Cuando nos abrimos, brtú a mí y yo a ti, brcuando nos sumergimos, brtú en mí y yo en ti, brcuando nos olvidamos, brtú en mí y yo en ti. brSólo entonces, bryo soy yo y tú eres tú.
Bernhard Schlink
Quería volver a ver la plaza de Ljubljana, sentir odio y amor, desesperación y tedio, todas esas cosas sencillas y banales que forman parte de lo cotidiano y dan sabor a la existencia.
Dios es una especie de rueda que mueve todo, pero que ella misma no se mueve.
El dolor es un camino solitario.
La gente se cree amiga porque coincide algunas horas por semana en un sofá, una película, a veces una cama, o porque le toca hacer el mismo trabajo en la oficina.