El mayor orador del mundo es el triunfo.
Napoleón Bonaparte
Ningún hombre ha sido nunca por completo él mismo; pero todos aspiran a llegar a serlo, oscuramente unos, más claramente otros, cada uno como puede.
El hombre que no sabe callar tampoco
sabe hablar.
Se aprende más por lo que la gente habla entre sí o por lo que se sobrentiende, que planteándose preguntas.
La única educación eterna es esta: estar lo bastante seguro de una cosa para decírsela a un niño.