Dios lo que más odia después del pecado es la tristeza, porque nos predispone al pecado.
San Agustín
Contra los valores afectivos no valen razones, porque las razones no son nada más que razones, es decir, ni siquiera verdad.
No es posible vivir sin libros.
No creo en una vida más allá, pero, por si acaso, me he cambiado de ropa interior.
El odio es la cólera de los débiles.