Frases de Frank Lloyd Wright

Temprano en la vida tuve que elegir entre la arrogancia honesta y la humildad hipócrita. Elegí lo primero y no he visto razón para cambiar.

La ciudad de Nueva York es un gran monumento al poder del dinero y la codicia... una carrera en pos de la renta.

La arquitectura es vida, o por lo menos es la vida misma tomando forma y por lo tanto es el documento más sincero de la vida tal como fue vivida siempre.

Los edificios, también, son hijos de la tierra y el sol.

Lo que siempre pasa es aquello en lo que uno cree realmente; y creer en algo hace que pase.

El arte por el arte es la filosofía de los bien alimentados.

La libertad viene de adentro.

Lograr el todo con lo mismo.

Un médico puede enterrar sus errores pero un arquitecto apenas puede aconsejar a sus clientes que planten enredaderas.

Si la cosa sigue así, al hombre se le atrofiarán todos los miembros salvo el dedo de apretar botones.

La juventud es una cualidad, no una cuestión de circunstancias.

Una idea es la salvación por medio de la imaginación.

Denme los lujos de la vida y con gusto prescindiré de las necesidades.

Ninguna casa debería estar nunca sobre una colina ni sobre nada. Debería ser de la colina. Perteneciente a ella. Colina y casa deberían vivir juntas, cada una feliz de la otra.

El arquitecto debe ser un profeta... un profeta en el verdadero sentido del término... si no puede ver por lo menos diez años hacia adelante no lo llamen arquitecto.

Todo gran arquitecto, necesariamente, es un gran poeta. Debe ser un gran intérprete original de su tiempo, de sus días, de su época.

Un hombre es un tonto si bebe antes de los cincuenta, y otro tonto si no lo hace después.

Orden a partir del caos.

La ciudad venidera dependerá de la carrera entre el automóvil y el elevador, y cualquiera que apueste por el elevador está loco. . .

La verdad es más importante que los hechos.