El deseo de la grandeza es un pecado divino.
Esta es la porcelana de arcilla de la humanidad.
Solo el hombre obstruye su felicidad con el cuidado, la destrucción de lo que es con pensamientos de lo que puede ser.
El ofendido muchas veces sabrá perdonar, pero el ofensor jamás perdona.
Que la gracia y la bondad sea la piedra imán principal de tus afectos. Porque el amor que tiene extremos, tendrá un fin, mientras que la que se basa en la verdadera virtud, siempre va a continuar.
Pero el amor es una enfermedad sin cura.
Dolores de amor son mucho más dulces que todos los demás placeres.
Y condenados a muerte, aunque no destinados a morir.
La desgracia raramente viene sola.
El secreto placer de un acto generoso es el mayor placer de un espíritu elevado
Yo trafico con lenguas vivas y muertas, con el fin de enriquecer nuestro idioma.
Solo el hombre obstaculiza la felicidad, destruyendo lo que en realidad pudiera ser.
El amor tiene mil maneras de hacernos dichosos, pero tiene muchas más de robarnos el sosiego
La obra de teatro debe ser una imagen justa y vivaz de la naturaleza humana
Feliz quien puede llamar suyo el día en que vive y para sus adentros piensa: mañana Dios dirá, porque ya viví hoy
Es menester aclarar de una vez si el matrimonio es uno de los siete sacramentos o uno de los siete pecados capitales.
Grande fue su riqueza, pero más grande era su corazón.
Son de más valor la honradez y el talento que la riqueza
Ella no siente el peligro, porque ella no conoce el pecado.
Esta es la suerte común de todos los astutos: hacer sus dibujos tan sutiles que se rompen por su misma finura