Frases cortas de gioconda belli
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Uno se pregunta si el amor tendrá edad, si el tiempo sera tan implacable como los espejos.
Yo, amor, he aprendido a coser con tu nombre, voy juntando mis días, mis minutos, mis horas con tu hilo de letras.
Estamos solos y sin embargo la soledad no existe. Si juntamos las manos encenderemos el fuego imprescindible para vernos los ojos brillantes del deseo.
La vida intensa a diario me convence de lo efímero de las derrotas.
Amo la curiosa manera en que tu cuerpo y mi cuerpo se conocen, exploradores que renuevan el más antiguo acto del conocimiento.
Llueve copiosamente sobre mi cara y solo pienso en tu lejano amor mientras cobijo con todas mis fuerzas, la esperanza.
Yo pongo estrellas entre tu piel y la mía y te recorro entero, sendero tras sendero, descalzando mi amor, desnudando mi miedo.
Tu piel me atrae con la gravedad de todo el cosmos que afuera sufre su negra eternidad impenetrable.
A todos amo con un amor de mujer, de madre, de hermana, con un amor que es más grande que yo toda, que me supera y me envuelve como un océano donde todo el misterio se resuelve en espuma...
El cuerpo es carta astral en lenguaje cifrado. Encuentras un astro y quizá deberás empezar a corregir el rumbo cuando nube huracán o aullido profundo te pongan estremecimientos.
Antiguo oficio humano, este de querer apagar la luz. ¿Te acordás de la última vez que creímos poder iluminar la noche?.
Te abrazo y corren las mandarinas; te beso y todas las uvas sueltan el vino oculto de su corazón sobre mi boca.
Solo el amor resistirá alimentando silencioso la lámpara encendida, el canto anudado a la garganta, la poesía en la caricia del cuerpo abandonado.
Aquí estoy, desnuda, sobre las sábanas solitarias de esta cama donde te deseo.
La experiencia de la vida es la pasión de beberla hasta la embriaguez profunda, cantar, bailar, decir versos hermosos y luego dormir.
Ya no mujer joven sino mujer rotunda. Mis deseos ya no intuiciones sino certezas.
Mi piel está grabada con tus señales y no hay viento ni agua que pueda lavarlas sin dejar mi nombre borroso, desteñido y sin sonrisa.
La solidaridad es la ternura de los pueblos.
El amor de mi hombre no querrá rotularme y etiquetarme, me dará aire, espacio, alimento para crecer y ser mejor, como una revolución que hace de cada día el comienzo de una nueva victoria.
Soy la mujer que piensa. Algún día mis ojos encenderán luciérnagas.
Ahuyentemos el tiempo, amor, que ya no exista; esos minutos largos que desfilan pesados cuando no estás conmigo y estás en todas partes sin estar pero estando.
El hombre que me ame hará poesía con su vida, construyendo cada día con la mirada puesta en el futuro.
Vestime de amor que estoy desnuda.
Todo cambia y nada permanece. Y no habría belleza, ni danza, ni movimiento si las estaciones no alborotaran los colores y el follaje de los arboles no se desprendiera amarillo en el atardecer.
Ya se unió la Historia al paso triunfal de los guerreros y yo invento palabras con que cantar, nuevas formas de amar, vuelvo a ser, soy otra vez, por fin otra vez, soy.
Tu cuerpo es el paraíso perdido del que nunca jamás ningún Dios podrá expulsarme.
No me arredran las lanzas, la mentira me asquea, lucho hasta la locura por las cosas que creo. Acepto, soy ingenua.
El tiempo nos ha vaciado de fulgor. Pero la oscuridad sigue poblada de luciérnagas.
Mi hijo vive en Nicaragua. Mis hijas viven en los Estados Unidos.
Quisiera ser extranjero para irme a mi país?.
