Nuestra generación reclamó la tierra, nuestros hijos lucharon en las guerras, y nuestros nietos deberían disfrutar de la paz
Golda Meir
Nada solidifica la memoria como las emociones. Cuando somos niños, aprendemos sin esfuerzo porque los jóvenes se muestran apasionados y entusiastas ante el aprendizaje.
Obrando con razón y justicia, sólo se podía llegar a un resultado.
De la mitad para atrás, Vietnam. De la mitad para adelante, explosión.
Repito con la más vehemente convicción: la verdad está en camino, y nada la detendrá.