Oliverio girondo algo que duerme
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Nocturno
Frescor de los vidrios al apoyar la frente en la ventana.
Luces trasnochadas que al apagarse nos dejan todavÃa más solos.
Telaraña que los alambres tejen sobre las azoteas.
Trote hueco de...
Visita
No estoy.
No la conozco.
No quiero conocerla.
Me repugna lo hueco,
la afición al misterio,
el culto a la ceniza,
a cuanto se disgrega.
Jamás he mantenido contacto con lo inerte.
Si de algo h...

¿Estupidez? ¿Ingenuidad? ¿PolÃtica?... Seamos argentinos, gritan algunos... Sin advertir que la nacionalidad es algo tan fatal como la conformación de nuestro esqueleto.

Llega un momento en que aspiramos a escribir algo peor.

Un libro debe construirse como un reloj y venderse como un salchichón.
Yo No Sé Nada
Yo no sé nada
Tú no sabes nada
Ud. no sabe nada
El no sabe nada
Ellos no saben nada
Ellas no saben nada
Uds. no saben nada
Nosotros no sabemos nada
La desorientación de mi generaciÃ...
¡todo Era Amor!
¡Todo era amor... amor!
No habÃa nada más que amor.
En todas partes se encontraba amor.
No se podÃa hablar más que de amor.
Amor pasado por agua, a la vainilla,
amor al portador...
Milonga
Sobre las mesas,
botellas decapitadas de «champagne» con corbatas blancas de payaso,
baldes de nÃquel que trasuntan enflaquecidos brazos y espaldas de «cocottes»
El bandoneón canta con ...
Yolleo
Eh vos
tatacombo
soy yo
dÃ
no me oyes
tataconco
soy yo sin vos
sin voz
aquà yollando
con mi yo solo solo que yolla y yolla y yolla
entre mis subyollitos tan nimios micropsÃquico...
Que Los Ruidos Te Perforen Los Dientes...
Que los ruidos te perforen los dientes,
como una lima de dentista,
y la memoria se te llene de herrumbre,
de olores descompuestos y de palabras rotas.
...
Topatumba
Ay mi más mimo mÃo
mi bisvidita te ando
si toda
asÃ
te tato y topo tumbo y te arpo
y libo y libo tu halo
ah la piel cal de luna de tu trascielo mÃo que
me levitabisma
mi tan todita lumb...
¡azotadme!
¡Azotadme!
Aquà estoy,
¡azotadme!
Merezco que me azoten.
No lamà la rompiente,
la sombra de las vacas,
las espinas,
la lluvia;
con fervor,
durante años;
descalzo,
estremecido,
absort...
Balaúa
De oleaje tú de entrega de redivivas muertes
en el la maramor
plenamente amada
tu néctar piel de pétalo desnuda
tus bipanales senos de suave plena luna
con su eromiel y zumbos y ritmos y m...
TrÃptico
I
Tendido
entre lo blanco,
la vi.
Se aproximaba.
Las pupilas baldÃas,
el cuerpo inhabitado,
sin cabellos,
sin labios, inasible,
vacÃa;
junto a mÃ
a mi lado...
¡Toda hecha de nada!
Se se...
El Puro No
El no
el no inóvulo
el no nonato
el noo
el no poslodocosmos de impuros ceros noes que noan noan noan
y nooan
y plurimono noan al morbo amorfo noo
no démono
no deo
sin son sin sxo ni órb...

¡España! PaÃs ardiente y seco como un repiqueteo de castañuelas.

¡Si al menos pudiéramos arrimar un ojo a alguno de los agujeritos que hay en el cielo!

La experiencia es la enfermedad que ofrece el menor peligro de contagio. Frase exacta: aunque la experiencia sea una enfermedad que ofrece tan poco peligro de contagio

Allà están las ventanas que te dan un pretexto para abrir bien los brazos. Asómate al marÃtimo bullicio de las calles. ¿No oyes una sirena que llama desde el puerto?
Yo no pretendo sufrir la humillación de los gorriones. Yo no aspiro a que me babeen la tumba de lugares comunes, ya que lo único realmente interesante es el mecanismo de sentir y de pensar. ¡Prueba...

Si no hubieras andado siempre solo ¿TodavÃa tendrÃas voz de toro?
Yo no comprendo nada. No tan solo tus manos son un puro milagro. Un traspiés, un olvido, y acaso fueras mosca, lechuga, cocodrilo. Y después...Esa estrella. No preguntes. ¡Misterio! El silencio.

Nada ansÃo de nada, mientras dura el instante de eternidad que es todo, cuando no quiero nada.
Solo, con la ventana abierta a las estrellas, entre árboles y muebles que ignoran mi existencia, sin deseos de irme, ni ganas de quedarme a vivir otras noches, aquÃ, o en otra parte, con el mismo es...

Los únicos brazos entre los cuales nos resignarÃamos a pasar la vida son los brazos de las Venus que han perdido los brazos.
Y para acá o allá y desde aquà otra vez y vuelta a ir de vuelta y sin aliento y del principio o término del precipicio Ãntimo hasta el extremo o medio o resurrecto resto de éste o aquello o de l...

Une al don de tu pan y de tu mano el de darle candor a nuestro canto.

Yo también... ¡SÃ! Yo tengo - ¿Por qué no confesarlo? - un pequeño fantasma, un duende de familia.

Ante la exquisitez del idioma francés, es comprensible la atracción que ejerce la palabra merde.

Pero la luna intacta es un lago de senos que se bañan tomados de la mano.
Hasta que el dÃa menos pensado, la mujer que nos electriza intensifica tanto sus descargas sexuales, que termina por electrocutarnos en un espasmo, lleno de interrupciones y de cortocircuitos.

¡Hasta las sombras, campo, no dan nunca ni el más leve traspiés en tu llanura!

La poesÃa siempre es lo otro, aquello que todos ignoran hasta que lo descubre un verdadero poeta.

Este campo fue mar de sal y espuma. Hoy oleaje de ovejas, voz de avena.

Y cortar las amarras lógicas, ¿No implica la única y verdadera posibilidad de aventura?

Eres tan claro y limpio y sin dobleces que el vuelo de una nube te ensombrece.

Hablaban de un caballo. Yo creo que era un ángel.

¿Un éxito eventual serÃa capaz de convencernos de nuestra mediocridad? ¿No tendremos una dosis suficiente de estupidez, como para ser admirados?

La arquitectura árabe consiguió proporcionarle a la luz, la dulzura y la voluptuosidad que adquiere la luz, en una boca entreabierta de mujer.

El verdever el todo ver quizás en libre aleo el ser el puro ser sin hojas ya sin costas ni ondas locas ni recontras solo su ámbito solo recién quizás recién entonces.