José Miguel Monzón Navarro: Ya conocen a la Reina, ahora, ...

Para mí, este es el privilegio singular de la lectura de la literatura: se nos permite entrar en la vida de otro.

Me siento orgulloso de la creación de mi riqueza, en su existencia y en los usos a los que ha sido y está siendo puesto.

Lo que importa no es que vivas mucho, sino que vivas bien; y a menudo vivir bien consiste en no vivir mucho.

No hay nada tan conmovedor como un enamorado que se llega a las puertas de la amada y cuenta sus dolencias a los goznes y a los cerrojos.