Bombas y refranes ( 12 )
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Pesar ajeno, no quita el sueño.
Ni uno de cada ciento, de su suerte está contento.
Faena que tu bolsillo llena, buena faena.
Hombre bien hablado, en todas partes bien mirado.
Mejor maestra es la pobreza que la riqueza.
Buen amigo y compañero es el que no nos pide dinero.
Gato dormilón, no pilla ratón.
Fortuna gira sobre una rueda, que nunca está queda.
El diablo abre la puerta, y el vicio la mantiene abierta.
Palos con gusto no duelen.
Vuelta al cuidado, que canta el gallo.
No hay joven fea, ni vieja hermosa.
Fraile de buen seso, guarda lo suyo y guarda lo ajeno.
Invierno frío, verano caluroso.
Yo por ti, tú por otro, y no por mí.
Una mujer no es lo que vale, es lo que cuesta.
A la iglesia por devoción, y a la guerra por necesidad.
Guárdame en casa y te honraré en la plaza.
El amor destierra la vergüenza.
Dame consejos sanos y dinero para ejecutarlos.
Saber y no recordar, es lo mismo que ignorar.
Para todo mal, un refrán, y para todo bien, también.
Mira tus culpas y tus penas, y olvídate de las ajenas.
Nadie se muere hasta que Dios quiere.
Hace buena cuenta quien con lo suyo se contenta.
Da vino por vino y pan por pan, y todos te entenderán.
Tu montón y mi montón, cuanto más separados, mejor.
Dádiva de lo mal ganado, no la recibe dios con agrado.
Juez que admite regalos, llevarlo a palo.
Zorra que duerme de día, de noche anduvo de cacería.
Ingratos hacen recatados.
Quéjese de la muela aquel al que le duela.
Obediencia y paciencia son la mejor ciencia.
Ir a trocar y no tener que, a muchos suele acontecer.
Gala sin oro, aunque cueste mucho, luce poco.
La mancha de aceite, paso a pasito se extiende.
La ley del embudo, para mí lo ancho y para ti lo agudo.
El prometer no empobrece, el dar es lo que aniquila.
El demonio y las mujeres siempre se entretienen.
Unas veces riendo y otras llorando, vamos pasando.
