El espíritu del virtuoso es como un espejo. Te miras en él y puedes peinarte.
La vida y el espíritu son dos grandes poderes o necesidades entre los que el Ser Humano es puesto.
El honor y el premio son los resortes para que no se adormezca el espíritu del hombre.
En un tiempo el espíritu fue Dios, luego se hizo hombre, y ahora hasta se ha hecho plebe.