El otoño no sólo trajo consigo la variación cromática de la naturaleza. Se diría que Dios -que no era mal paisajista- se complaciera, cada nueva estación, en pintar las mismas cosas con distintos colores. También trajo la melancolía: una mezcla de paz y vaga tristeza. Alicia se felicitó de haber encontrado la definición exacta de su estado de ánimo: una tristeza sosegada.
Torcuato Luca de Tena