Perder no es tan malo como dejar de luchar
Susan Elizabeth Phillips
Marina me dijo una vez que sólo recordamos lo que nunca sucedió
Mamá se sujetaba ambas manos, apretándolas, y unas lágrimas limpias empezaban a rodarle por las mejillas. Mirándola, José quiso consolarla: esa es la guerra, doña; no hay remedio... O se mata o ...
Las del correo son computadoras a leña.
Como muchos hombres inteligentes, cree que los demás son idiotas.