Jamás olviden las hermanas el fin santo de su vocación, a saber: la enseñanza de las niñas por amor de Dios y para Dios.
Jerónimo Usera
La felicidad nunca pone su dedo en el pulso.
El amor que puede mostrar su fragilidad es el más fuerte.
Adelante, caminante
Soy un simple accidente; ¿Por qué tomármelo todo tan en serio?