La gente lo llama amor
Haruki Murakami
La oración del cristiano nunca es monólogo.
La verdad, aunque yo siempre iba corriendo, nunca pensé que eso me llevara a ningún lado.
Creo que si te gusta tu trabajo o lo odias tu trabajo, perder el empleo o son solo en el medio puestos de trabajo, que merece la atención de la salud que no puede ser quitado.
No tengo nada que perder ni que ganar, por eso, viajo sin rumbo hacia ningún lugar