Winston, si fueses mi esposo, envenenaría tu café.
Lady Astor
Y cuando mas feliz estés, de la nada, te saldrá una lagrima por mi recuerdo
Cuando el herrero no da en el clavo, es un errero
Sí, he sido yo. Lo reconozco. ¡Soy culpable!
Quien esconde por miedo su opinión, y como un crimen la oculta en el fondo del pecho, y con su ocultación favorece a los tiranos, es tan cobarde como el que en lo recio del combate vuelve grupas y a...