Frases de Silvio Rodríguez ( 2 )

Pero lo que me ha estremecido hasta perder casi el sentido, lo que a mí más me ha estremecido, son tus ojitos, mi hija, son tus ojitos divinos
Somos prehistoria que tendrá el futuro, somos los anales remotos del hombre, estos años son el pasado del cielo, estos años son cierta agilidad con que el sol te dibuja en el porvenir, son la verda...

Me quito el rostro y lo doblo encima del pantalón

Qué fácil es trascender con fama de original, pero se sabe que entre los ciegos el tuerto suele mandar

La angustia es el precio de ser uno mismo

Hay locuras que son poesía, hay locuras de un raro lugar. Hay locuras sin nombre, sin fecha, sin cura, que no vale la pena curar

Es olvidar, llenar vacíos que se irán
Te amaré, te amaré como al mundo, te amaré aunque tenga final, te amaré, te amaré en lo profundo. Te amaré como tengo que amar, te amaré, te amaré como pueda, te amaré, aunque no sea la paz

Quien hace altar de la ganancia pierde la condición, la latitud, el puesto y pierde amor, pues la codicia muerde, jamás en yo y siempre allá en el resto

La prisión acaba, la prisión de hierro, pero continúa la prisión del sueño, del sueño

Te doy una canción como un disparo, como un libro, una palabra, una guerrilla: como doy el amor

Si tu signo es jugar, juégalo todo: tu camisa, tu patio, tu salud; si tú debes jugar de cualquier modo juega bien, con virtud. Pero, ay amor, ay amor, no te juegues el corazón

Supo la traición más dura, luego el silencio, el rumor, luego el murmullo, el clamor, y al fin supo del aullido, y del último estallido mi abuelo supo el amor
El mundo, día de un año, cuantos amantes se dan la mano sin ver distancias ni cercas, ni mares, ni largos años frente a los prejuicios se ven hermosos y dicen que al fin nunca llegan tarde para que...

Las ideas son balas hoy día y no puedo usar flores por ti

No hay nada aquí: solo unos días que se aprestan a pasar, solo una tarde en que se puede respirar un diminuto instante inmenso en el vivir
Se ha prendido la hierba dentro del continente, las fronteras se besan y se ponen ardientes, me recuerdo de un hombre que por esto moría y que viendo este día como espectro del montejubiloso reía

Tolerancia, tolerancia, palabrita en el mantel, pocos platos se la sirven, muchas bocas a comer

La era está pariendo un corazón, no puede más, se muere de dolor y hay que acudir corriendo, pues se cae el porvenir

Hoy voy a patrocinar el candor desahuciado, esa crítica masa de Dios que no es pos ni moderna. Se admiten proscritos, rabiosos, pueblos sin hogar, desaparecidos, deudores del Banco Mundial