"Entre la entrada y el altar, lloren los sacerdotes, ministros del SEÃOR, y digan: Perdona, oh SEÃOR, a tu pueblo, y no pongas en oprobio tu heredad, para que los gentiles se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios? "
Joel 2:17