Frases de André Malraux ( 2 )

La muerte no es una cosa tan grave; el dolor, sí

Para mandar es servir, nada más y nada menos.

El artista se define ahora mediante la ruptura con todo lo que le ha precedido, a través de una lenta y voluntaria conquista de sí mismo.

El hombre sabe que el mundo no está hecho a escala humana, y él desea que lo fuera.

Es posible que en el dominio del destino, el hombre valga más por el ahondamiento de sus preguntas, que por sus respuestas
Nuestra sensibilidad por la estatua mutilada, por el bronce de las excavaciones arqueológicas, es reveladora. No coleccionamos ni los bajorrelieves borrosos ni las oxidaciones; no es la presencia de ...

Quien se queda mucho tiempo mirando a los sueños, termina pareciéndose a una sombra.

Un país anarquista enamorado de la sangre: así es España.

El carácter consiste ante todo en no dar importancia al ultraje o al abandono de quienes están con nosotros.

Si las cosas cambiaran bastante más deprisa, nunca habría revolución. Un conservador inteligente es siempre un reformador

Hay una fraternidad que solo se encuentra al otro lado de la muerte
No se necesitan nueve meses, se necesitan cincuenta años para hacer un hombre, cincuenta años de sacrificio, de voluntad, de... ¡tantas cosas! Y cuando ese hombre está hecho, cuando ya no queda en...

Sé mal lo que es la libertad, pero sé bien lo que es la liberación

Hay hombres ávidos de representar su biografía, como un actor su papel.

El comunismo destruye la democracia. La democracia también puede destruir el comunismo.

No hay cincuenta maneras de lucha, solo hay una, y eso es ganar. Ni la revolución ni la guerra consiste en hacer lo que a uno le plazca.

La verdad de un hombre está sobre todo en lo que éste oculta

La cultura es la suma de todas las formas de arte, de amor y de pensamiento, que, en el curso de siglos, han permitido al hombre ser menos esclavizado.

Un hombre que piensa no en una mujer como en el complemento del sexo, sino en el sexo como complemento de una mujer, está maduro para el amor: tanto peor para él.

En la política es a veces como en la gramática: un error en el que todos incurren finalmente es reconocido como regla.