Me detesto y me acuso por esa demencia de orgullo que me hace jadear en pos de la quimera. Un cuarto de hora después, todo ha cambiado; el corazón me late de alegría.
Gustave Flaubert
La razón más tonta del mundo para comprar una acción es porque está subiendo
La urbanidad es como un juego. Pero se trata de un juego en el que se entrelazan complejas cuestiones de orgullo.
Usted echa mucho de menos a Saddam Hussein
El auténtico relato nos sitúa ante la profundidad del ser humano