Frases de Jerónimo Usera ( 3 )

Mi conducta no toca decirla a mi, bástame remitirme al testimonio de los que presenciaron mis actos.

En la corrección cuida mucho de no ruborizar ni humillar a tus alumnas.

El pensamiento de las misiones es el más grande que ha podido inspirar Dios a los hombres.

Hace tiempo que me he consagrado a defender los derechos de la raza negra, a la que amo en Jesucristo que es el mejor y más desinteresado amor.

Siento que Dios me llama a hacer el bien en la tierra.

El mejor servicio que pueden prestar al cielo y al bienestar y felicidad de los pueblos, es preocuparse día y noche en educar niños para Dios, para sus padres y para la sociedad...
Siendo Dios el móvil supremo de nuestras acciones, practicamos el bien sin coacción de ninguna especie. Lejos de eso, si mandamos, lo hacemos por amor a la justicia, y si nos toca obedecer, obedecem...

Inculca sentimientos de bondad. Transmite la verdad y haz el bien.

Y sabemos la gran diferencia que existe entre obrar exclusivamente por motivos de religión y de conciencia, a obrar exclusivamente por motivos de temor y de respetos humanos.

La verdad, como el sol, no es patrimonio exclusivo de nadie, sino que pertenece a todos y para todos produce luz y Vida.

Yo llevaba en el corazón el deseo de hacer el bien, y nada más.

Nada tengo, te entregué para siempre el derecho a disponer de mi propia voluntad.
Los intereses materiales ¿podrán por sí solos obrar la unión duradera y feliz de los pueblos? El refinamiento de la materia y su goces ¿alcanzarán por ventura a satisfacer sus deseos y necesidad...

...la buena semilla da, al debido tiempo, su fruto, con naturalidad y sin violencia.
La educación que se da en este Instituto es basada sobre el santo amor y temor de Dios. Con estos dos medios, las educandas no podrán menos de progresar según sus años, seguirán con gusto el curs...

Estudien el carácter y capacidad de cada niña y sean ingeniosas para hablarles a su corazón y su cabeza.

Asistan con gran puntualidad a la hora marcada a sus respectivas clases. Y en estas ármense de gran dulzura y paciencia.

Los pueblos serán felices y dichosos si la benevolencia y el verdadero afecto estrechan sus corazones.

Yo no soy sabio ni menos virtuoso, pero, gracias a Dios, tengo la docilidad de un buen hijo de la Iglesia, de cuya obediencia no permita el Señor me aparte jamás.
Ningún otro fin me condujo a aquellos remotos países que el contribuir con mis escasos conocimientos y buen celo al bienestar de sus sencillos habitantes dándoles a conocer las ventajas de la civil...