"Entonces la mujer cuyo era el hijo vivo, habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y dijo: ¡Ruego, señor mÃo! Dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis. Mas la otra dijo: Ni a mà ni a ti; sino partidlo. " 1 Reyes 3:26