Ken Follett: La comida no era tan buena com...


La comida no era tan buena como la que le servían en su casa, pero la atmósfera era muy tranquila. Los sillones del saloncito para fumadores eran antiguos y cómodos, los camareros eran mayores y lentos, el papel de la pared estaba descolorido y la pintura había perdido color. Todavía tenían luz de gas. Los hombres como Walden acudían allí porque sus casas les resultaban excesivamente limpias y femeninas. ?Dijo usted que casi lo habían

Ken Follett


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