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Santa Teresa De Jesús: Tristeza y melancolía no las ...

Tristeza y melancolía no las quiero en casa mía.

Santa Teresa De Jesús

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AntÃfona Del Amor Inmutable

Siempre habrÃ© de quererte como ahora:
Â¡Amor de luces blancas!...
Â¡Fuego de sol que me calienta el pecho
y no levanta llama!

Con esta misma mÃºsica recÃ³ndita,
tan profunda y tan vaga
como el rumor inmenso que recoge
el caracol de nÃ¡car.

Con el Ãntimo verso que revienta
en sencillas palabras
y queriendo expresar todo lo bello,
casi no dice nada.

Con el goce callado de sentirte
en la raÃz del alma:
savia celeste que mi anhelo yergue
hasta las nubes altas.

Con el ensueÃ±o renovado y fresco
y esta ternura clara
que apenas cuaja en la caricia leve,
como el roce de un ala.

...Siempre habrÃ© de quererte como ahora,
aunque despuÃ©s me vaya
errante y sola, con el llanto mudo,
y la emociÃ³n ahogada.

He de llevar en el oÃdo fino
tu suave voz lejana
y en el pequeÃ±o corazÃ³n rebelde
tu misteriosa marca

Porque me amarra a ti nudo de siglos,
y saltando distancias
fui persiguiendo en encontrados rumbos
la huella de tu planta.

Porque lleguÃ© de la negrura densa:
una sombra agachada...
y en tus brazos de amparo se encendÃa
el resplandor del alba.

Porque el sollozo, retorcido y hondo,
colmando mi garganta,
soltÃ³ en la cuenca de tu mano tibia
su amargura salada.

Porque anclÃ© mi inquietud en el remanso
de tu pureza intacta
y meciÃ³ tu silencio transparente
mi vela desgarrada.

Porque encontraste la verdad oculta
bajo mi forma vana.
Â¡Y el mismo Dios, con su pupila eterna
me mira en tu mirada!

Perder la propia individualidad y convertirse en un mero engranaje de una mÃ¡quina estÃ¡ por debajo de la dignidad humana.

Como revelaciÃ³n de ignoto arcano, hecha del germen mismo de lo tierno, eres misterio que al misterio humano aclara en tÃ su gema donde quiso mostrar la vida su prodigio eterno para que en tÃ yo viera el paraÃso.

...para mÃ la vida no comenzÃ³ hasta el dÃa en que te vi.