La escalera que sube a un desván siempre sube y nunca baja, igual que siempre baja y nunca sube la de un sótano.
Gastón Bachelard
La alegría, cuanto más se gasta, más se queda.
Jamás digas: nunca jamás.
Los gobiernos ejercen poca influencia sobre la felicidad privada de los individuos.
Procuramos olvidar lo que, traído a la memoria, nos entristece.