Frases para el día de la mujer ( 3 )
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La única manera en que un hombre debe comportarse con una mujer es: haciendo el amor con ella, si es bonita, o con otra, si es fea.
Oscar Wilde
La mujer es como una buena taza de café: la primera vez que se toma, no deja dormir.
Alejandro Dumas
Cada mujer que pasa frente a uno sin detenerse es una historia de amor que no se concretara nunca.
Alejandro Dolina
La imaginación de una mujer es excesivamente rápida. En un momento salta de la admiración al amor y del amor al matrimonio.
Jane Austen
El amor en la mujer está siempre mezclado con una admiración involuntaria, y cesa cuando cree convencerse de que el hombre le es inferior.
Christian Friedrich Hebbel
La resistencia de una mujer no es siempre prueba de su virtud, sino más frecuentemente de su experiencia.
Anne De Lenclós
Crecí besando libros y pan. . . Desde que besé a una mujer, mis actividades con el pan y los libros perdieron interés.
Salman Rushdie
En la vida conyugal, la pareja unida no tiene que formar más que una sola persona moral, animada y gobernada por el entendimiento del hombre y por el gusto de la mujer.
Immanuel Kant
Es curioso este juego del matrimonio. La mujer tiene siempre las mejores cartas y siempre pierde la partida.
Oscar Wilde
Las mujeres no son más que órganos genitales articulados y dotados de la facultad de gastar todo el dinero del hombre.
William Faulkner
Como la aguja de una brújula apunta siempre al norte, así el dedo acusador de un hombre apunta siempre a una mujer
Isabel Allende
En aquellas horas de amargura en que su vida se quebraba comprendió el valor del amor de una mujer. ¡Una mujer! sólo ella puede querer a un hombre pisoteado por botas de hierro. Allí está él, cubierto de escupitajos, y ella le lava los pies, le desenreda el pelo, acaricia sus ojos que se han vuelto apáticos. Cuanto más le han destruido el alma, cuanto más repugnante se ha convertido y más despreciable para el mundo, más querido es para ella. [... ] No todas las mujeres con las que te acuestas pueden ser tu mujer.
Vasili Grossman
Yo odio a las mujeres. Te seducen, ¿verdad?, pero luego no te aguantan. Son falsas. Las odio a todas.
Karin Boye
Una vez, filmé un programa en el cual un entrenador de vida discutía el concepto de cuidado personal (poner tus necesidades por encima de las necesidades de los demás) y el público lo abucheó. Las mujeres estaban enojadas por la mera sugerencia de que deberían poner sus necesidades antes que las de sus hijos. Los interrumpí para explicar: nadie dice que deberías abandonar a tus hijos y dejarlos morir de hambre. El entrenador de vida estaba sugiriendo que te nutrieras, de modo que tuvieras más para darle a aquéllos que te necesitan. Es la teoría de la máscara de oxígeno de los aviones: si tú no te pones primero la máscara, no podrás colocársela a nadie más. Así que detente y considera tus propias necesidades. ?Aléjate de tu mente?. Deja ir los pensamientos. Y recuérdate a ti mismo que este momento específico es el único que puedes tener con certeza.
Oprah Winfrey
Te estás duchando después de un concierto y dos hermosas mujeres aparecen y te empiezan a enjabonar el cuerpo. ¿Qué más increíble que eso?
Kirk Hammett
Yo no soy entendida en política ni economista. Soy simplemente una mujer que padeció, que perdió a su marido, a sus padres, a sus hijos y a sus amigos. Yo sé que el mundo tendrá que compartir colectivamente la responsabilidad. Los alemanes pecaron criminalmente, pero lo mismo hicieron las demás naciones aunque sólo sea por negarse a creer y a afanarse día y noche en salvar a los desventurados y desposeídos, por cuantos medios estuviesen a su alcance. Sé que si la gente de todo el mundo se propone que de ahora en adelante reine una justicia indivisible y que no haya más Hitlers, algos se conseguirá. Indudablemente, todos aquellos cuyas manos se hayan manchado con sangre nuestra, bien sea directa bien indirectamente, tienen que pagar por los crímenes que han cometido, lo mismo si son hombres que si son mujeres.
