¡Oh perfecta criatura! No he podido veros sin admirar en vos al autor de la naturaleza y sentir mi corazón herido de ardiente amor hacia la más bella de las imágenes en que él se ha pintado.
Casi todos los hombres mueren de sus medicinas, no de sus enfermedades.
Todo el mundo ama y admira a la mujer coqueta, la única excepción es su marido
El que sigue sus enseñanzas sabe una profunda paz, y mira a todo el mundo como un montón de estiércol.
El mundo, querida Agnes, es un asunto extraño.
Los hombres son todos parecidos en sus promesas. Solo en sus acciones es que ellos difieren
Uno debería mirarse bien a uno mismo antes de juzgar a otros
La inocencia no suele ruborizarse
No es solamente por lo que hacemos, sino también por lo que no hacemos, que somos responsables
Soportamos las reprensiones, pero no sufrimos las burlas. Preferimos ser malos a ser ridículos.
Pues son gentes aquellas que, con alma sometida al interés, hacen de la devoción oficio y granjerías, queriendo comprar créditos y dignidades a costa de mucho bajar de ojos y mucho afectado fervor...
No hay por qué ser esclavos de esos fingidores, que hay tantos falsos devotos como falsos valientes, y así como no se ve qué, allí donde el honor los conduce, los verdaderos valientes sean los que...
Fácilmente nos dejamos engañar por aquellos que amamos.
La belleza del rostro es frágil, es una flor pasajera, pero la belleza del alma es firme y segura.
Encontrarse despreciado en el amor es un golpe en el orgullo, haz todo lo que puedas por olvidarlo, pero si no lo lograras, aparenta que lo has logrado
Estima debe basarse en la preferencia: para mantener a todos en alta estima es que los tengáis nada.
La amistad pide un poco más de misterio; enarbolarla con cualquier motivo equivale a profanar su nombre
La timidez es la desconfianza del amor propio, que deseando agradar teme no conseguirlo
El amor no distingue de personas
Los autores suelen tener el defecto de tiranizar las conversaciones hablando solo de sus obras