frenar ese gusto excesivo y exclusivo para el bienestar que los hombres adquieren en tiempos de igualdad.
No a la guerra prolongada puede dejar de poner en peligro la libertad de un país democrático.
El poder de la prensa periódica es solo superada por la de las personas.
Habría amado la libertad, creo yo, en cualquier época, pero en los tiempos en que estamos me siento inclinado a adorarla
Dado que no sólo tenía por objeto cambiar un gobierno antiguo, sino también abolir la forma antigua de la sociedad, la Revolución francesa tuvo que arremeter al mismo tiempo contra todos los poder...
La vida es para asumirla con valentía.
«Mire, mi querido amigo, sólo hay una forma de hablar bien desde la tribuna, y consiste en estar plenamente convencido, al llegar a ella, de que se es el hombre más inteligente del mundo».