Frases de Groucho Marx ( 7 )


La pensión alimenticia es como comprar heno para un caballo muerto.

Hasta que uno no se ha limpiado los zapatos con el vestido nuevo de la esposa, no sabe nada del amor... ni de la esposa.

Los cigarros me dan un aspecto varonil. Con uno en la boca no hay posibilidad de ser confundido con una chica.

No reírse de nada es de tontos, reírse de todo es de estúpidos.

-¿Por qué y cómo ha llegado usted a tener veinte hijos en su matrimonio? -Amo a mi marido. -A mí también me gusta mucho mi puro, pero de vez en cuando me lo saco de la boca.

Tengo que decir que me parece la televisión muy educativa. El minuto que alguien la enciende, me voy a la biblioteca y leer un buen libro.

Mi madre adoraba a los niños. Hubiera dado cualquier cosa porque yo lo fuera.

Cuando se han curado de la indisposición del amor, se encuentran con que se han casado.

La televisión está creando una generación de imbéciles entre los que se encuentran mis nietos.

Es muy agradable estar casado de nuevo y pensar en todas las insinuaciones que podré hacer a mujeres desconocidas en cuanto me divorcie.

En materia de animales domésticos, no hay ninguno que se pueda comparar con una sencilla corista carente de pedigrí.

Me niego a unirse a cualquier club que tenerme como miembro.

Tanto si permaneces soltero como si te casas, estás cometiendo un error irreparable.

Lo bueno de las revistas musicales es que convives con treinta o cuarenta coristas que exhiben partes de su anatomía que en otros ámbitos reservan para el hombre con el que se casan.

Lo malo de las mujeres en el sexo es cuando se ponen persistentes.

Las mujeres que huelen a burdel me traen recuerdos de infancia.

Señorita... envíe un ramo de rosas rojas y escriba "Te quiero" al dorso de la cuenta.

No piense mal de mí, señorita. Mi interés por usted es puramente sexual.

Hay hombres tan poco dotados para las relaciones sociales que caen mal hasta en los burdeles.
Preguntaba Groucho Marx:
-"Señorita, ¿se acostaría usted conmigo por un millón de dólares?"
+"Por supuesto", respondía ella.
-"¿Y por un dólar?", preguntaba de nuevo Grouc...