Olga Lengyel
No podemos exigir que un hombre alocado sea siempre precavido y prudente. A menudo es nuestra propia vanidad lo que nos engaña. La imaginación de las mujeres hace que concibamos demasiadas ilusiones respecto de los hombres.
Jane Austen
No había podido callarse la boca, la amistad entre hombres tiene pactos no escritos pero sólidos, no como la amistad entre mujeres.
Elena Ferrante
Más que el hombre, en el divorcio, es víctima la mujer. Él, aún si tiene cincuenta años, especialmente si está bien provisto de dinero, encuentra fácilmente una mujer joven, agradable, con la cual "rehacerse la vida". ¿Pero ella? Especialmente si está un poco estropeada, porque ha dado todo al marido, al trabajo, a los hijos, ¿quién la quiere? Hela aquí arrojada a la basura como un limón exprimido, destinada casi siempre o a una soledad llena de tristeza o a una vida de costumbres no buenas.?.
Juan Pablo I
Siempre he soñado con besar a la mujer amada a la luz de la luna -prosigió él con la imbecilidad astronómica propia de tantos enamorados
Enrique Jardiel Poncela
Vivo entre dos mundos. La mitad del tiempo me gusta hacer las labores domésticas, me importa mucho mi aspecto, me interesan mucho los hombres y coqueteo maravillosamente (quiero decir que realmente les admiro, aunque me moriría antes de tomar la iniciativa; eso es cosa de hombres), nunca defiendo mi opinión en las conversaciones, y me gusta cocinar. Me gusta hacer cosas por los demás, sobre todo por los hombres. Duermo bien, me despierto a la hora en punto y no sueño. Solamente tengo un defecto:
Soy frígida.
En mi otra encarnación vivo tal cúmulo de conflictos que te parecería imposible que sobreviva, pero sí sobrevivo; me despierto enfurecida, me acuesto paralizada por el desánimo, me enfrento con lo nue sé perfectamente que es condescendencia y desprecio abstracto, me peleo, grito, me enojo con personas que ni siquiera conozco, vivo como si fuera la única mujer del mundo que está intentando conseguirlo todo, trabajo como una loca, lleno todo mi apartamento de notas, artículos, manuscritos y libros, me cabreo, no me importa, me pongo estridentemente pendenciera, a veces río y lloro en el espacio de cinco minutos de pura frustración. Tardo dos horas en dormirme y una en despertarme. Sueño ante mi mesa de despacho. Sueño en todos sitios. Voy muy mal vestida.
Pero ¡oh, cómo gozo la comida! Y ¡oh, cómo jodo!
Soy frígida.
En mi otra encarnación vivo tal cúmulo de conflictos que te parecería imposible que sobreviva, pero sí sobrevivo; me despierto enfurecida, me acuesto paralizada por el desánimo, me enfrento con lo nue sé perfectamente que es condescendencia y desprecio abstracto, me peleo, grito, me enojo con personas que ni siquiera conozco, vivo como si fuera la única mujer del mundo que está intentando conseguirlo todo, trabajo como una loca, lleno todo mi apartamento de notas, artículos, manuscritos y libros, me cabreo, no me importa, me pongo estridentemente pendenciera, a veces río y lloro en el espacio de cinco minutos de pura frustración. Tardo dos horas en dormirme y una en despertarme. Sueño ante mi mesa de despacho. Sueño en todos sitios. Voy muy mal vestida.
Pero ¡oh, cómo gozo la comida! Y ¡oh, cómo jodo!
Joanna Russ
Los cuerpos desnudos y mojados de las mujeres se empujaban impacientes para ver de cerca la muerte, para verla en una cara familiar, conocida.
Milan Kundera