No confiéis en aquellos de vosotros que consideran que única y simplemente anheláis la inmortalidad, porque aunque estén diciendo la verdad, no es esta sino superficial e incompleta. La inmortalidad del individuo no os saciaría. Siempre exigís más, aunque no seáis capaces de denominar el objeto de vuestro deseo.
Stanisław Lem