Pero miniaturizar es también ocultar. Duchamp, por ejemplo, se sintió también atraído siempre por lo extremadamente pequeño, es decir, por todo lo que exigiera ser descifrado: emblemas, manuscritos, anagramas. Para él, miniaturizar significaba también hacer inservible: «Lo que está reducido se halla en cierto modo liberado de su significado. Su pequeñez es, al mismo tiempo, un toto y un fragmento [... ]»
Enrique Vila-Matas