Judith Martin: Ya sabemos que las cartas anó...

Ya sabemos que las cartas anónimas son despreciables. En la etiqueta, así como en la ley, contratar a un asesino a sueldo para hacer el trabajo no exime a usted de la responsabilidad.
Judith Martin
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Estoy agradecido a mi destino por tres cosas; por haber nacido humano, por haber nacido hombre no mujer, por haber nacido heleno no bárbaro

El sexo debe ser misterio y descubrimiento personal.

No hay refugio de la memoria y el remordimiento en este mundo. Los espíritus de nuestros actos insensatos nos persiguen, con o sin arrepentimiento.

...los hebreos creían que el corazón era la sede del alma y del entendimiento,...