Bombas y refranes ( 11 )
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Frailes y monjas, del dinero esponjas.
Hasta lo bueno cansa, si es en mucha abundancia.
Nadie tira piedras a su tejado.
Un dolor alivia otro dolor, y un amor cura otro amor.
Zurcir y remendar y mejores tiempos esperar; y si no vinieren, será lo que Dios quisiere.
No cuentes los polluelos antes que salgan los huevos.
Tras un tiempo, otro vendrá, y Dios dirá.
Guarda y no protestes; porfía y no apuestes.
Vino y amores, de viejo los mejores.
Barriga llena, no cree en hambre ajena.
Dar el consejo y el remedio, favor completo.
La excepción no hace la regla, sino que estará fuera de ella.
La conciencia es un estorbo en el comercio.
Compañía no engañosa, yo y mi sombra.
Gran desengaño, gran lección, aunque con daño.
Hombre muy escrupuloso, siempre será menesteroso.
No hables mal de las mujeres si te espera una en casa.
Industria, pluma y espada, si no hay estrella, no son nada.
Da lo tuyo antes de morir, y disponte a sufrir.
De la madre la gran ciencia, es tener mucha paciencia.
Un alma sola, ni canta ni llora.
Un padre puede mantener diez hijos, diez hijos no pueden mantener a un padre.
Más bien duerme el deudor que su acreedor.
Boticario sin botica, nada significa.
Zurcir bien, es más que tejer.
Ya la esperanza perdida, ¿qué queda que perder en esta vida?
Orden y medida, pasarás bien la vida.
Con el ingrato, no tengas trato.
Resbalón y tropezón, avisos de caída son.
Por que otro se tire por el balcón, no voy a tirarme yo.
Palabras melosas, siempre engañosas.
Justicia, cosa muy buena; pero no en mi casa, en la ajena.
Hace la misma falta aquí que los perros en misa.
El hombre astuto, hasta de los males saca buen fruto.
Oídos que bien oyen, consejos encierran.
Más vale poco y bien tenido que mucho y mal atendido.
No cuentes dinero delante de los pobres.
No hay cosa que no tenga su contra.
Calores, dolores y amores, matan a los hombres.
Imite y supere el envidioso al envidiado; más que él será elogiado.
