Las hermosas sacerdotisas de Venus, que acudían día tras día a quemar su incienso en los altares del amor, debieron llorar sin duda la demolición de su templo.
Marqués de Sade
Para los hombres, nada dura: ni la noche estrellada, ni las desgracias, ni la riqueza; todo esto de pronto un día ha huido.
..., cualquier partido político tiene que ofrecer una estructura o un proyecto socio-político para la ordenación de la sociedad sobre la que opera que no entre en contradicción con la estructuraci...
... los judíos, quienes llamamos profetas a los locos, si pensaban que estaban poseidos de un espíritu bueno, y endemoniados, si el espíruto era malo, algunos llamaban locos tanto a los profetas co...
Parece que hubiera en él dos personas, una maravillosamente dotada, delicada y tierna, y la otra egocéntrica y despiadada.