Frases de Henrik Johan Ibsen ( 2 )

Los campeones de las finanzas son como las perlas de un collar: cuando una de ellas cae, las otras le siguen.

Las verdades tan antiguas son prácticamente seniles. Y cuando una verdad es así de vieja, difícilmente puede diferenciarse de una mentira.

No se sirva pues de ese elevado término de ideal cuando tenemos para eso, en el lenguaje habitual, la excelente expresión de mentira.

¡Qué coraje hace falta en determinados momentos para elegir la vida!.

La mayoría nunca tiene razón.

¡Qué cosa tan extraña es la felicidad! Nadie sabe por dónde ni cómo ni cuándo llega, y llega por caminos invisibles, a veces cuando ya no se le aguarda.

Antes del matrimonio se considera el amor teóricamente; en el matrimonio se pasa a la práctica. Ahora bien, todos saben que las teorías no siempre concuerdan con la práctica.

¿Cuál es el primer deber del hombre? La respuesta es muy breve: ser uno mismo.

Si me hubiese quedado tranquilo en mi casa en vez de irme a sufrir por el mundo, ¡no me habría ahorrado pocas penas y pocos zapatos!

Perderlo todo es ganarlo todo, porque no se posee eternamente más que lo que se ha perdido.

La vida podría ser bastante agradable si no llamasen a la puerta esos acreedores reclamando el cumplimiento de los ideales a pobres hombres como nosotros.

La esperanza ha contribuido a perder al género humano.