El alma noble nunca muere, más allá de su eternidad brillarán sus huellas.
Pedro Pantoja Santiago
Reí de buena gana, mientras me temblaban las piernas y también el corazón.
Lo importante es no dejar de hacerse preguntas.
Frente al jardín han florecido, blancas, unas camelias.
La fe, incluso la profunda, nunca es completa.