Adiós, hermanos, camaradas y amigos. Despedidme del sol y de los trigos
Miguel Hernández
La primera prueba de un hombre verdaderamente grande es su humildad. Por humildad no me refiero a dudas de sus poderes o vacilación al hablar su juicio, sino que se limita la comprensión de la relac...
No hablo al Presidente de la República, a quien no conozco, ni al político, del que desconfío; hablo al mexicano, al hombre de sentimiento y de razón, a quien creo imposible no conmuevan alguna ve...
Cuando empecé a ver algunas de las películas que había hecho, me di cuenta de que estaba haciendo las películas que yo no fuera realmente quieren ver.
No soy tan rebelde. Hay una parte de mí que quiera yo era esa.